reino unido

Aragoneses en territorio 'brexit'

La recién estrenada salida del Reino Unido de la UE se vive con muchas dudas entre los expatriados aragoneses que viven en Londres. Esta semana Heraldo.es se ha desplazado a la capital británica.

Brexit en Londres / foto: Beatriz Alquezar [[[FOTOGRAFOS]]]

Patricia Forcén lleva cuatro años viviendo en Londres. Esta zaragozana, doctora en Químicas, siguió el 31 de enero por televisión la salida del Reino Unido de la Unión Europea, que se escenificó en la sede del Gobierno que encabeza Boris Johnson con una cuenta atrás proyectada en la fachada del número 10 de Downing Street. "Estuve hablando por Whatsapp con otras amigas que viven aquí. Nos recordaba a las campanadas de Nochevieja", rememora durante una conversación con otras dos zaragozanas, Senai Jiménez y Sandra Esteras, que han quedado en un bar de Maltby Market, cerca del emblemático Puente de la Torre (Tower Bridge).

Ese día no lo vivieron como una fiesta, sino con preocupación. Eran conscientes de que a las 23.00, el 'brexit', que lleva sobrevolando desde el referéndum de 2016, daría el paso definitivo. "Yo me siento europeísta", dice Patricia, mientras empiezan a tomar una ración de jamón de Teruel, algo que puede sorprender en suelo británico en una moderna zona de bares del sureste de Londres bajo las arcadas del ferrocarril. El traqueteo del tren cada vez que pasa por encima de las cabezas de los clientes forma parte del suave ruido de fondo que se mezcla con la música siempre española, de Manolo García a Amparanoia.

Jamón de Teruel en un bar Londres

Chusé Valero, en el Bar Tozino de Londres.
Chusé Valero, en el Bar Tozino de Londres.
B. A.

El sitio elegido no es casual. El Bar Tozino está regentado por un aragonés, Chusé Valero, cortador de jamón de Calamocha que vino hace casi 16 años por su profesión y terminó con su propio establecimiento. "La mayoría de la gente que conocía de Aragón se ha marchado. Es difícil la vida aquí y la calidad de vida de allí no la hay en ningún sitio", confiesa.

Chusé, de 44 años, asegura que él fue "el primer cortador de jamón profesional" que vino al país, cuando recuerda su llegada en 2004. Su familia se dedica al mundo del jamón. Además del de la denominación de origen de Teruel (de la que luce una placa en la fachada), en su establecimiento también se puede encontrar azafrán. "Y traigo trufa negra, pero este año no he podido porque la calidad no era la máxima y aquí hay que traer de lo bueno lo mejor", explica.

"Somos como un bar de tapas de toda la vida". El entorno en el que se ubica recuerda al Tubo zaragozano. Toda la calle, que comparten los bares el fin de semana con un mercadillo, está cubierta por un mar de banderas de todos los países dando muestra del carácter internacional de la ciudad. La española luce en su fachada. "Estamos en Londres. Esto no es zona 'brexit'. Aquí la gente ha votado para seguir en la UE", explica el hostelero. La multiculturalidad también se refleja dentro de su negocio donde el cocinero es inglés, un camarero es colombiano, otra viene de Nigeria y hay una nacida en Polonia. Eso sí, el cortador de jamón que maneja con destreza el cuchillo en uno de los dos perniles puestos sobre la barra es español.

"Ya llevamos tres años que nos ha fastidiado el 'brexit'. Compramos mucho en España y la libra ha bajado, por lo que todo nos cuesta un poco más caro"

Entre las conversaciones de sus clientes afirma que la salida de la UE no ha sido un tema que preocupara o dividiera en los últimos tiempos. Sí que se han notado los efectos negativos en su sector. "Ya llevamos tres años que nos ha fastidiado el 'brexit'. Nosotros compramos mucho producto en España y la libra ha bajado, por lo que todo nos cuesta un poco más caro, desde un 13% hasta ha habido veces que un 25% más".

