rutas por aragón

La Val de Onsella: cinco pueblos junto al río en la frontera entre los antiguos reinos de Aragón y Navarra

Navardún, Urriés, Isuerre, Lobera de Onsella y Longás se extienden a orillas del Onsella a lo largo de este desconocido valle en las Altas Cinco Villas.

Lobera de Onsella
Lobera de Onsella
Laura Uranga

Al norte de la provincia de Zaragoza, en una de sus zonas más desconocidas, está la Val de Onsella, en la frontera entre los antiguos reinos de Aragón y Navarra. A medio camino entre los Monegros y los Pirineos, en las Altas Cinco Villas, el paisaje es discreto y tranquilo, en el cielo sobrevuelan milanos y de la tierra brotan chopos y robles. En esta atmósfera de quietud, cinco pueblos se extienden a lo largo del río. Son Navardún, Urriés, Isuerre, Lobera de Onsella y Longás.

Esta ruta sigue el curso del agua, que fluye al fondo de un valle longitudinal entre la Sierra de Santo Domingo y la Canal de Berdún. Entre Navardún, localidad a la entrada del valle, y Longás, en la cabecera, hay 27 kilómetros por la carretera A-2603. En la primera parada se encuentra uno de los principales puntos de interés de la zona. Se trata del torreón de Navardún, una atalaya levantada en el siglo XIV que en su día funcionó como torre de vigilancia en la frontera entre los dos reinos. Actualmente pertenece a la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y alberga la oficina de turismo y un centro de interpretación. Sus 26 metros lo convierten en uno de los torreones más altos de Aragón y qué mejor elemento que este para dar la bienvenida a los visitantes.

Antes de dejar este primer destino, se puede visitar la iglesia de la Asunción de María, un templo románico en el siglo XI, o acercarse a La Pesquera, una presa romana a las afueras del pueblo.

Foto de Navardún
Torreón de Navardún
Laura Uranga

Siguiendo el curso del río hacia el este, a dos kilómetros por carretera se encuentra Urriés, con su casco urbano montañés ocupado por casas señoriales, como la Casa Borgas o Casa Orán. Los principales puntos de interés son la iglesia parroquial de San Esteban y el conocido como callejón de Urriés. Con sus 41 centímetros de anchura es una de las calles más estrechas de Europa y, sin duda, la más fotografiada de la zona. Su entorno es propicio para la recogida de setas y se pueden realizar varias excursiones por bosques de encinas y robles. A la salida del pueblo está la ermita de Santiago, otro de los atractivos de la localidad.

La ruta continúa con Isuerre como próximo destino, a nueve kilómetros. En la Edad Media fue una población amurallada y el trazado medieval todavía se conserva. Es un pueblo tranquilo y pequeño que en los meses estivales se llena. Los restos de la muralla se pueden ver en la portada de la plaza interior, aunque hay otra más amplia junto a la iglesia, donde un mirador ofrece las mejores vistas del valle y el río Onsella. En el caso urbano también se puede ver la iglesia de San Esteban y hay un museo de la micología. Para los amantes de los caballos, en Isuerre está el club hípico El Caballito Loco, que ofrece rutas y otras actividades del mundo equino.

A cinco kilómetros y medio está la siguiente parada: Lobera de Onsella. La práctica totalidad de sus casas son de piedra y su trazado, uniforme. Pasear por este pequeño pueblo es ya todo un plan, pero además uno se puede detener en la iglesia de la Asunción de María, construida en el siglo XVI en piedra de sillería y mampostería. Antes de dejar el pueblo, los visitantes tienen un reto: tratar de pasar por el callejón de Piquera. Del estilo del de Urriés, este mide 130 centímetros en su parte más ancha pero tan solo 29 en la más estrecha.

Foto de Navardún
Torreón de Navardún
Laura Uranga

Antes de seguir al próximo destino, merece la pena hacer un pequeño desvío para acercarse a la necrópolis del cerro de San Miguel. Se trata de un yacimiento medieval compuesto por 17 enterramientos que fue descubierto hace unos años, cuando se realizaban labores de nivelación en una finca. Las características de las tumbas encontradas son únicas en España y, por su peculiaridad, se han catalogado como de tipo Lobera de Onsella.

Longás es el último destino de esta ruta en coche por los cinco pueblos que se adentran en el valle del río Onsella. Está a diez kilómetros de Lobera y la carretera A-2603, que ha acompañado al visitante durante todo el recorrido, muere aquí. Longás es el pueblo más de montaña de la zona y el de mayor espíritu pirenaico. Al conjunto se accede por un puente románico sobre el río Onsella y sus calles están llenas de casas señoriales hasta llegar a la iglesia de Santa María (siglo XVI). Merece la pena alzar la vista hacia los tejados de las casas para ver las abundantes chimeneas típicas aragonesas. Tienen forma de tronco y acabado cónico, también son conocidas como chamineras o espantabrujas y son muy típicas del Pirineo.

Foto de Isuerre
Museo de Setas en Isuerre
Laura Uranga

El entorno natural de Longás forma parte del paisaje protegido de la sierra de Santo Domingo, con el pico a 1524 metros de altura como punto más alto de la zona. Hasta allí suben los valientes que recorren a pie o en BTT alguna de las rutas señalizadas, que parten desde el pueblo.

La ruta propuesta pasa por los cinco pueblos que están a orillas del río pero hay otros municipios que forman parte del territorio de la Val de Onsella. Son, por un lado, Undués de Lerda, Los Pintanos y Bagüés, tres núcleos que van de oeste a este y que están conectados por la carretera A-2602, en paralelo hacia el norte con el itinerario anterior. A estos núcleos habría que sumar Sos del Rey Católico, que es el acceso natural al valle, y Petilla de Aragón, núcleo que pertenece administrativamente a la Comunidad Foral de Navarra.

Apúntate a la newsletter de turismo y recibe en tu correo una selección de propuestas para viajar y descubrir la comunidad aragonesa.

Visita todas las informaciones relacionadas con el turismo en Aragón.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión