turismo
La ruta del hielo de Campo de Belchite: seis pozos de nieve de la era preindustrial
Este recorrido circular sale desde Belchite y pasa por Lécera, Azuara, Moyuela y Fuendetodos, para visitar las neveras mejor conservadas de la zona.
Las neveras preindustriales son unas construcciones singulares con forma cónica, habitualmente, que se empleaban para almacenar la nieve que caía en invierno y así poder conservar en buen estado en su interior ciertos alimentos. Estos elementos cayeron en desuso con la industrialización y la llegada de máquinas que realizaban esta función de refrigeración pero todavía se conservan algunas que son símbolo del patrimonio pasado. En la comarca Campo de Belchite se pueden visitar algunas y, para facilitar este acercamiento al turista, hay trazada una ruta, conocida como la del hielo.
Este itinerario es circular y sale desde el Pueblo Viejo de Belchite, con paradas en Lécera, Azuara, Moyuela y Fuendetodos. La de Belchite se localiza en una terraza que asoma al río Aguasvivas, al sur del Pueblo Viejo. Se trata de uno de los ejemplares más imponentes de la comarca por sus dimensiones y, a diferencia de otras del entorno, tiene un pozo forrado con obra de ladrillo. Por la altitud a la que se sitúa (440 metros) no era habitual que nevara, por eso la nevera se construyó en un lugar estratégico de máximo aprovechamiento de los recursos. Así, está junto a una ladera orientada al norte, lo que permitía la conservación de nieve durante más días. Además, por su proximidad al cauce fluvial la recogida de hielo directamente del río era más fácil.
La de Lécera, por su parte, es un ejemplo de construcción típica de nevera. En la localidad se llegó a tener tres pero solo esta, la del Val, se ha conservado hasta la actualidad. Se sitúa a poco más de un kilómetro al sur del casco urbano, junto al barranco de los Estancos. Por su apariencia y medidas (tiene seis metros de profundidad y 4,5 de diámetro en su anchura) es el ejemplo clásico de estos elementos primitivos. Cuando entró en desuso para fines refrigeradores, se empleó como basurero. De hecho, en sus paredes se pueden ver manchas negras, consecuencia de un incendio provocado al quemar basura en su interior. En 2005, la Asociación Las Cucutas de Lécera acometió su restauración y reintegró la parte superior de la cúpula.
La siguiente parada de la ruta es en la nevera de Moyuela, un pueblo situado a 700 metros de altitud, una cota a la que en siglos pasados nevaba con frecuencia. También conocida como la nevera de López Cameo, en honor a sus últimos propietarios, en esta construcción se conserva en buen estado la cúpula cónica con un sistema de aproximación de hiladas típico de las neveras antiguas. Tras la cesión del nevero de la familia López-Cameo al Ayuntamiento de Moyuela, en el año 2000, los voluntarios de la Asociación Cultural Arbir Malena llevaron a cabo una serie de actuaciones de rehabilitación del edificio entre los años 2002 y 2004.
El recorrido continúa hacia el norte, en dirección a Azuara. En el cruce de las carreteras A-1506 con la A-2306, en el antiguo camino de Letux, se encuentra una nevera totalmente diferente a las demás de la ruta. Lo que la hace especial son, sobre todo, sus proporciones. En este caso, la nevera es singular por ser más profunda y estrecha que las típicas. Además, su bóveda es distinta ya que está hecha mediante encofrado con tablillas, una técnica que también se usa en otras construcciones populares de la zona, como las bodegas.
La ruta de las neveras del Campo de Belchite termina en Fuendetodos. La localidad llegó a tener hasta 20 neveras, pero actualmente solo se conservan y se pueden visitar dos de ellas. Una, la del Calvario, está a las afueras del pueblo en la parte más elevada, junto a los restos de un castillo conocido como la Obra de los moros y a pocos metros del espacio Fuendeverde. Su cúpula primitiva se mantuvo hasta 1936, año a partir del que se fue deteriorando, al tiempo que el pozo abierto y cercano al casco urbano se convertía en basurero. En 2018 se procedió a su reconstrucción, consiguiendo el resultado que se puede ver hoy en día. La otra nevera es la de Culroya, que se localiza al sur del núcleo urbano de Fuendetodos. Es una de las más emblemáticas de Aragón y es el único ejemplar conservado íntegramente en la localidad. Se caracteriza por su peculiar forma de huevo, muy esbelta, y por su fábrica en piedra caracoleña.
Estas seis neveras son una muestra de estas construcciones primitivas que se pueden encontrar en otros puntos de Aragón. De especial interés son las del Bajo Aragón Histórico, conocidas como las bóvedas del frío, un conjunto de 16 neveros que ha sido declarado recientemente como Bien de Interés Cultural.
Aragón cuenta con alrededor de 300 elementos de este tipo distribuidos por toda su geografía. Surgieron en Mesopotamia y se fueron extendiendo por todo el Próximo Oriente y el Mediterráneo. También conocidos como pozos de nieve, normalmente están recubiertos de ladrillo o piedra sillar, con cúpulas de forma cónica y varios vanos para facilitar la carga de nieve y su salida o evacuación. En la mayoría de los casos su origen se remonta al periodo comprendido entre los siglos XVI y XVIII, excepcionalmente en el XIX, para iniciar su abandono a finales de dicho siglo, con la producción de hielo industrial. Durante el siglo XX comenzaron a restaurarse algunas de ellas para mostrarlas al público, por lo que actualmente presentan muy diferentes estados de conservación.
