zaragoza

La nueva plaza de Santa Engracia divide a los zaragozanos: de "bonita y espaciosa" a "secarral"

Los vecinos celebran la salida de los coches tras su reforma pero critican que se haya apostado por una plaza "dura".

Como toda gran obra urbanística, la reforma de la plaza de Santa Engracia también tiene que pasar su examen más difícil: el de los ciudadanos. La reconfiguración de este céntrico espacio de la capital aragonesa ha sido objeto de debate tras su reapertura de este miércoles, y no ha dejado a nadie indiferente. Si bien parece haber consenso en el acierto que ha supuesto vetar el paso de vehículos (aunque quedan dos accesos de prioridad peatonal), el diseño ha dejado más dudas.

"Es todo cemento, un secarral", lamentaba Carlos Pérez mientras hacía una foto a la nueva plaza para enviarla a los amigos. "En las infografías que habían presentado salía mucho más verde", recordaba. Su queja era compartida por Julia y Ana Peralta, dos primas que se encontraron con el rediseño de Santa Engracia cuando iban de compras. "Es la típica plaza dura, como la del Pilar, que luego tienen que poner maceteros para arreglarla", comentaba la primera.

Las redes sociales no fueron más benevolentes. Desde quienes veían «un helipuerto más que una plaza», hasta quien vaticinaba con ironía que «va a dar gusto estar ahí en agosto». Tampoco convenció el rediseño a la oposición. El portavoz de ZEC y exalcalde, Pedro Santisteve, rebautizó la plaza como la de 'San Cemento'. "¿Y las zonas verdes, con sombra y bancos para el descanso de las personas mayores y el disfrute de todas?", se preguntaba a través de su cuenta de Twitter.

En este sentido, desde el gobierno PP-Cs recuerdan que la superficie verde se ha incrementado notablemente, y que aún sería mayor si la Comisión de Patrimonio de la DGA no hubiera vetado la instalación de algunos árboles y una fuente, revelan.

El espacio mejora la visibilidad de la basílica y la accesibilidad peatonal tras una reforma integral que incluye un tributo a las víctimas de la covid.

En cualquier caso, también hubo quien celebró el cambio. «Es bonita y espaciosa», apuntaba por la mañana Paquita Andrés, del brazo de su marido Ángel Peco. Junto a ellos, decenas de personas se han concentrado en torno a la plaza cuando el alcalde, Jorge Azcón, y la vicealcaldesa, Sara Fernández, han presentado la reforma, que da mayor protagonismo a la basílica y que, según el Consistorio, hace un guiño a la antigua huerta de Santa Engracia con pequeñas zonas ajardinadas que suman 380 metros cuadrados.

En cualquier caso, la reducción del tráfico fue lo más aplaudido. Carlos Berniz y Pilucha Laborda se mostraban "encantados" tras el mostrador de la joyería ubicada en la plaza. "Antes era horrible con los coches y la carga y descarga", añadía ella, que se ha "adaptado sin problemas" a los seis meses de obras.

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