El lugar mágico de Aragón para disfrutar de las perseidas, la lluvia de estrellas más esperada
Estas estrellas reciben también el nombre de ‘lágrimas de San Lorenzo’ y en Huesca se vive de una manera muy especial.
La lluvia de las perseidas es la experiencia visual relacionada con meteoros más esperada del año en Aragón. En Huesca es algo aún más especial, ya que estas estrellas reciben el nombre de ‘lágrimas de San Lorenzo’, ya que sus días de mayor presencia y visibilidad coinciden con las fiestas en honor al patrón de la ciudad oscense. Las perseidas pueden divisarse desde mediados de julio, pero juegan más al escondite en el séptimo mes del año, y es ahora cuando se muestran con más generosidad. Eso sí, tienen sus condiciones para que la exhibición sea completa: alejarse de la contaminación lumínica de las ciudades, contar con cielos claros porque las nubes complican la jugada, e intentar que el lugar sea algo elevado.
Las perseidas pueden divisarse desde mediados de julio, pero juegan más al escondite en el séptimo mes del año, y es ahora cuando se muestran con más generosidad. Eso sí, tienen sus condiciones para que la exhibición sea completa: alejarse de la contaminación lumínica de las ciudades, contar con cielos claros porque las nubes complican la jugada, e intentar que el lugar sea algo elevado.
Desde Fraella y la vecina Marcén hay varias rutas senderistas preciosas, aunque obviamente son actividades que deben hacerse con luz solar. El arranque de varias de esas rutas es la Fuente de los Recuerdos de Fraella, a apenas unos centenares de metros por pista de las últimas casas del pueblo. La fuente abasteció al pueblo hasta que llegaron las conducciones de agua modernas, porque tiene una particularidad: de ella salen siete litros de agua por minuto constantemente, y la gente del pueblo afirma que nunca se ha secado.
El entorno está acomodado: incluso hay una zona de merendero perfecta para reponer fuerzas y esperar la lluvia de estrellas nocturna bien alimentados. Y para cualquier día, hay nada más y nada menos que siete rutas marcadas en los Tozales de la Andeta, el Arco de San Andrés y el Mobache, además de las preciosas Cías de Marcén y su yacimiento musulmán fundado en la época del Califato Omeya.
