aragón es extraordinario

Lledó, juegos del agua y las rocas en tierra de frontera

La localidad del Matarraña, pegada a la frontera con Tarragona, disfruta de un entorno rico en senderos de naturaleza, la vía verde ciclista y varios puntos de baño en forma de pozas y azudes

Los paseos por Lledó y sus alrededores suponen un bureo caminante por tierra de frontera. Administrativa, desde luego, porque en el plano espiritual se puede decir que esta población del Matarraña, la más oriental de Teruel, mantiene una hermandad bien avenida (aunque las discusiones fraternales sean inevitables, sobre todo cuando la política entra de por medio y se hacen disputas ‘cuñadas’) con sus vecinos catalanes de Arnes y Horta de Sant Joan, ambos municipios tarraconenses. De hecho, comparten una zona de baño cuya entrada está situada administrativamente en Cataluña (a un kilómetro de la divisoria con Aragón) pero que se asienta en el lecho del Algars, frontera natural entre las Aragón y Cataluña durante varios kilómetros: L’Assut es un hermoso azud con plataformas de piedra escalonadas que sirve de piscina vecinal a bañistas de las tres localidades mencionadas; Lledó, de hecho, fue decisiva en el acondicionamiento de las plazas de aparcamiento del enclave. 

“Antes había aquí un bar –explica Rubén Ejarque, joven concejal lledoner– pero lleva mucho cerrado. Ya es bastante reto mantener abierto el del pueblo, como para preocuparnos de éste. Eso sí, el lugar está muy bien y lo disfrutamos todos”. Jordi Vives, otro vecino de Lledó, asiente; los jóvenes del pueblo también son asiduos a otros puntos de la zona, como las pozas del Algars camino de Arens de Lledó, el Pas de la Mosca cerca de Arnes (con hermosas láminas de agua y entorno recogido) o el trampolín, con esa piedra erosionada en los blancos lechos del río que también puede admirarse a apenas 30 kilómetros, en el popular Salt de La Portellada.

“El Pas de la Mosca era un sitio predilecto para los jóvenes de Lledó a la hora de celebrar la Pascua, venías a echar el día, pero curiosamente hay mucha gente que no lo ubica a la primera, porque está en un punto muy discreto. las pozas son muy bonitas y no suele estar muy concurrido”, explica Rubén. Muy cerca de allá está la zona del Trampolín del Algars, otro enclave de acceso relativamente sencillo (aunque andando hay un buen trozo desde Lledó) que ofrece vistas fantásticas al caminante.

Vídeo de Lledó en 'Aragón es extraordinario'

La vía verde es el otro gran aliciente para las excursiones en Lledó y toda la zona oriental del Matarraña. “La antigua estación de tren de Lledó es muy bonita, aunque queda poco de lo que fue en su día –explica Rubén– y aunque al principio se llamaba solamente estación de Lledó, como Arnes no tenía, se anexó el nombre del pueblo vecino. En Cretas pudieron rehabilitar la suya, y aunque nosotros no hemos tenido tanta suerte, al menos se conserva lo suficiente para dar una idea que pudiera inspirar a una inversión de recuperación, teniendo al lado la vía verde: hay muchos posibles usos que darle. Estuvo en uso hasta 1972, y al año siguiente empezaron a desmantelarla; esta línea era la conexión del Bajo Aragón con la costa, la salida del material minero... ahora hay empresas de la zona que trabajan bien la vía verde: en Cataluña hay un par y tenemos Matarraña Aventura en Cretas, que empezó en Torre del Compte y también tiene oficina en Valderrobres; hacen viajes muy bonitos y cómodos de Cretas a Cherta, con pendiente a favor, pasan por aquí cruzando el viaducto de 245 metros sobre el Algars y los recogen en destino”.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es Extraordinario'.

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