Y la incertidumbre ha lastrado también el gasto en ocio. "El consumo ha bajado, la gente sale un poco menos". Aunque percibe cierta mejoría desde que ya se ha hecho efectiva la salida y ha acabado la incertidumbre del 'cuándo'. Ahora queda otra más importante, la del 'cómo' van a ser las relaciones con la UE a partir del 1 de enero de 2021. "Yo creo que durante este año será todo igual".

Chusé se prepara para marcharse a cortar jamón en una fiesta para 700 personas. Trabajan para firmas de catering y hacen cursos de corte de jamón, además de venderlo a sus clientes y a compañías junto a quesos y charcutería. En la carta, se pueden encontrar raciones a 5 y 9,5 libras (unos 6 y 11 euros, respectivamente).

El rincón del Real Zaragoza

Sandra Esteras, Senai Jiménez y Patricia Forcén, en el Bar Tozino de Londres.
Sandra Esteras, Senai Jiménez y Patricia Forcén, en el Bar Tozino de Londres.
B. A.

A última hora de la tarde sigue animado el rincón más aragonés del Bar Tozino, en el que piden otra ronda Patricia, Senai y Sandra. Una bufanda roja del Real Zaragoza de alguna temporada pasada adorna la pared. En esa mesa sí que se habla de 'brexit'. "Yo le decía a mi familia que iba a salir el 'no', que no se preocuparan", reconoce Senai, terapeuta ocupacional de 39 años, que lleva 15 en Londres. Vino porque el país es la cuna de su especialidad y sabía inglés. Después de unos cinco años trabajando se reorientó profesionalmente y ahora gestiona proyectos de informática para la implantación de sistemas en un hospital. "Trabajo en una comunidad muy inglesa pero en mi día a día no he notado ningún cambio", afirma.

"Yo le decía a mi familia que iba a salir el 'no', que no se preocuparan"

Ninguna de sus compañeras ha vivido situaciones de rechazo por el divorcio con la UE. Patricia comenta algún caso que ha leído en prensa, como el publicado en el diario británico 'The Guardian' sobre una comunidad de vecinos que colgó carteles felicitando por el día del 'brexit' en los que se prohibía hablar otra lengua que no fuera el inglés.

Patricia tiene 40 años y trabaja dirigiendo proyectos de investigación y materiales para el sector industrial en una compañía de la capital británica. Teme que las restricciones afecten a la llegada de trabajadores. "Probablemente se acabe con un sistema de visados parecido al de Estados Unidos", cree Sandra, que estudió Bioquímica y residió unos años en Norteamérica. Lleva la mitad de su vida fuera de España, los últimos siete años en Londres, donde se dedica a la transferencia de tecnología del área de la Biomedicina. «Acabé la carrera y me marché a Bruselas». Allí coincidió con Patricia un tiempo y se reencontró con ella 15 años después, en unas jornadas en Madrid, cuando ya vivían las dos en Londres. Ahora han comenzado el germen de una agrupación de científicos aragoneses en el Reino Unido.

El país es un destino tradicional para los investigadores. "En investigación hay bastante incertidumbre y preocupación sobre cómo puede afectar el 'brexit' porque es fundamental la colaboración internacional y la movilidad de los investigadores", indica Sandra. Al ser un área estratégica muy importante, espera que "se sigan alcanzando acuerdos facilitando que la gente siga viniendo a investigar". La conversación sigue entre interrogantes sobre si habrá tiempo para negociar todas las cuestiones abiertas hasta final de año. Todas han solicitado ya los nuevos permisos para seguir residiendo. Solo Patricia, que es la que llegó más tarde, contempla la posibilidad de volver a España "antes de lo que pensaba" si encuentra nuevos retos.

Dudas sobre la investigación

Julia Ramírez, investigadora en la Queen University de Londres.
Julia Ramírez, investigadora en la Queen University de Londres.
B. A.

Otra aragonesa que podría plantearse su regreso es la investigadora Julia Ramírez, de 31 años. Desde el campus de la Universidad Queen Mary de Londres, coincide en la importancia del Reino Unido como «país de referencia» para la investigación. Llegó en abril de 2017. Y como a las otras tres zaragozanas le preocupa que el giro en el país pueda "afectar en un futuro a la internacionalización de la ciencia, y a la pérdida de oportunidades de colaboración con el Reino Unido". Ella estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Zaragoza y luego hizo un master en Ingeniería Biomédica. Vino a hacer una estancia postdoctoral y defendió la tesis en marzo de 2017. "Para mí ha supuesto una oportunidad de aprendizaje muy importante", reconoce.

