aragón es extraordinario

Mariano Fanlo, nueve gloriosas décadas sallentinas en su cabeza

Pionero del esquí en el valle de Tena y hostelero, también fue alcalde de Sallent de Gállego

Mariano Fanlo tiene 90 años, es de Sallent de Gállego (si le quitas el ‘de’, también atinas: es Sallent de Gállego, si un pueblo pudiera antropomorfizarse) y un sentido del humor considerable. "En Zaragoza llamáis la cabeza a esto que tenemos sobre los hombros, y aquí en el valle de Tena decimos o tozuelo. Mientras me funcione o tozuelo, todo irá bien. Con los ojos vamos peor, y aún así he escrito un libro hace nada; bueno, no es un libro, es como una guía turística de las casetas pastoriles en el valle".

Mariano es un libro de historia abierto por varias páginas. "El padre Juan Martón, que está enterrado en la iglesia del pueblo, era familia nuestra. Venimos del caballero Marta, que colaboró decisivamente en la reconquista de Teruel en el siglo XII. El rey Alfonso II le regaló dos pueblos, y le concedió el cobro de diezmos y primicias. Además, le cambió el nombre a Martón, y le dio el blasón de Teruel al escudo de su casa, con el toro en él. Aquí lo tenéis –señala al dintel de la puerta del hotel Balaitus- junto la cruz de Calatrava y dos martas gibelinas. La casa se llama del Reyno porque en la antigua casa de mis antepasados de siglos después; tenían la obligación de recibir a las familias reales y nobles que iban del Balneario de Panticosa a los balnearios de Aguas Calientes y Aguas Buenas, ya cerca de Laruns. Se quedaban a veces ocho o diez días, hasta que en una ocasión, mi tatarabuelo José Benito Martón se hartó de aquellos hospedajes, siempre gratuitos, cerró la casa a cal y canto y se hizo la que ahora veis en el hotel, en el año 1782".

Mariano ha llevado desde siempre el hotel Balaitus en el centro de la calle mayor de Sallent, donde vivió de pequeño con su hermana y sus padres. Sus hijos también se han dedicado a la hostelería; el Mariano Fanlo de la siguiente generación se encarga desde hace ya bastantes años de gestionar (es el dueño, recalca su padre) el Balaitus, mientras que su hija Irene lleva el hotel Reyno, un poco más abajo en la calle, antes de la estatua de Fermín Arrudi, además del Foratata. Un tercero, Carlos, tiene su hotel en la antigua carretera hacia la Sarra, en el camino de Respomuso: se llama El Sarrato. "Han tenido un año y medio muy duro con la pandemia, como todo el gremio, pero este verano ha ido remontando. En mi familia éramos ganaderos, yo recuerdo a mi padre en la faena. Al ser la cabeza del valle, en Sallent hay mucho terreno de pasto, como ocurre en Panticosa. Teníamos mulas y vacas, pero nos dedicábamos sobre todo a la lana de oveja".

Mariano Fanlo firma su guía de casetas pastoriles del valle de Tena
Mariano Fanlo firma su guía de casetas pastoriles del valle de Tena
Laura Uranga

Mariano recuerda que los ganaderos del valle practicaban la trashumancia hace un siglo, y bajaban las ovejas en invierno a las cercanías de Huesca y al valle del Ebro; los Fanlo, concretamente, a Fuentes. En 1930, con una epidemia de viruela de las ovejas, su padre decidió cambiar de rumbo. "Convirtió la casa en hotel, sin tocar el exterior. Aún me acuerdo de aquellos suelos de madera en los salones del primer piso; poco a poco, cada ventana tuvo una habitación. Llegó la guerra y mi madre lo convirtió en hospital, aquí estuvimos casi aislados, pasábamos solamente por Izas y Canal Roya a Canfranc. Luego volvió a ser hotel y los primeros esquiadores de la zona empezaron a alojarse aquí, desde zaragozanos a navarros y vascos".

El amor de Mariano por la montaña y el esquí no ha variado un ápice en nueve décadas de vida. "Tengo el número uno de afiliados infantiles de Montañeros de Aragón. Lo del esquí también lo he vivido siempre; en 1912 entraron por la puerta de mi casa los primeros esquís que hubo en el valle, traídos por el abbé Gaurier desde Pau; yo competí un poco y fui profesor en Formigal desde que se fundó en 1964. En España estaban Candanchú, La Molina, Navacerrada y poco más; estuve dos inviernos preparándome en el valle de Nuria, en un monasterio a 2.200 metros junto al monte Puigmal, el más alto de Cataluña, y luego fundamos la escuela aquí. La dirigí durante más de 20 años, pero ya con más de 60 me pareció que era hora de dejar de impartir clases. Fue una etapa muy bonita, de trabajo duro".

