Stellantis proyecta la gigafactoría de Zaragoza a la espera del espaldarazo del Perte

La inyección de los fondos que gestiona Industria será clave para llevar la iniciativa adelante, mientras Azcón presiona para que se aprueben ya.

José Luis Alonso, director de la planta de Stellantis en Figueruelas, el pasado viernes durante la visita del presidente aragonés, Jorge Azcón, a la factoría.
José Luis Alonso, director de la planta de Stellantis en Figueruelas, el pasado viernes durante la visita del presidente aragonés, Jorge Azcón, a la factoría.
Oliver Duch

La pelota está en el tejado del Gobierno de España. En el ministerio de Industria, para ser precisos. En vías de cerrarse ya la adjudicación de las ayudas incluidas en la segunda convocatoria del Perte del vehículo eléctrico y conectado (VEC), el proyecto de la fábrica de baterías para coches enchufables de Stellantis en Zaragoza –con la denominación oficial de Antares– ha recibido solo 55,86 millones de euros. Una cantidad que «no cumple las expectativas» de la compañía, que había recogido en su solicitud un presupuesto financiable de 279,32 millones. Por eso hay que esperar a una nueva convocatoria, la del Perte VEC III.

Stellantis, como otras empresas del sector, no llevarían adelante un proyecto de estas características, que conlleva una inversión que supera los 2.000 millones de euros, sin un apoyo público sustancial. El Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) es la herramienta idónea para conseguirlo. En otros países no han contado con fondos europeos de este tipo.

En plena transición hacia una movilidad más sostenible y con una competencia feroz desde China con compañías fuertemente apoyadas por su Gobierno, las multinacionales del automóvil europeas se ven obligadas a contar también con un respaldo económico de sus instituciones potente para estar a la altura.

En España, sin ir más lejos, el grupo alemán Volkswagen se hizo con 357 millones de euros de la primera convocatoria del Perte VEC para la fábrica de baterías que está construyendo en Sagunto (Valencia), que se calcula que necesitará unos 4.500 millones de euros de inversión y generará cerca de 3.000 empleos. Aragón, con la implicación directa del Gobierno anterior, el que presidía el socialista Javier Lambán, competía por ese proyecto, cuya ubicación estaba prevista en el entorno de Zuera y Villanueva de Gállego, pero la Comunidad Valenciana se llevó el gato al agua.

Otra iniciativa con ambición está en marcha ya en España, en este caso con ayudas del Perte VECII. Está impulsada por la multinacional china Envision y se materializará en Navalmoral de la Mata, en la provincia extremeña de Cáceres, tras adjudicarse 300 millones de euros de la línea de baterías de la segunda convocatoria del Perte, 200 millones como subvención y 100 millones como préstamo.

Los argumentos de Azcón

La concesión de ayudas a iniciativas que se materializarán en la Comunidad Valenciana y en Extremadura ha dado argumentos al presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, para reclamar el mismo apoyo al proyecto que Stellantis quiere poner en marcha en Figueruelas. Una gigafactoría que se instalaría en el terreno que la multinacional tiene libre junto a su planta de automóviles, donde está ensamblando en la actualidad hasta cinco modelos distintos, uno de ellos en preproducción (el Lancia Ypsilon). Tres de esos coches tienen versiones eléctricas (el Opel Corsa, el Peugeot 208 y el modelo de Lancia) y dos más comparten también sus cadenas de montaje (el Opel Crossland y el Citroën C3 Aircross).

"Si las ayudas del Ministerio llegan, la gigafactoría de Stellantis se hará en Zaragoza", proclamó con convecimiento Azcón el pasado viernes en su primera visita a las instalaciones de Figueruelas desde que preside el Ejecutivo aragonés.

El presidente aragonés reconoció que dos ministros de Industria de Pedro Sánchez se han manifestado públicamente a favor de respaldar la fábrica de baterías en Figueruelas y que incluso el anterior, Héctor Gómez, garantizó su implicación "al 220%". El actual, Jordi Hereu, ha dado muestras también de seguir apoyando. Pero eso es insuficiente. "Necesitamos que las decisiones se tomen ya, vamos tarde", recalcó Azcón. "Queremos justicia, no queremos ser más pero tampoco menos", dijo también en alusión a las ayudas concedidas a Volkswagen en Sagunto y a Envision en Extremadura.

El presidente aragonés se reunió en la factoría con su director, José Luis Alonso, y con otros miembros de su equipo, entre ellos Ana Capistrós, gerente de Estrategia Industrial, y Carlos Iglesias, responsable de Recursos Humanos. Ahí hablaron de la gigafactoría, pero en el evento oficial Alonso no se refirió a ese proyecto, aunque sí a la apuesta de la compañía por acelerar la electrificación consciente de que a partir de 2035 solo se podrán comercializar en Europa vehículos 0 emisiones. El director del centro de Figueruelas agradeció el apoyo recibido de las instituciones a su actividad, pero reclamó, a la vez, que se incentive la compra de vehículos y se dé respaldo a las inversiones que realizan. "Esperemos seguir contando con apoyos del Gobierno de España y del de Aragón", dijo.

La alianza con CATL

En Stellantis se trabaja en silencio en el proyecto de la gigafactoría. No hablan oficialmente de ella (en las informaciones del Ministerio solo se refieren a ella como proyecto Antares), pero los contactos con profesionales del grupo chino CATL y con otros responsables de la compañía en Europa están a la orden del día. El espacio donde se construiría la fábrica junto a la planta de vehículos está bien delimitado.

En el anuncio del memorando de entendimiento (MoU) firmado por Stellantis con CATL en noviembre de 2023 se habla del suministro local de células y módulos de baterías LFP para la producción de vehículos eléctricos del fabricante de automóviles en Europa. También se indica que "para apoyar aún más la ambiciosa estrategia de electrificación de Stellantis, las dos compañías están estudiando la posibilidad de formar una ‘joint venture’ con aportaciones equivalentes".

Stellantis ha inaugurado ya una fábrica de baterías en Europa, ubicada en Billy-Berclau Dovrin, Francia, y proyecta dos más, una en Kaiserslautern (Alemania) y otra en Térmoli (Italia). Los tres proyectos han contado con ayudas públicas importantes y son pilotados por la compañía que dirige Carlos Tavares en una ‘joint venture’ creada con Saft (TotalEnergies) en 2020, denominada Automotive Cells Company (ACC), y a la que se sumó Mercedes-Benz en 2022. 

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