Rumbo a Canadá

El zaragozano Javier Zardoya narra para Heraldo.es su viaje al Polo Norte Geomagnético.

El Northabout, desde el palo mayor
El Northabout, desde el palo mayor
J. Zardoya

Si uno repasa las expediciones al Polo Norte realizadas en los últimos dos siglos se dará cuenta del variopinto grupo de personajes que han desfilado por estos lares. Durante todo el siglo XIX y parte del XX, los 90 grados latitud norte fueron un codiciado botín para un sinfín de aventureros y soldados de fortuna en busca de un poco de gloria. Sin ser comparable en épocas, métodos y territorios, el Polo Norte desató una fiebre semejante a la que corrió en su día por toda América tras la búsqueda del preciado y siempre esquivo Dorado.

En las últimas jornadas, intentando huir del tedio que embarga a cualquier expedición que no puede hacer otra cosa que esperar a que mejore el tiempo, y después de acabar el libro del Tao -y no sacar nada en claro de él-, le he requisado a nuestra compañera María Valencia un libro excelente del británico Fergus Fleming. 'La conquista de Polo Norte' analiza con detenimiento y gusto por el detalle las epopeyas, heroicidades y grandes tragedias que causó la obsesión por una de las últimas fronteras del planeta.

A través de sus páginas desfilan héroes como Nansen, impostores como Cook o Peary, iluminados como Hall, o hasta los tres suecos que se les ocurrió la chifladura de intentar llegar a finales del siglo XIX en un globo de hidrógeno hasta el mismo Polo. La mayor parte de ellas ni que decir tiene que acabaron en tragedias, muertes, hambres, congelaciones, amputaciones o en el peor de los casos de canibalismo.

Hubo decenas de motines, peleas, odios enfermizos o asesinatos, pero también gestos de una heroicidad increíble, un sentido del deber inmutable y muestras de fuerza de voluntad sin parangón ante los elementos. Con estos ingredientes y a base de dentelladas más o menos sabrosas, la humanidad siguió avanzando en su dominio del planeta y la ciencia geográfica rellenó algunos de sus agujeros en blanco que contenían hasta entonces los mapas.

Sin llegar a las manos, también en nuestra expedición han surgido divergencias y distintos pareceres en las horas tediosas. Como los perros de las aldeas groenlandesas, a veces nos hemos peleado frente a una carta náutica sólo por salir de la rutina. Son inevitables en cualquier proyecto humano y también contábamos con ello. Al menos de momento, no hemos recurrido al canibalismo ni a la piratería; tampoco ha habido bajas ni percances médicos más allá de algunos resfriados; ni tan siquiera intentos de amotinamientos como algunos parecían esperar. Hemos hecho una especie de cónclave entre icebergs para preparar nueva ruta.

Ahora nos dirigimos a las costas canadienses. Los partes de hielo parecen abrir una posibilidad de avance por ellas durante los próximos días. Veremos. El estrecho de Smith nos lo está poniendo cada vez más difícil, pero la lucha todavía no ha terminado.

Diario de Javier Zardoya

1. Arranca la aventura hacia el gran norte

2. Primeros problemas en la aventura

3. El heroico Northabout

4.- Rumbo al reino de los hielos

5.- Navegando entre icebergs

6.- Artic delicatessen

7.- A las puertas del infierno blanco

8.- Primera derrota

9.- Esperando el siguiente asalto

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