aragón es extraordinario

María Ángeles Grasa, la guardiana de las esencias en la Escuela de Hostelería de Guayente

La directora de la Escuela de Hostelería benasquesa celebra los 40 años de formación dedicada y éxitos acreditados

María Ángeles Grasa, en el restaurante de la EHC.
María Ángeles Grasa, en el restaurante de prácticas la EHC.
Ángel Gayúbar

El bardo de Stratford upon Avon, para el mundo el inmortal William Shakespeare, dejó escrito que estamos hechos de la materia de los sueños. Algo que debían tener muy interiorizado el puñado de (aguerridos, inconscientes, visionarios, valientes y un puñado más de calificativos que les definen perfectamente) benasqueses que hace ahora ya 40 años decidieron tirar para adelante con un enloquecido proyecto que parecía una total utopía por el dónde, por el cómo y por el por qué.

Habían soñado que el valle de Benasque podría ser la cuna aragonesa de las escuelas de hostelería, en aquel momento inexistentes en nuestra región, que desde este rincón perdido –entonces- del Pirineo iban a salir hornadas y hornadas de excelentes profesionales que dignificaran el incipiente sector turístico local y sirvieran como mano de obra excelentemente cualificada para la hostelería del resto de la comunidad en un momento en que se intuía el enorme potencial del turismo en la España interior.

El sueño pudo, perfectamente, acabar en pesadilla pero se convirtió en una gozosa confirmación de que –a veces, muchas más veces de lo que parece- la ilusión y el empeño pueden deparar unos resultados extraordinarios. No sin problemas, sin contratiempos, sin trabas más o menos esperables, con necesarias actualizaciones a las demandas específicas de la sociedad y la economía de los diferentes momentos, el sueño de la Escuela de Hostelería de Guayente, EHG, se ha consolidado como una fructífera realidad que ha hecho de este centro formativo, enclavado –con todo el intencionado simbolismo del mundo- en el santuario mariano que ha sido históricamente punto de encuentro y reunión de las gentes de la Alta Ribagorza, una referencia educativa y profesional de primera magnitud.

Desde hace ya casi dos décadas, María Angeles Grasa es su directora y está al frente de un equipo compuesto por quince personas que año tras año sacan adelante un proyecto educativo que ha hecho de Guayente uno de esos exclusivos centros cuyos estudiantes tienen casi garantizado un puesto de trabajo, generalmente un buen puesto de trabajo, al acabar sus estudios. "Tenemos un proyecto de formación integral que se basa en el desarrollo del itinerario de la formación personal y profesional de cada uno de los alumnos", subraya María Ángeles abundando en que la vocación de la EGH desde sus orígenes es que la formación profesional que imparten sea "una opción y una oportunidad para muchos jóvenes que tienen dificultades para seguir el contexto formativo “normal” , pero también para aquellos que tienen una motivación muy específica por el mundo de la hostelería, la cocina y la sala".

Por eso, desde sus inicios, en el centro todo gira en torno a estos aspectos "porque –apunta su directora- nuestra formación es eminentemente práctica; los alumnos elaboran directamente los menús del comedor escolar, los desayunos y las cenas de residencia y alrededor de la práctica profesional se construye la vida de la Escuela y de la residencia anexa". Un residencia ésta ubicada en las mismas dependencias de la Escuela que es aprovechada en régimen de internado por la mayor parte de los alumnos y que, por cierto, es el elemento diferenciador de la EHG, que tiene un fin formativo y que permite singularizar la propuesta educativa del centro benasqués consiguiendo una especial implicación de los estudiantes residentes.

No todo es de color de rosa en la Escuela. Cuatro décadas son muchas para cualquier proyecto humano que, con el paso del tiempo, necesita renovarse, adecuarse a las necesidades específicas de cada momento. Por eso, María Ángeles considera que es precisa una mayor inversión e implicación de los sectores educativos y hoteleros, "un apoyo económico –especifica- del sector empresarial para hacer que la EHG sea todavía más operativa, tenga nuevas instalaciones, se convierta en el Pirinean Culinarium Center y pueda garantizar su proyecto de futuro como cantera de profesionales e imprescindible laboratorio de ideas de un sector que debe estar en un permanente proceso de renovación y actualización para ser competitivo".

