El pueblo de Aragón repleto de piscinas naturales y pozas que el resto de España envidia

Esta localidad aragonesa es la opción ideal y la más deseada para los que quieren disfrutar de una jornada veraniega rodeados de aguas cristalinas y pozas de ensueño.

El Parrizal de Beceite.
El Parrizal de Beceite.
Laura Uranga

Cada verano, la opción de las pozas fluviales, piscinas naturales y pantanos crece entre los visitantes ocasionales, que animados por las recomendaciones buscan en estos lugares una solución perfecta al bochorno de España. Antes de aventurarse en este tipo de baños hay que informarse bien de riesgos y prohibiciones, porque no todas son aptas para el baño, aunque así lo parezca desde fuera. Una vez resuelto ese trámite, refrescarse en ellas es un placer por el propio hecho de lo natural, del contacto con el entorno.

En España hay un municipio que destaca por la gran oferta que tiene de este tipo de espacios, y está en Teruel. Beceite es famosa por su sendero de El Parrizal, que discurre junto al río Matarraña, y aunque tiene hermosos remansos, está prohibido el baño en ese lugar en todo el tramo de las pasarelas.

Sin embargo, hay muchos otros que invitan a ello, como las 15 pozas (con sus respectivos aparcamientos) de la zona de la Pesquera, predilecta entre la gente del pueblo y también muy frecuentada por los veraneantes. Aquí es el río Ulldemó el que alimenta las pozas.

La zona de la Font de la Rabosa, con pequeños saltos de agua y piletas naturales de poca profundidad, es otro excelente punto para el baño natural en el pueblo. Ahí mismo está la piscina de L’Assut, que recoge el agua del Matarraña y constituye un híbrido entre piscina natural y artificial, porque tiene cemento en los lados y una pequeña escalerita para entrar calmadamente en el agua. Además, tiene un chiringuito bien surtido.

Por otro lado, siguiendo el barranco de los Olivares se llega al embalse de Pena, donde además del baño se pueden practicar deportes acuáticos, como el kayak. Es otro punto muy frecuentado por amantes del senderismo, que tienen a mano el premio refrescante a su esfuerzo.

El Matarraña tiene muchos alicientes, empezando por los culinarios, y en Beceite destacan dos. La Fábrica de Solfa figura en un puesto de prestigio dentro de la gastronomía de la comarca, gracias a la cocina de Kike Micolau. Por su parte, el Hotel Font del Pas (situado en un antiguo molino papelero del siglo XVIII) es otro lugar idílico en el que reposar y darse un homenaje.  

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