"Aquellos primeros años de Formigal fueron modestos, pero hicimos las cosas con ilusión. Luego, siendo alcalde, seguí ayudándolos todo lo posible; cuando había que pagar el segundo plazo del primer telesilla, la situación no estaba boyante, tampoco para los hosteleros, e hicimos desde el Ayuntamiento una permuta de terrenos en la parte alta para obtener financiación. No ha parado de crecer, y hoy es la mejor estación de esquí de España, junto con Baqueira; tienen mucho mérito".

Acaba de sacar una guía de casetas pastoriles en el Valle de Tena

El año pasado, con el apoyo de la Comarca del Alto Gállego, el Ayuntamiento de Sallent, Ibercaja y los testimonios de antiguos ganaderos, Mariano Fanlo Basail sacó una guía turística centrada en las ‘Casetas pastoriles en el valle de Tena’. Esta curiosa iniciativa tiene ya asiento en el acervo cultural del pueblo, y Mariano también la va distribuyendo entre amigos, conocidos y clientes de los hoteles. Se trata de un exhaustivo trabajo recopilatorio de estas casetas que confortaban el día a día de los ganaderos locales, tanto en fincas privadas como en montes comunales.

Mariano, ya conocido como cronista oficial de la villa de Sallent, recurre una vez más al estilo ameno en el afán divulgativo, con profusión de datos, anécdotas y un detallado mapa de las casetas, con descripciones y fotografías incluidas. Así, el libro revela que los antiguos habitantes del valle y los primeros historiadores que centraron su atención en la zona llamaban a estas casetas ‘tenas’; efectivamente, de ahí viene el nombre del valle, y esta acepción del término la recoge actualmente el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, con el significado literal de ‘cobertizos para el ganado’. Por cierto, son casetas de piedra seca, tan popular y abundante en Aragón, sobre todo en la zona de La Iglesuela del Cid y Cantavieja.

Además de lo obtenido por la historia oral, Mariano ha buceado en archivos notariales, libros de historia e incluso documentos de la realeza, desde el siglo XI hasta el XVIII. También hay testimonios propios, desde un almuerzo de esquiadores en la Espelunciecha hacia 1948 a historias de rescates, escondrijo de bandoleros o soldados desertores.

Las estrellas olímpicas del pueblo, a escena

Deportista impenitente, elegante siempre en la competición y el análisis, Mariano no tiene una teoría clara sobre ese escalón que le falta al esquí alpino español para acercarse al dominio de austriacos, suizos, franceses e italianos, siempre en cabeza de la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos. "Ellos tienen buenos montes, y nosotros también. No es fácil responder al porqué ellos ganan tanto y nosotros no, pero la realidad es que aquí siempre se han hecho cosas con pocos medios, y aun así han llegado éxitos; todos recordamos a los hermanos Fernández Ochoa, a Paco y Blanca sobre todo, nunca olvidaré el descenso de Paquito en Sapporo aquél año 1972, cuando ganó el oro olímpico en slalom, vi a las cuatro de la mañana esa segunda manga increíble. El esquí mundial lo lideraba Francia entonces, con Italia, Suiza algo menos. Ahora Francia ha bajado bastante. Sí nos falta algo, pero hemos tenido gente muy buena; ahora la cosa está baja".

Mariano recuerda que de Sallent compitieron al más alto nivel unos cuantos monitores, que luego de probar en las justas internacionales volvieron a enseñar a casa. "Luciano del Cacho, que es de aquí y vive justo detrás de nuestra casa, fue olímpico en Grenoble, en 1968, el primer aragonés en ir a unos Juegos en esquí alpino, y quedó campeón de España de descenso. Y está el mejor esquiador aragonés de la historia, Jorge Pérez Villanueva, que también es de Sallent, de casa Don Jorge en el barrio del Paco; desde pequeñete ya destacaba en todas las competiciones. También fue olímpico, coincidió en los años de competición con Paquito, y quizá por eso no ganó más, pero se llevó el campeonato de España varias veces. Y en Francia, cuando estaba Killy, también brilló; Jorge competía en campeonatos nacionales de otros países, que eran abiertos, y en Francia quedó segundo en slalom gigante, peleando con esquiadores de otros países europeos".

Artículo incluido en la serie 'Aragón es Extraordinario'.

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