Una Escuela pensada originalmente para cimentar la oferta turística en el Valle de Benasque

María Ángeles recuerda cómo hace cuatro décadas estaba surgiendo una incipiente industria hostelera y turística en el valle de Benasque impulsada por el tirón de la estación de esquí –que había abierto sus puertas diez años antes- y por una tradición de visitantes veraniegos que venían al reclamo de las aguas termales de los Baños de Benasque, de las excursiones por los parajes majestuosos de la zona y de las aventuras alpinistas por los tresmiles pirenaicos que se multiplican en estos parajes. "En ese momento –explica-, la Asociación Guayente se plantea que es importante proveer de mano de obra especializada a esa industria que estaba surgiendo como alternativa a las labores agrícolas y ganaderas tradicionales y, con más que notable visión de fututo, que es sumamente importante que este sector sea altamente profesional".

Los sueños visionarios suelen generar reticencias y el proyecto de la EHG no fue una excepción ya que concitó reticencias importantes de las mentes bien pensantes e inmovilistas –y no sólo del valle- pero también grandes apoyos desde distintos ámbitos educativos, del obispado, entonces, de Barbastro–propietario del santuario de Guayente que puso incondicionalmente al servicio de la idea y que alentó la presencia de los Hermanos de La Salle que dirigieron las primeras décadas del centro- o de las administraciones locales, provinciales y regionales.

El equipo de la EHG, en sus instalaciones.
El equipo de la EHG, en sus instalaciones.
Ángel Gayúbar

"Desde el principio esta Escuela fue como una utopía porque estábamos lejos de todo el mundo, pero desde sus inicios demostró que era una muy buena idea y, sin caer en falsas modestias, pudimos consolidar desde su arranque unos equipos docentes de primer nivel", recalca la directora recordando que, según le ha comentado en más de una ocasión el prestigioso Carmelo Bosque, en la actualidad la EHG cuenta con "un equipazo" de profesores "entre ellos los que Carmelo considera como los dos mejores profesionales de sala de la provincia, un maestro cocinero que podría ser sin problemas máximo responsable en los fogones de un restaurante con estrella o estrellas Michelín y un grupo de compañeros que no les van a la zaga en cuanto a valía profesional y capacidad de trasladar sus conocimientos a los alumnos".

Pensada como un centro para formar profesionalmente a los jóvenes de su entorno más cercano, una de las primeras sorpresas con que se encontraron los promotores del EHG fue la procedencia de unos alumnos que bien pronto trascendieron las fronteras provinciales, regionales y, no mucho más tarde, nacionales para conformar un alumnado cosmopolita y variopinto que ha sido desde siempre una de las características del centro.

Para adecuarse a este cosmopolitismo, y también como reflejo de la propia filosofía de sus profesores y responsables, la Escuela ha sido pionera en programas de internacionalización de sus estudios y fue de las primeras en España en sumarse a los programas de intercambio escolar con otras escuelas similares de otros países europeos. "Ahora mismo, dentro del programa Erasmus tenemos un grupo de alumnos que en unas semanas van a ir a hacer prácticas a escuelas y establecimientos hoteleros de Francia, Italia y Grecia y otros grupos han estado en años anteriores en Alemania, Gran Bretaña o Dinamarca", comenta María Ángeles apuntando que estas últimas semanas se encuentran en Guayente tres alumnos belgas y que en enero esperan la llegada de cinco franceses.

La directora de La EHG abunda en que "siempre hemos considerado que es una excelente forma de que nuestros alumnos vean otras formas de trabajar, de entender la hostelería y el sector en general mientras potencian el tema de los idiomas, que es fundamental tanto para su futuro laboral como para ayudarles a abrir la mente conociendo unos horizontes distintos a los que están acostumbrados" y reivindica la necesidad de una Formación Profesional "que es una vía por la que se puede tanto revertir situaciones de fracaso personal de algunos alumnos como crear la base de un competencia profesional sólida para que los interesados se puedan labrar una carrera profesional firme y segura".

Artículo incluido en la serie 'Aragón es Extraordinario'.

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