El supermercado urbano: naranjas de la Aljafería y huevos de patos del Canal

La Policía refuerza la vigilancia en los parques y jardines al detectar un aumento de robos de flores y plantas, sobre todo, comestibles. Las multas pueden alcanzar los 250 euros.

Un hombre recoge olivas junto a las Murallas Romanas.
Un hombre recoge olivas junto a las Murallas Romanas.
Heraldo

Ejemplos hay para todos los gustos y a cada cual más loco. Cuenta la Policía que más de una vez han visto a personas mayores ‘vareando’ algunos de los olivos plantados por media ciudad e, incluso, coger prestadas (y no devolver, claro) las coles lombardas ornamentales de ciertos parterres. Sin llegar a esos extremos, el Ayuntamiento quiere poner veto a la fea costumbre de arrancar una flor de la jardinera para colocar en el jarrón de casa y, de hecho, desde esta semana inicia un refuerzo de la vigilancia policial de los parterres.

Las nuevas plantas en recuerdo de la huerta de Santa Engracia que acaban de colocarse tras la reforma de la plaza están contadas y vigiladas. El Consistorio explica que el robo de la vegetación también es “una suerte de vandalismo”, que “aumenta los costes de mantenimiento y genera un impacto visual negativo”. Por eso, se ha lanzado una campaña específica para perseguir a los infractores, que pueden ser sancionados con hasta 250 euros, según las ordenanzas municipales.

La polución hace que los frutos de la 'vega de asfalto' tengan más plomo que vitaminas

Pero, ¿qué es lo que más atrae a los amigos de la floricultura y, a la vez, de lo ajeno? La lista es interminable. En el entorno de Cesáreo Alierta o la zona de Murallas Romanas se ha llegado a ver vecinos vareando los olivos para hacerse con un puñado de aceitunas. Peor es el caso de la traza del tranvía o de Constitución, en cuyos parterres en ocasiones se plantan coles decorativas que más de uno ha utilizado para prepararse una ensalada. En la Fuente de la Junquera hay decenas de zarzas y muchos viandantes recogen sus moras para merendar, práctica más inocente que las anteriores como sucede también con otra muy habitual: la recogida de plantas aromáticas en los montes de Torrero donde abunda el tomillo, el espliego, el romero… En el parque Grande antaño se recogían piñones de los pinos piñoneros y, también, castañas pero que no eran del todo comestibles. Hay que apuntar también que, por ejemplo, los nísperos de Sagasta son muy poco recomendables dado que con la polución y el tráfico contienen más plomo que vitaminas...

Para lo que hace falta tener un rostro de cemento armado es para acercarse a visitar los patios de la Aljafería y acabar la visita echándose un par de naranjas al bolso. El palacio es sede de las Cortes y la vigilancia es extrema, pero eso no quita para que a más de uno le hayan tenido que llamar la atención por recoger fruta del suelo o, peor, del árbol. Esas naranjas, que tan bonitas quedan en las fotos, son muy amargas, pero dicen que se pueden utilizar para hacer mermeladas…

Las nuevas plantaciones que están llevando a cabo desde Parques y Jardines.
Las nuevas plantaciones que están llevando a cabo desde Parques y Jardines.
Oliver Duch

El Consistorio “está haciendo un esfuerzo importante para poner bonita la ciudad y que todos podamos “disfrutar de un espacio público más cuidado y más bello”, explica la concejal Natalia Chueca, al tiempo que recuerda que en el Parque Grande se podrán ver el próximo fin de semana (festival de las flores) más de 8.000 nuevos rosales. Por ello, pide “acabar con este tipo de actos vandálicos e incívicos” y solicita la colaboración ciudadana para alertar a las autoridades de estas prácticas en cuanto sean detectadas. “La conservación del espacio público es una responsabilidad de todos porque los parques y jardines de Zaragoza son de todos y cada uno de los zaragozanos”, afirma.

