comercio

Últimos cierres de zapaterías en Zaragoza: "La gente se va jubilando y van cerrando. Abrir, no abre nadie"

Negocios de toda la vida y cadenas conviven en un sector que nota el cambio de hábitos como el aumento de las compras por internet y el auge del calzado deportivo para diario.

Tienda de Calzados Muro cerrada en la calle Alfonso se Zaragoza.
Tienda de Calzados Muro cerrada en la calle Alfonso se Zaragoza.
H. A.

Las zapaterías han sido unos de los comercios que sufrieron duramente los efectos de la pandemia de covid. Al igual que en el textil, la venta de calzado afronta en los últimos años retos como competir con el cambio de hábitos de los consumidores, tras el auge del comercio electrónico. En la comunidad sigue habiendo marcas que se adaptan con diseño y producto artesano, con calidad y dando servicio de proximidad, pero el sector se va reduciendo. En los últimos años, se han producido varios cierres de marcas emblemáticas de calzado en la ciudad.

La pandemia de coronavirus se llevó por delante la histórica zapatería Sanse del centro de Zaragoza cuando la tercera generación se encontraba al frente. En diciembre de 2020, el primer año de restricciones, bajó la persiana definitivamente el último de sus establecimientos y entonces se sumaban otros factores como el aumento de las grandes superficies, las ventas por internet y la falta de ayudas, según denunciaron entonces sus propietarias. Estas eran las nietas del fundador, Santiago Serrano, de cuyas primeras sílabas del nombre surgió el de la compañía en 1949. Serrano nació en Brea de Aragón, en la Comarca del Aranda, la que fuera cuna del calzado en la comunidad, hoy reducida al mínimo por la competencia asiática, y llegó a tener fábrica propia. Sus locales fueron ocupados por otras enseñas, pero de otros sectores diferentes como la estética y la moda.

Una de las tiendas de Sanse cerrada, en el centro de Zaragoza.
Una de las tiendas de Sanse cerrada, en el centro de Zaragoza en 2020.
Guillermo Mestre

Ese año no volvió a levantar tampoco la persiana tras el confinamiento por la pandemia otra enseña emblemática, Calzados Muro, que contaba con un establecimiento en la céntrica calle Alfonso, que permanece cerrado. El 2024 ha comenzado con otra zapatería menos en la capital, Calzados Lagatta, aunque sus actuales propietarios, los hermanos Tutor Bermúdez, segunda generación del negocio, se han marcado como objetivo continuar la venta por internet. El establecimiento estuvo abierto 40 años, desde 1983 hasta 2023, y ha sido uno de los más reconocibles del paseo de Teruel.

Hace unas semanas cerró la tienda de Calzados Querol en el centro comercial de Puerto Venecia, una enseña catalana inmersa en un concurso de acreedores, que mantiene sus establecimientos en su comunidad originaria. La compañía busca reestructurar su deuda para poder seguir adelante con su actividad, pero ha comenzado por reducir el número de tiendas físicas.

Una mujer pasa por el escaparate de Calzados Lagatta, este miércoles en el paso de Teruel de Zaragoza
Una mujer pasa por el escaparate de Calzados Lagatta, en 2023, durante su liquidación por cierre.
Oliver Duch

"La gente se va jubilando y van cerrando. Abrir, no abre nadie", asegura Miguel Ángel Pascual, emprendedor de los que en pandemia buscó una oportunidad para reciclarse como autónomo y lo hizo como autónomo con un outlet especializado en calzado de fabricación nacional, Calza2 & Co. "Antes de la pandemia ya estaba fatal", reconoce sobre la situación del sector, pero por su trabajo como organizador de ferias, tenía contacto con proveedores y decidió lanzarse. Él es una prueba de que ha habido aperturas también en estos años. No es el único. Otras cadenas locales como Bogar han seguido creciendo tras 50 años de historia, con alguna apertura en estos años en ubicaciones céntricas como su tienda del Paseo de María Agustín.

Los consumidores miran más a la hora de comprar y comparan precios por internet, además de que "no ha habido invierno" este año, recuerda Pascual. "Cuando empezó el frío ya estábamos en rebajas", añade el emprendedor sobre el adelanto cada año de la época de descuentos en el comercio en general. "Se vende muy poco y con márgenes lamentables", se queja.

