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Morillo de Tou, pueblo recuperado y recarga de pilas

En esta pedanía de Aínsa se levantó un Centro de Vacaciones que hoy alberga a ocho personas fijas y mueve varios centenares de visitantes cada verano

Era un pueblo que se movió de sitio, luego fue un pueblo que se quedó sin tierras de cultivo y hoy es técnicamente un pueblo recuperado, pedáneo de Aínsa, donde funciona un gran Centro de Vacaciones. Su gerente es Pedro Arbó, zaragozano, con algo más de una década en Morillo, aunque reside en la vecina Coscojuela de Sobrarbe. "Empecé viviendo en Morillo, pero luego decidí que había que poner algo de distancia entre el trabajo y el lugar de residencia".

Pedro es un apasionado del proyecto y de su historia. "El Morillo de Tou original está ahí arriba, en el cerro Cotón. Morillo es diminutivo de muro, por cierto. En el siglo XVI sus pobladores bajaron a la locación actual; cuando se hizo el embalse de Mediano en los años 60 del siglo pasado, expropiaron a los habitantes las tierras de labor, más de la mitad de su patrimonio global, pero tenían la posibilidad de vender el resto del patrimonio al Estado. En los 60 el turismo rural ni se concebía por esta zona, así que todo el mundo vendió".

Pedro aclara un poco más el proceso. "Tenemos un documento de 1966 que trajo un antiguo poblador, en el que hablaban de expropiación voluntaria… curioso término. En fin, este terreno estuvo más de 20 años abandonado, y en 1986 se lo cedieron a Comisiones Obreras para recuperar el pueblo. Digamos que había un trocito de España vacía y se pensó en combatir esa despoblación con un nuevo proyecto, un reto".

Pedro rememora aquellos inicios, aunque él no formaba aún parte de la historia del lugar. "Miguel Ángel Loriente fue el promotor inicial: el objetivo claro era fijar población en el Sobrarbe. De 1900 a 1991 se perdió el 70% de la población en esta zona, así que querían revertir esa tendencia, asunto muy complicado. Buscaban ofertar dos cosas: vivir en un sitio apetecible y poder hacerlo en el sentido literal del asunto, relativo a la manutención. El Centro de Vacaciones no era el esquema inicial. A principios de los 90 se construyeron 12 casitas unifamiliares, y la primera casa del antiguo pueblo que se reconstruyó fue Casa Cuello. Hubo brigadas de trabajo y se constituyeron dos entidades, la empresa Sobrarbe para la gestión y la Asociación de Amigos de Morillo de Tou para los talleres de empleo y voluntarios".

Pedro tiene un recuerdo muy gráfico de sus primeros días en Morillo. "Cuando llegué me impresionó la biblioteca, es auténtica, tanto como el cura, el barbero y la guardia civil, esas cosas –sonríe– que siempre han hecho pueblo. El edificio octogonal y tiene en sus muros, en cuatro lenguas clásicas, la frase ‘la sabiduría lleva a la libertad’. Toda una muestra de carácter. Luego llegó Casa Cambra, los apartamentos Casa Cavero… no se pudieron recuperar todas las casas del pueblo, pero sí se salvaron muchas. Se hizo el Camping, empezando por un trabajo de desbroce".

Luego llegaron los talleres de empleo, sobre todo de albañilería, cantería, carpintería y guías de montaña, con gente tan grande como Sebastián Álvaro y Pepe Garcés como docentes de apoyo. "Vinieron –explica Pedro– muchos chavales de Zaragoza, que aprendían un oficio y aportaban su esfuerzo al proyecto. Muchos de los guías de la zona se formaron aquí allá por los primeros noventa".

Otros casos

El artículo 51 de la Ley de Turismo de Aragón recoge la naturaleza de un pueblo recuperado. "Liguerre y nosotros tomamos un camino muy similar; Búbal depende del Gobierno de Aragón, Ruesta está en un proceso de recuperación muy duro… la aldea de Puy, que lleva UAGA, tiene albergue y buenas posibilidades, aunque está algo apartado, en las proximidades de Panillo. Llevar este esquema nuestro no es fácil: el alumbrado te lo pagas tú, el agua la potabilizas tú, las residuales las manejas tú… un reto".

Morillo es una pedanía de Aínsa, como Coscojuela o Ardisa, pero tiene una singularidad: es un recinto privado en el que viven permanentemente ocho personas. "A principios de los 90 se vendieron las primeras casas terminadas a los trabajadores, aquellas 12 viviendas que hemos comentado antes; cuatro siguen ocupadas, otras cuatro son de gente jubilada que las mantiene y otras cedidas de nuevo al sindicato, que fungen ahora como apartamentos turísticos.

Más actividades

Aunque Ligüerre (levantado por UGT) se lleva la palma en ese segmento, Morillo también organiza ceremonias nupciales civiles de altura. "Se casa gente en el Mirador sobre el embalse, sobre todo en primavera, con la Peña Montañesa al fondo; nos descubrió el sitio una clienta de los primeros tiempos del Centro Vacacional. Hacemos unas 15 ó 20 al año, no más, y en verano no se hacen; preferimos que los contrayentes tengan más intimidad. La gente se va encantada, la verdad; Además, la ventaja de aquí es que no tienes que coger el coche tras la ceremonia, lo hacemos todo en nuestro espacio".

En Morillo no faltan espacios ni infraestructuras. "Hay varias salas, un edificio de aulas, una zona multiusos que es supermercado en verano, dos hostales como Casa Cambra con dos habitaciones adaptadas para personas con discapacidad y Casa Forestal con otras tres; hay dos albergues, siete apartamentos turísticos y un espacio diáfano en plena naturaleza. Además de las parcelas, en el camping hay 28 bungalows, 2 adaptados: hay un sendero adaptado en todo el pueblo. En verano también hay una zona de campamentos para 100 personas, así que en agosto nos juntamos 800 aquí, más un plantel de 50 trabajadores. Venid: os gustará".

Chus Fernández y el Festival de Jazz

En Morillo hay un buen número de actividades culturales a lo largo del año, aunque lógicamente muchas se concentran en los meses veraniegos. "La más señalada –explica Pedro– es el festival de jazz que organiza el músico Chus Fernández; también es responsable del de Borja, que empieza esta semana. Por aquí había un club de jazz, Jazztamos en Sobrarbe, y Chus colaboraba con ellos. Traían gente muy buena por poco presupuesto; nuestra iglesia, actual Museo de Alfarería con piezas de todos los alfares de Aragón a mediados de los 50, era antes el pub y ahí se oía jazz; también se ha hecho alguna boda allá. Un día hicimos un concierto, vino Chus y acabamos hablando de la posibilidad de hacer un festival de jazz aquí... y lo hicimos. Hay varios en el Pirineo, y nosotros estamos en el Jazz Tour del Alto Aragón. Este año lo celebraremos en septiembre, otros años lo hacemos en julio. Y no cobramos entrada, por cierto".

Artículo incluido en la serie 'Aragön es extraordinario':

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