Durante la tesis, en el grupo zaragozano BSICoS ('Biomedical Signal Interpretation and Computational Simulation') del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), estudió el análisis de la señal de electrocardiograma "para extraer información que pudiera predecir riesgo cardiovascular". En Londres "estoy aprendiendo genética y estadística genética, para encontrar variaciones genéticas que estén asociadas con la información que extraemos del electrocardiograma". Una formación que le permitirá "estudiar los genes asociados, su función biológica, y cómo afectan al electrocardiograma y al riesgo de sufrir distintos tipos de problemas cardiacos" como la fibrilación auricular, muerte súbita cardiaca, insuficiencia cardiaca, isquemia de miocardio, etc.

"Trabajo en un grupo y en una universidad muy internacional. Siempre me he sentido una más"

Asegura que el 'brexit' hasta ahora no le ha afectado. "Trabajo en un grupo y en una universidad muy internacional y las colaboraciones que tenemos son con todo tipo de grupos a nivel mundial. Siempre me he sentido una más".

En su trabajo cuenta con financiación europea a través de una beca de investigación (WHRI-Academy Cofund) y en febrero de 2018 le concedieron una segunda (Marie Curie Individual Fellowship). No tiene problemas este año para vivir con su pasaporte español pero ha pedido el 'pre-settled status', para quienes llevan menos de cinco años en el país "por si acaso". "Lo hice a través de una app con el móvil, fue muy rápido, y en una o dos semanas lo tenía concedido".

Tiene más dudas sobre qué ocurrirá cuando termine su financiación en abril de 2021. Ha pedido información sobre nuevos proyectos europeos pero "me contestaron que ahora mismo hay un poco de incertidumbre y no se sabe si el Reino Unido participaría en el nuevo marco de investigación europeo". Esta es otra de la larga lista de cuestiones que deberán negociarse en este año de transición. Boris Johnson ha dejado caer que las fronteras estarán abiertas para los científicos con visados especiales.

"Me gustaría seguir aprendiendo y creciendo como investigadora. Para ello, mi idea es seguir pidiendo proyectos, y si fuera para volver a Zaragoza, mucho mejor", confiesa.

"Hartos" del 'brexit'

Adrián Sebastián, periodista en Londres.
Adrián Sebastián, periodista en Londres.
Heraldo.es

Quien se marcha en unas semanas es Adrián Sebastián, zaragozano de 29 años que ha pasado los dos últimos trabajando en Londres. Estudió Periodismo en la Universidad de Zaragoza y ha vivido en Bruselas y Dublín. Encontró trabajo en el ámbito del márketing digital, que afirma atraviesa un momento de'boom'. En su entorno reconoce que el 'brexit' ha estado en todas las conversaciones aunque "a partir de diciembre ha bajado mucho porque la gente ya se ha resignado". Cree que "estaban hartos". En el caso de los londinenses, de lamentarse. Adrián coincide en que la ciudad "es una burbuja dentro del Reino Unido y aquí la mayoría de la gente está en contra". Todavía quedan manifestantes contra la decisión que acuden a las puertas del Parlamento a pedir que se pare la salida de la UE.

En este momento "todo el mundo está pendiente de ver qué pasa al final, cómo se produce el acuerdo". Al margen de la coyuntura ha decidido volver a empezar de cero en otro país y se ha despedido del trabajo. "Avisé un día antes del 'brexit', aunque no ha influido en mi decisión", asegura."Hay mucha incertidumbre, con lo cual mucha gente sí que te dice que se están planteando el futuro".

Chusé, Sandra y Senai no tienen planes para irse. Lo que más echan de menos es a la familia. Seguirán siendo usuarios del vuelo directo a Zaragoza. Sobre lo que ocurrirá el año que viene, como dice Senai: "El guión no está escrito".

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