educación

¿Lápiz o boli, qué es lo mejor para escribir en el colegio?

Tercero de Primaria suele ser el momento en el que los alumnos dejan atrás el lapicero. Los expertos recuerdan que cada uno lleva su ritmo y alertan del riesgo que corre la escritura manual con el auge de la digitalización.

Alumnas escribiendo con pluma en la Escuela Waldorf O Farol de Zaragoza.
Alumnas escribiendo con pluma en la Escuela Waldorf O Farol de Zaragoza.
C. Tucán/Escuela O Farol

Escribir con la tranquilidad de que si hay algún error se puede borrar. Esta confianza que da el lápiz se puede perder al sustituirlo por el bolígrafo. Un paso más dentro del aprendizaje que a algunos alumnos les puede dar vértigo. Una transición sobre la que cada colegio es libre para decidir cómo y cuándo hacerla y que se suele producir en tercero de Primaria. "Hay autonomía en cada centro e incluso en cada departamento", explica Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. En su caso, es partidario de no imponer reglas para todo el mundo porque cada alumno tiene su propio ritmo de aprendizaje. Como norma general, considera que en "los primeros cursos de Primaria es mejor que usen lápiz y que conforme se vaya subiendo en el escalafón se vaya pasando al bolígrafo". Pero insiste en que lo más importante es "que cada alumno lo haga con la fórmula que se sienta más cómodo".

"Lo más importante es que eduquemos bien a escribir", añade Cristina López, psicóloga especializada en escritura. Y para ello, coincide en que es necesario respetar los "ritmos diferentes" del alumnado. Cree que ahora se empieza a coger el lápiz pronto y que antes es necesario trabajar más la psicomotricidad de la mano. En su opinión, los alumnos "no llegan al colegio con suficiente psicomotricidad fina porque en casa están dándole a las pantallas con un dedo", lamenta. Por ello, puede haber más dificultades si no han ejercitado bien la mano con otras actividades como pintar con los dedos, con pinceles, recortar… que empiezan a hacer en Infantil. "Que prueben todos lo útiles primero. Que el profesor les acompañe y les deje experimentar para ver qué tipo de instrumento puede utilizar cada niño o niña", aconseja.

Uno de los factores que influyen a la hora de aprender es la superficie. "No se puede pintar en una hoja primero, se tiene que probar en el suelo, en una pizarra…". Y no todos los alumnos de una clase podrán llevar el mismo desarrollo. "Si necesita mas tiempo hay que dárselo porque si no les va a provocar ansiedad", afirma.

En Matemáticas es mejor hacer la operatoria con lápices de colores azul y rojo

Entre los motivos para comenzar a escribir con lápiz se indica que da más seguridad al alumno para poder corregir. Pero esta ventaja puede tener su cruz. "Hay más probabilidades de que te equivoques si piensas que lo puedes hacer", afirma Planas, haciendo referencia a la teoría de la autoprofecía cumplida. Incluso diferencia por asignaturas. En Matemáticas considera que "es mejor hacer la operatoria con lápiz" o utilizar lápices de colores para facilitar el aprendizaje: el azul para el signo más y el rojo para el menos. "Nuestro cerebro neurológicamente atiende más a la diversidad cuando, por ejemplo, se pone un signo negativo en rojo".

Aunque se empieza a escribir con bolígrafo sobre los nueve años, en tercero o cuarto de Primaria, López propone que se pueda usar el lápiz "hasta en quinto o sexto" para "que se sientan más seguros". Recuerda que incluso los mayores seguimos utilizando lápices.

En los primeros pasos, la psicóloga aconseja recurrir a "lápices apropiados a la mano del niño", por ejemplo, que sean cortos y gruesos, triangulares o hexagonales, "que les permitan sujetarlos mejor, primero con todos los dedos de la mano". Señala que las dificultades más grandes se producen con la calidad del trazo porque "presionan mucho y se cansan".

"Cuando el niño evoluciona bien, pasar del lápiz al bolígrafo debería ser algo progresivo", afirma López. Pero advierte de la presión de tener que dar este paso cuando todavía no se está preparado. El alumno se puede sentir retrasado porque no hace las cosas como los demás. Por ello, cree que habría muchos que "pudiendo optar seguirían con el lápiz".

Pros y contras de los bolígrafos que se borran

Una opción intermedia para ayudarles a dar el paso sin dejar el salvavidas que supone la goma de borrar son los bolígrafos que se pueden borrar. "Hay profesores, sobre todo de Lengua, que no son partidarios del boli que se borre", explica Planas. Entre las razones, que hay alumnos que son excesivamente perfeccionistas y pierden mucho tiempo con el borrado, no solo corrigiendo faltas, sino intentando hacerlo mejor.

López también considera un "error" utilizarlos porque dificultan la escritura ya que "no son suficientemente deslizables". Así, la punta "crispa la conducción del trazo, que hace que sea defectuoso, que no fluya bien de izquierda a derecha".

"Los problemas con la escritura pueden acabar en ansiedad y fracaso"

Los profesionales coinciden en que el proceso lecto-escritura es muy complejo. Y sus consecuencias pueden ser arrastradas por el niño en los años siguientes. "Los problemas con la escritura pueden acabar en ansiedad y fracaso", asegura la psicóloga, a cuya consulta llegan escolares de todas las edades que necesitan "reeducar" su forma de escribir. En esta tarea, López incluso utiliza la pluma, que se utiliza ya en algunos centros, como es el caso de la pedagogía Waldorf. "Hay que sostenerla de manera adecuada para que fluya la escritura, lo que te facilita la tensión correcta del útil. Y no hay que presionar", explica. Pero no sirve cualquier pluma y hay que ver la que mejor se adapte al niño.

Ambos alertan de que se está perdiendo la escritura manual con el mayor peso de la tecnología en las aulas y en las casas. "La informática es una gran herramienta pero es un error perder la escritura manual", advierte Planas, ya que esta última está conectada con el desarrollo del niño. "La tecnología es buena, pero no si es lo único que se le proporciona. Ahora no se ejercita la mano. Ni en casa, ni suficientemente en el colegio", añade López.

Para poder avanzar hacia un modelo en el que se atiendan más las necesidades de cada alumno, Planas reconoce que hace falta más inversión en el sistema educativo. Critica que en España no se ha hecho suficiente inversión en educación, que insiste en que "no es un gasto, es una inversión".

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