Stellantis y la multinacional china CATL negocian la instalación de la fábrica de baterías en Figueruelas

La empresa automovilística y el líder mundial del sector de las baterías han dado los primeros pasos para constituir una sociedad

Terrenos donde se podría construir la gigafactoria de baterías de Stellantis en Figueruelas.
Terrenos donde se podría construir la gigafactoria de baterías de Stellantis en Figueruelas.
Oliver Duch

Paso decisivo para la instalación de la gigafactoría de baterías eléctricas en Aragón. La multinacional automovilística Stellantis está trabajando ya con la compañía china CATL para la creación de una sociedad con el fin de instalar en Figueruelas una de las mayores fábricas de baterías eléctricas para vehículos de Europa.

Ambas empresas están perfilando los detalles para la formalización de una «joint venture», una alianza empresarial habitual en este tipo de colaboraciones internacionales, que uniría la capacidad productiva de Stellantis con el “know how”, de CATL (Contemporary Amperex Technology Co Limited), la multinacional líder mundial en la fabricación de baterías eléctricas.

La fábrica se construiría sobre un terreno de cerca de 60 hectáreas, propiedad de Stellantis, situado junto a la actual factoría de Figueruelas para favorecer la operatividad y las sinergias en el proceso de montaje.

Este avance en las negociaciones se produce tras el primer acuerdo alcanzado entre las partes, en noviembre de 2023, cuando CATL y Stellantis ya anunciaron su compromiso para el suministro de baterías en sus plantas europeas. Stellantis inauguró su primera fábrica de baterías en Francia el año pasado y ha proyectado otras dos en Alemania e Italia.

Según ha podido saber HERALDO de fuentes cercanas a la operación, las conversaciones están muy avanzadas, aunque todavía falta el último paso, el más importante y condición ‘sine qua non’ impuesta por Stellantis al Ejecutivo español para apostar por Aragón: la obtención de una sensible cantidad económica del Perte VEC III, los fondos habilitados para la automoción, y que están aún sin convocar.

Una delegación de CATL viajó incluso a Zaragoza en los últimos meses y está previsto que lo vuelvan a hacer en las próximas semanas para iniciar los primeros trabajos de cara a la puesta en marcha de la macronave, ya que los contactos entre ambas empresas son fluidos.

Se prevé que una vez que Stellantis y CATL den el visto bueno, se iniciaría la construcción, que se prolongaría cerca de dos años. El montante final de la operación podría superar los 2.000 millones de euros y generaría 3.000 puestos de trabajo directos, una de las mayores inversiones en la historia de Aragón.

El valor añadido de la megafactoría la convertiría no solo en suministradora de baterías para los vehículos de la matriz sino que sería, además, proveedora para otras marcas de referencia en el mercado. En todo caso, aún no han trascendido los detalles concretos de la operación, que no está cerrada y que se halla blindada por un cláusula de confidencialidad. Las negociaciones siguen avanzando entre el Gobierno chino, el Gobierno español, las dos compañías y el Gobierno de Aragón.

Stellantis ha expresado reiteradamente su deseo de que el Gobierno central aporte a través de la línea de subvenciones, el dinero necesario para la construcción de la fábrica.

En ese sentido, en la última visita a Aragón del ministro de Industria, Jordi Hereu, el pasado mes de marzo, anunció la inyección de de 54,4 millones de euros de la línea B de la segunda convocatoria del Perte del vehículo eléctrico y conectado (VEC).

Esta ayuda va a ser determinante para albergar en Figueruelas la instalación de la plataforma STLA Small de coches eléctricos de pequeño tamaño que permitirá su viabilidad a largo plazo.

Además, Hereu ya avanzó que la cuantía del Perte III se ha ampliado de los 300 a los 500 millones de euros. La declaración puede contexualizarse en un claro guiño hacia las opciones de la automovilística en este proceso. Tanto el Ministerio como el Gobierno de Aragón ya han sostenido en diferentes declaraciones -la última la del presidente aragonés Jorge Azcón, este viernes-, que la construcción es estratégica para España y para la Comunidad autónoma.

El liderazgo de CATL

De momento, para el proyecto específico de la fábrica de Zaragoza, denominado Antares, Stellantis ha recibido también 55,86 millones de euros de la segunda convocatoria del Perte, cantidad que la multinacional ya consideró insuficiente en su día y que es mucho menor que las asignadas a otras iniciativas similares en España, como la de Volkswagen en Sagunto (Valencia) o la del grupo chino Enivision en Extremadura, que superan los 300 millones.

Si, una vez dados los primeros pasos, la operación se cerrara con éxito, Stellantis habría logrado asociarse con la empresa más importante a nivel mundial en la fabricación de baterías eléctricas para la automoción.

En concreto, su cuota de mercado ronda el 40%, con una sólida ventaja competitiva con relación a sus perseguidores, LG (14%) y BYD (11%). Se caracteriza por su constante innovación y es líder en el mercado de las baterías desde hace seis años. En 2023 presentó su nueva plataforma CTC (Cell To Chassis), para la integración de las celdas de las baterías en el chasis del automóvil.

Su sede central se encuentra en Ningde (China). Acumula trece bases de producción, once de ellas en China, una en Alemania y otra en Hungría. Y cuenta, además, con cinco centros de I+D, cuatro en China y uno en Munich. Sería, en este caso, su primera gran alianza en España.

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