Denuncia que resulte cada vez más complicado encontrar proveedores aragoneses y españoles de calzado de piel. "Quedan unos 15 fabricantes, cinco en Illueca y cinco en Brea de Aragón y el resto en otros pueblos pequeños cercanos", resume sobre la pérdida de fábricas en la Comarca del Aranda de Zaragoza. "Ahora viene todo de Asia y de mala calidad", afirma. Muchos compradores buscan solo precio o se abastecen en las grandes superficies o gigantes de la moda que venden también calzado.

Márgenes más reducidos

Los comercios ven reducidos sus márgenes por lo que considera "competencia desleal" dentro del sector. "Los fabricantes y distribuidores nos están haciendo desaparecer. Nos hacen competencia desleal  en internet vendiendo al público final", denuncia, en referencia a algunas de las grandes marcas del sector. Estas cuentan con tiendas en el canal 'online' y a veces también se quedan con los establecimientos físicos que cierran para continuar la venta con sus productos. "Están reventando con precios bajos a los que vendemos producto nacional y de más calidad y es imposible competir con ellos", afirma. Con todo ello, el pasado mes de octubre abrió una segunda tienda y apuesta por seguir adelante en el sector. 

El sector vive también reconversiones de locales como el veterano de la calle San Miguel con calle Blancas que durante décadas ocupó una tienda de Calzados Reula que pertenecía a la sociedad Dimon's creada en 1985 y que solicitó la liquidación en 2023. Ahora se ha convertido en una tienda de calzado de Xti, una de las grandes cadenas del sector y fabricante, que cuenta con otro establecimiento en el centro comercial La Torre Outlet. La enseña Carlos Reula sigue activa con una media docena de establecimientos en la capital aragonesa, que pertenecían a otra sociedad.

Las zapaterías veteranas se apoyan en el servicio al cliente

Más optimistas son establecimientos de toda la vida como Calzados Fernando, con la cuarta generación al frente. En esta época del año esperan a que llegue la campaña de primavera para animar las ventas. Ahora están "rematando lo que queda de invierno y recibiendo lo que queda nuevo de verano", cuentan desde este negocio familiar con tiendas en los barrios zaragozanos de las Delicias y San José. 

Ana Fernando y su marido Fernando Fraile reconocen que "ahora ha cambiado todo mucho" y que "no tiene nada que ver" con la marcha de estos negocios hace años. "Antes era un negocio muy próspero y ahora tienes que pelear día a día, no todo se vende como antiguamente", confiesan. En su caso, centrados en el calzado de mujer y caballero clásico, con una clientela de proximidad, reconocen que "la ventaja que tienes al ser pequeño es que enseguida detectas lo que te pide el público".

Desde Calzados Callizo también conocen bien a su clientela, en su mayoría personas mayores. José Luis Arribas Callizo, nieto de los fundadores de esta empresa centenaria, es consciente de que esto tiene también su lado negativo. "Cuando vayamos desapareciendo los mayores la gente más joven comprará en otro sistema", apunta, en alusión a internet. La firma mantiene cinco tiendas en la ciudad. Se queja de que no ha habido nunca suficiente apoyo al pequeño comercio, "quitando al Ayuntamiento con el 'Volveremos' (programa de descuentos), que ha sido una ayuda, pero nos han subido los impuestos". A la lista suma los precios de los alquileres y las dificultades para encontrar personas jóvenes que quieran trabajar seis días a la semana, "incluida alguna tarde de los sábados". Durante su larga trayectoria en el sector confiesa que "ha habido que luchar contra viento y marea" y así piensa seguir haciéndolo.

Modas como la generalización del uso de zapato deportivo no ayudan a las zapaterías de toda la vida. "Eso ha restado mucha clienta de la que antes compraba zapato", apuntan desde Calzados Fernando. Sin embargo, se han visto favorecidos porque, en su caso, han recuperado ventas del "calzado de ceremonia y fiesta que prácticamente se quedó a niveles mínimos en la pandemia y que ha vuelto a cifras normales".

"Se compite con oficio, con la experiencia que te dan los años, con el trato personal, una atención más minuciosa y conociendo al cliente", aseguran, con la esperanza de seguir adelante tras tres generaciones.

Apúntate a la newsletter de economía y tendrás cada semana las últimas noticias del sector, claves y recomendaciones de expertos.

 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión