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El barranco de Valdoria y otras rutas por el Parque Cultural del Río Martín

Enclavado en el nordeste de la provincia de Teruel, los cañones esconden más de 40 abrigos de arte rupestre y dentro de su patrimonio geológico destaca la sima de San Pedro.

La cueva del Huerto, en el barranco de Valdoria.
La cueva del Huerto, en el barranco de Valdoria.
Comarca del Bajo Martín

Al nordeste de la provincia de Teruel y encuadrado en la rama aragonesa de la Cordillera Ibérica se asienta el Parque Cultural del Río Martín. Los barrancos y cañones se extienden a lo largo del tramo medio del río, escondiendo más de 40 abrigos con arte rupestre. La zona destaca además por su patrimonio geológico, con gran protagonismo de la sima de San Pedro, uno de los enclaves más visitados del parque.

La dinamización de la zona se lleva a cabo desde los siete centros de interpretación que existen en este territorio. Cada uno está en una localidad diferente y se centra en un atractivo concreto. El de Ariño se dedica al arte rupestre, el de Oliete a la cultura ibérica, y la paleontología tiene su espacio en Alacón. El centro de Montalbán se destina a la geología y espeleología y el de Albalate del Arzobispo, a la cultura popular. La fauna y la flora del río Martín también tienen su protagonismo, con los centros de Alcaine y Torre de las Arcas, respectivamente.

Conocer todos estos atractivos de una sola vez es inabarcable pero se pueden ir realizando rutas según las preferencias de cada uno. En total, en el parque hay señalizados trece recorridos, de mayor o menor dificultad, que recorren cada sector.

Unas de estas opciones, de cierta exigencia y con vía ferrata incluida, es recorrer el barranco de Valdoria. La ruta que se propone va hasta la Cueva Negra y es de cuatro horas solo de ida, por lo que se recomienda dejar un vehículo en el punto de partida y otro en la llegada.

La dificultad se considera media-alta y es necesario material técnico, como mosquetón, arnés de seguridad y otros elementos de agarre para la vía ferrata. Otra opción más sencilla es evitar este paso, dando un rodeo a pie por el Rincón del Gorgo. Pero el riesgo tiene su recompensa y quienes opten por la primera opción, alcanzarán el mirador de la Silleta.

El comienzo de la ruta es el mismo para ambas alternativas. Se puede llegar en coche hasta el inicio del sendero, que surge desde la carretera de Albalate a Andorra (A-223). Previamente, conviene haber dejado otro coche en el aparcamiento de la Cueva Negra, final de la ruta, situado en la A-1401, entre Ariño y Albalate.

Una vez en marcha, el sendero se adentra en los cortados rocosos del barranco de Valdoria, pasando por antiguos depósitos de agua y, más adelante, por presas de almacenamiento, encajonadas entre las paredes. Es en este tramo donde aparece la vía ferrata, de principios del siglo XX, que salva un imponente precipicio hasta llegar al mirador de la Silleta. Desde lo alto, la bajada se produce por la ladera de la sierra, aprovechando las ‘eses’ del sendero para salvar el desnivel.

Quienes lo prefieran, pueden ir por la parte baja del barranco, realizando un recorrido circular por el Rincón del Gorgo y evitando así la vía ferrata. En ambos casos, la ruta continúa por un sendero hasta la Cueva Negra. Este tramo final es de unos ocho minutos y llega hasta donde se encuentre el otro vehículo, estacionado previamente para volver al lugar de partida.

Otras alternativas senderistas

Para conocer los restos del pasado íbero de la zona se puede realizar una ruta entre Ariño y Oliete que, además, pasa por la famosa sima de San Pedro. De origen kárstico, esta formación es única en Europa, tanto por sus dimensiones (tiene 80 metros de diámetro y 86 de profundidad) como por su valor geológico. Considerada de dificultad media-baja, esta propuesta tiene una duración de tres horas e incluye los poblados ibéricos del Palomar y los del cabezo de San Pedro.

Otras opciones de nivel medio son las rutas de la Muela o la de Cantalobos, desde Montalbán. También hay alternativas fáciles, como el paseo circular de una hora por Las Lastras de San José, en Albalate del Arzobispo, cuyo principal aliciente son las diversas construcciones, más o menos rudimentarias, relacionadas con la canalización del agua para su uso como riego.

El Parque Cultural del Río Martín también tiene un pasado medieval, que se puede recorrer en la ruta de las torres de Alcaine. Es una excursión de una duración máxima de dos horas que presenta algunos cortados rocosos y tramos de terreno escarpado donde hay que extremar las precauciones. En los agitados tiempos de la Edad Media, once torres de construcción musulmana protegieron la localidad. Algunas están muy deterioradas y otras se transformaron en palomares. En tiempos también hubo un castillo del que ya solo queda su planta.

El resto de propuestas para recorrer este variado entorno turolense se pueden conocer en la página web del Parque Cultural del Río Martín, donde también se habla de los pueblos que lo componen, ocho en total, así como de sus tradiciones y eventos.

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