coronavirus

Tinder, Meetic y otras aplicaciones siguen acercando gente (aunque sin salir de casa)

Aumentan las consultas de sus usuarios que hacen planes para cuando el confinamiento acabe. Algunas permiten videoconferencias y proponen juegos ‘online’, si bien los sociólogos advierten de la importancia de “desvirtualizar” después estas relaciones.

Un joven utiliza su teléfono en un tejado en tiempos de confinamiento.
Un joven utiliza su teléfono en un tejado en tiempos de confinamiento.
EFE/David Arquimbau

Parece paradójico. Uno está de obligado encierro en casa, pero no deja de recurrir a las aplicaciones de móvil que permiten conocer gente nueva. La idea es luego tener una cita, algo completamente vetado -al menos- hasta el próximo 11 de abril. ¿Entonces? ¿Para qué recurrimos estos días a Tinder, Meetic, AdoptaUnTío, Happn o Badoo? Primero, para entretenernos y matar un poco el tiempo y, segundo, para evitar la soledad por la gran mayoría de sus usuarios (en torno al 85%) son personas solteras y que vive solas en casa.

Las citadas aplicaciones está registrando estos días una extraordinaria actividad. Aunque habitualmente muchas de ellas se usan para ligar (y luego ya para lo que la pareja de recién conocidos quiera), los dispositivos también son una mano tendida a quienes estos días solo necesitan hablar. “Siempre es más fácil abrirte a un desconocido que a un familiar. Eso hace que seamos más sensibles a estas citas ‘online’”, explica Francisco, un usuario que roza los 50 años y que ya empezó “hace décadas con los viejísimos chats de IRC”.

Como es sabido para los más de cinco millones de usuarios de este tipo de aplicaciones en España, el dispositivo ofrece perfiles con lo que mejor encaja uno y da la posibilidad de proponer una cita. Los hay también más sofisticados -como Badoo o Grindr, “los reyes del amor en internet”- que, incluso, echan mano de la tecnología gps para indicar qué otros usuarios están a pocos metros, en el ‘radio de acción’.

El que ahora nadie puede salir a la calle no ha rebajado el ansia por conocer gente nueva sino todo lo contrario: el aburrimiento, la curiosidad y la necesidad de hacer planes a futuro ha disparado el uso de estas aplicaciones: si antes se abrían una media de siete veces al día ahora se hacen doce veces. Los perfiles de entre 18 y 40 años ganan por goleada y el momento en el que son más activos (incluso quince minutos seguidos) es entre las 20.00 y las 22.00.

“La semana anterior al decreto del estado de alarma, un mensaje en Tinder advertía de que lo importante era la salud. Entonces fue cuando me di cuenta de lo que venía, de que esto no era una broma”, comenta Paula, de 27 años, usuaria de la aplicación. “Entonces parecía exagerado, pero que un servicio de contactos te dijera que te lavaras las manos y mantuvieras la distancia en los espacios públicos te da qué pensar”, añade.

Efectivamente, los responsables de Tinder decidieron dar consejos a través de su perfil e instaron a sus usuarios a quedarse en casa. Además, la aplicación ha puesto como gratuito uno de sus servicios de pago, Tinder Passport se llama, que permite contactar con seguidores de otros países. El chat privado con extranjeros -explica la compañía- sirve para que las personas conozcan cómo se afronta la crisis del coronavirus en otros lugares del mundo. “La tecnología facilita aprender y escuchar a quienes experimentan la misma situación en un tiempo de aislamiento sin precedentes”, argumentan.

En este sentido, la psicóloga Eugenia Sanz explica que los usuarios deberían “abordar esas relaciones para que realmente cumpliesen con el objetivo de convertirse en ‘un coro’ que acompañase en la adaptación en este nuevo contexto de incertidumbre”. La experta considera que esta experiencia “puede enriquecer nuestra vida y hacernos valorar aspectos hasta este momento ignorados”, pero también advierte de que “las expectativas han de ser flexibles” si llega el momento de la ‘desvirtualización’ de esos contactos. “Hay que mantener presente lo vivido y aprendido en este tiempo. Si cerramos el archivo y volvemos a lo que nos guiaba antes, quizá nos encontremos con un extraño al conocerlos”, concluye.

Otras webs que también están a pleno rendimiento estos días a pesar de haber perdido -en apariencia- su utilidad primera son las de búsqueda de amigos. Por ejemplo, en Zaragoza Amigos acostumbran a plantearse decenas de actividades de ocio al aire libre que, ahora, han de hacerse en reclusión. No obstante, se ‘reinventan’ y proponen videoconferencias grupales o, incluso, cenas virtuales a través del Skype o Houseparty. En el portal de su propia página web informan: “Hemos creado un grupo para intentar ayudarnos durante la cuarentena, hagamos de la solidaridad nuestra fuerza”. Y, por cierto, quienes estén hartos de estas servicios y del confinamiento, siempre pueden recurrir a ‘Hater’, otra aplicación que une a personas según sus mismos odios.

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