Esta pretendida concienciación debería dejar atrás algunas arraigadas costumbres como las de coger hojitas de morera de los árboles de la plaza Emperador Carlos para que coman las gusanos de seda o acudir a los sotos de ribera donde, de forma insospechada y sin aparente dueño, aún salen algunas acelgas o ramas de hinojo, como recuerdo de que aquellas eran zonas de la antigua huerta. Menos mal que las setas no crecen entre el asfalto… También en las afueras, en muchos caminos de los barrios rurales, abundan las higueras y -cómo no- los jubilados que se las ingenian con palos con una cuchilla y una vaso de yogur en su punta para poder coger el fruto. Muchas veces en estos casos se hace la vista gorda porque, cuentan, se agradece que esta cosecha no caiga al suelo dado que ensucia muchísimo.

[[[HA ARCHIVO]]] Fecha: 05/05/2011 Autor: ALCORTA, ASIER descri: Parque del agua de la Expo de Zaragoza. Flora y fauna. Flores. Flor. Recurso.  notas:
Flores de lavanda en el Parque del Agua.
Heraldo

Fuentes municipales comentan cómo se han dejado de plantar muchas coles lombardas que antaño podían verse en las jardineras de Gran Vía o Constitución (uno de los productos más exportados en Rumanía) y también flores comestibles (véase las caléndulas silvestres o la Capuchina) porque pueden servir de aderezo para no pocos platos veraniegos. De hecho, en algunos restaurantes, flores de lavanda como las del Parque del Agua se utilizan para aliñar pastas o pizzas, las de colleja se aprovechan para las tortillas y otros tipos de plantas se transforman en “mantequilla de flores”.

Los jóvenes en Francia y Alemania robaban hortensias de los cementerios para fumarlas

Lo del Parque del Agua, entre sotos, bosques de bambú y huertos urbanos particulares, es harina de otro costal y quien más quien menos ve en el área verde una suerte de supermercado en el que hallar nísperos y aceitunas a precio cero.

Por descontado, este no es un fenómeno que solo se dé en Zaragoza, pues en varias ciudades europeas han tenido que advertir a los jóvenes que no fumen las hortensias que decoran las calles porque tal hecho se puso de moda y resultó que después se ha comprobado que la combustión de la planta genera cianuro. Esta alarma saltó en Calais (Francia) y Baviera (Alemania), después de que las autoridades comprobaran que los jóvenes robaban irritantes hortensias de los cementerios para fumarlas.

Recorte de prensa de una detención por robar huevos a los patos.
Recorte de prensa de una detención por robar huevos a los patos.
Heraldo

En Zaragoza no se ha llegado tan lejos, pero sí ha habido algún episodio también de lo más pintoresco. ¿Ejemplos? Sin entrar a valorar la clásica pesca de doradas en el Ebro, en el parque del Tío Jorge a veces se ve cómo chavales pescan cangrejos -que acuden al reclamo del embutido- más por diversión que con fines nutricionales. Hace años fue multada una joven china por coger de madrugada los huevos de los patos del Canal, aunque alegó -con la cesta bajo el brazo- que estos son muy apreciados en la gastronomía de su país. Entonces se le puso una multa por infringir la ley de Caza, dado que las ordenanzas municipales no se podían aplicar en este caso. El texto de 1986 sobre el "uso de zonas verdes" aborda la "protección del entorno" y detalla que no se puede "cortar flores, ramas o especies vegetales". Se prohíbe igualmente "podar, arrancar o partir árboles, pelar o arrancar sus cortezas". 

Otras ciudades prohíben expresamente que se esquilme a sus almendros y castaños, pero en Zaragoza no existe una normativa expresa. No obstante, en esta nueva campaña de refuerzo de la vigilancia se aclara que algunas de estas prácticas si son muy graves pueden calificarse como hurto, por lo que la multa de 250 euros se quedaría corta: se trataría de un delito penal que podría acarrear sanciones mucho mayores.

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