La calidad del aire de la ciudad se mide en tiempo real desde la red de estaciones de control de contaminación atmosférica. En los próximos meses se medirá también con un método mucho más original y ecológico. Mil macetas de fresas vigilarán el aire de Zaragoza desde las ventanas o terrazas de mil vecinos voluntarios. Son los "vigilantes del cierzo", protagonistas de un experimento de ciencia ciudadana que comienza la próxima semana.

El Ayuntamiento (a través de Zaragoza Activa) y la Fundación Ibercivis organizan el proyecto "Vigilantes del cierzo", pionero en España. Se trata de repartir 1.000 plantas de fresas ecológicas por toda la ciudad. Y transcurridos tres meses, se medirán los contaminantes que quedarán pegados a sus hojas. Con estos datos se elaborará un mapa de la contaminación por barrios en Zaragoza. Este proyecto copia un estudio (AirBezen) realizado en Amberes en 2014 por la Universidad de esta ciudad.

"Queremos demostrar que se puede hacer investigación científica con medios muy sencillos, sin necesidad de aparatos tecnológicos complejos. Para participar no hace falta conocimientos previos, solo responsabilidad y el compromiso de cuidar estas plantas durante unos meses. Pedimos a los voluntarios que coloquen las plantas en un lugar exterior, como una terraza, jardín o el alféizar de una ventana, y que las rieguen periódicamente. Después de unos tres meses, les pedimos que corten tres hojitas de la planta y nos las manden por correo postal, junto con un cuestionario. Y nosotros nos encargaremos de analizar la contaminantes que queden pegados a las hojas", explica Fermín Serrano, de la Fundación Ibercivis (una fundación nacional que nació como 'spin-off' de la Universidad de Zaragoza).

Han elegido fresas ecológicas porque el experimento de Amberes funcionó bien con estas plantas. También se plantearon hacerlo con lavanda u otras especies. "Finalmente elegimos las fresas. Son plantas bonitas, resistentes y fáciles de cuidar. Las hojas son pilosas y en ellas se pegan bien los contaminantes que queremos analizar. En el aire de la ciudad hay metales pesados en suspensión procedentes fundamentalmente del tráfico", señala Fermín Serrano.Reparto el martes 20

Las plantas se repartirán el martes 20 de diciembre en Zaragoza Activa, en la Azucarera. Los que quieran participar en el proyecto y no puedan pasar ese día, puede ir a recoger las macetas a las instalaciones de Hortals en el Parque del Agua. La red de huertos ecológicos Hortals colabora en la iniciativa preparando las plantas. Los ciudadanos "vigilantes del cierzo" recibirán una maceta, unas instrucciones y un sobre certificado prepagado para el envío de las hojas. El coste del kit es de 1 euro. "La participación ciudadana en este proyecto es tan importante como los resultados científicos que obtengamos", subraya el responsable de Ibercivis.

Las hojas se analizarán en un laboratorio de Amberes. "Mediante un método de magnetización obtendremos la cantidad de partículas magnetizables que se han depositado en las hojas. Estas son principalmente la quema de combustibles fósiles, del desgaste de los discos de freno y de otros elementos como las ruedas en los raíles de trenes y tranvías", explican los organizadores.

También colaboran en el proyecto "Vigilantes del cierzo" el Parque Tecnológico de Aula Dei, el programa Ciencia Viva del Departamento de Educación, el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza y el espacio de diseño Recreando Estudio.

Este proyecto es la primera iniciativa de un nuevo grupo de trabajo residente en Zaragoza Activa sobre ecología urbana. La primera reunión será el día 20 a las 11.00, y quieren desarrollar más proyectos de ciencia ciudadana.