Goteo de cierres de mercados de barrio en Zaragoza: estos son los que sobreviven

En toda la ciudad hay 35 mercados abiertos actualmente, tres de ellos públicos.

Nuevo espacio en el Mercado de San Vicente de Paúl, en Zaragoza
Nuevo espacio en el Mercado de San Vicente de Paúl, en Zaragoza
Guillermo Mestre

Son un nexo de conexión entre los vecinos y un punto básico de abastecimiento. Los mercados de barrio reducen su presencia cada año que pasa en Zaragoza. El último caso, que casi no ejercía como tal en tiempos recientes, es el del mercado Hernán Cortés, que ya anuncia su arrendamiento con el objetivo de darle un nuevo uso al espacio. Pero son varios los casos de reinvenciones sin éxito (y otras fructíferas) y de bajadas de persianas definitivas de establecimientos de este tipo en varios distritos de la ciudad. 

Tanto del Ayuntamiento de la ciudad como la Federación de Galerías de Alimentación y Mercados Detallistas (Zamas) registran los mercados de barrio todavía con vida. Públicos son tres: el Central, el de San Vicente de Paúl (que tiene un nuevo espacio desde enero) y el de Valdespartera, que gestiona Mercazaragoza. Los 32 restantes (contando los últimos cierres de Hernán Cortés y Fleta) son privados, asociados a Zamas. En 2022, se contabilizaban 39 lonjas de este tipo, mientras que en la década de 1970 había más de cien.

El problema con estos establecimientos suele ser el mismo independientemente del barrio: la falta de relevo generacional y el auge de las grandes superficies. De hecho, según explica el Consistorio, muchos de los dinamizadores de los puestos se encuentran en edades próximas a la jubilación y, al no tener relevo, desaparece ese punto de venta. Además, desde hace años se ha contribuido a la revitalización de estos comercios a través de ayudas, el programa Volveremos, rehabilitaciones... Pero, en ocasiones, no queda más remedio que bajar la persiana, ya que es decisión del propietario.

Así, el mercado de Hernán Cortés ha bajado definitivamente la persiana tras varios intentos de resurrección. No obstante, todavía quedan algunos puestos en su exterior, como el de la pollería de Marina Hernández, que seguirán abiertos, pero el pasaje ya forma parte del mercado. Se anuncia por un precio, actualmente, de 10.000 euros al mes por una superficie de 2.000 metros cuadrados. Otro de los recientes casos más sonados es el de la lonja de Azoque, en pleno centro de la ciudad, que despidió entre lágrimas el año pasado al último negocio que lo mantenía vivo: el bar Siberiano.

Exterior del mercado, con el cartel que anuncia su arrendamiento, en su salida a la avenida de Goya.
Exterior del mercado, con el cartel que anuncia su arrendamiento, en su salida a la avenida de Goya.
H. A.
Uno de los puestos cerrados del mercado Azoque, donde solo resiste el bar Siberiano.
Uno de los puestos cerrados del mercado Azoque.
Francisco Jiménez

Son numerosas las clausuras y reconversiones de estos espacios en los últimos años. Por ejemplo, ya se conoce que el local del antiguo mercado de La Jota, que llegó a albergar más de 20 puestos, será un BonÁrea a finales de abril. También fue relevante el cierre del mercado Fleta, que incluso llegó a cambiarse el nombre a Nuevo Mercado Fleta tras una reforma que aspiraba a darle pulso durante más décadas, finalmente sin éxito. En su espacio abrirá una tienda Pepco.

El distrito de Torrero llegó a tener, en su día, siete lonjas abiertas privadas. Ahora no existe ninguna en este barrio. Pero no todo son malas noticias. Como ya se ha citado, siguen abiertos 35 mercados en toda la ciudad. Desde el Ayuntamiento apuntan que hay que sumar ocho ambulantes. En total, hay unos 350 detallistas, de los que 71 pertenecen a instalaciones municipales. En concreto, en el de San Vicente de Paúl hay seis, el más numeroso es el Mercado Central con 53 y en el de Valdespartera hay 12.

Hay algunas pequeñas lonjas que "funcionan bien" y sobreviven, en parte, gracias al relevo generacional. En el centro se contabilizan la mayoría de los mercados de barrio abiertos, con ocho. El de Vitoria, Teruel, San Miguel, Rosales, París... Todos ellos siguen desempeñando su función con brío. En Las Fuentes hay otros seis, en Delicias cinco y otros cuatro en San José.

La presencia de los mercados merma en otros distritos como Romareda (que solo dispone de dos), Almozara y Oliver (ambos con uno) o Fernando el Católico, que tras el cierre de Hernán Cortés solo tiene dos lonjas privadas. El Casco Histórico aglutina dos de los de mayor volumen, el de San Vicente de Paúl y el Central, que son grandes casos de éxito gracias a los impulsos del Consistorio. Mientras, Casablanca, Valdespartera y la Margen Izquierda solo tienen dos mercados por cada distrito.

Cabe resaltar que este miércoles el Ayuntamiento prorrogó hasta junio la prueba piloto que tenía como objetivo revitalizar el mercado de San Vicente de Paúl. Gracias al nuevo espacio que se inauguró recientemente, se han atraído a más de 7.000 clientes a la lonja, con una media de 250 al día. Mientras, el Mercado Central sigue con su renovación. Se espera que la instalación de las 126 ventanas monitorizadas se ejecute antes de finales de año para dar un nuevo empuje a la lonja más importante de la ciudad.

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