Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

aragón es extraordinario

Monegrillo, un refugio para la conciencia

La localidad acaba de estrenar formalmente la recuperación del refugio antiaéreo de La Cueva del Castillo como muestra polisensorial de los horrores de la guerra

Amenos de un mes de su reinauguración formal, el recuperado refugio antiaéreo de la Cueva del Castillo se ha convertido en el futuro imán de visitas de Monegrillo. El alcalde del municipio, Alejandro Laguna, lo tiene claro. “Se cumplen tres objetivos: la recuperación del patrimonio histórico cultural, con respeto a los vecinos y vecinas de Monegrillo que vivieron aquellos dramáticos momentos. Además, es un recurso turístico de primer orden, para apoyo a las empresas y comercios locales. Por si fuera poco, se trata de un bastión educativo, divulgativo y antibelicista; no debemos olvidar nuestra historia, para que los errores no se repitan”.

Y no, no se olvida fácilmente la visita a este refugio, ni la realidad de casi un siglo de antigüedad que narra con detalle y brillantez. Se trata de un recorrido articulado en torno a una locución que sirve de guía; la sirena antiaérea del arranque ya supone un impacto notable, y de ahí en adelante las explicaciones y un sistema de luces van marcando el camino.

La contienda civil española fue, entre muchas otras cosas, un banco de pruebas para ataque aéreos que luego eclosionó en la II Guerra Mundial. En Monegrillo hubo refugios bajo los dos cerros del pueblo, el del Castillo (que toma nombre de la antigua fortificación utilizada como peaje de ganaderos y comerciantes) y el de Santa Cruz. El de la Cueva del Castillo fue el más destacado; la historia explica que el había sido tomado el 11 de agosto de 1936 “sin disparar un solo tiro por la centuria Tarrasa, milicianos anarquistas de la columna Durruti”. Así, durante dieciocho meses la población tuvo que acudir a refugiarse en más de cuarenta ocasiones de la aviación enemiga, procedente del cercano aeródromo de Garrapinillos en Zaragoza.

Aviones alemanes, franceses e italianos participaron de aquellas ofensivas; en la batalla de Farlete, que se extendió a lo largo de cuatro jornadas, llegó el primer bombardeo a Monegrillo. Los vecinos construyeron el refugio ayudados por expertos mineros alistados en las milicias anarquistas, para completar un refugio de ‘abrigo en galería de mina’. Como se explica en la visita, el refugio (el recorrido es de apenas 185 metros, pero hay varias paradas explicativas) tiene cuatro entradas, número ideado para accesos cegados por derrumbes. “Un vigilante –explica Patricia Giménez, administrativa municipal– se situaba en el cerro de Santa Cruz y cuando veía los aviones, hacía sonar una sirena. Si se veían llegar desde el Castillo, tañían la campana. Entonces todos corrían lo más rápido posible al refugio, y se ponían lejos de las entradas”.

El visitante se mete en la historia. Logradísimos sonidos de cazas y bombarderos, a veces en vuelos rasantes de reconocimiento o reparto de propaganda, otras disparando ráfagas de metralleta, otras soltando bombas; los visitantes oyen caer una, y la sensación es sobrecogedora. Solo la certeza de estar viviendo una recreación salva a los más impresionables del sustazo. Y sí, la toma de conciencia sobre el horror de la guerra es instantánea.

Hay visitas libres y guiadas; se conciertan en por Whatsapp en los móviles 663442556, 603485671 y 671529 029, o en el teléfono 976 163 101. Por correo electrónico se escribe a monegrillo@dpz.es.

Luces, cámara, jamón, más jamón y acción; ¡corten, toma buena!

Desde hace tres años hay una ruta de ‘Jamón, jamón’ que recorre las diversas localizaciones monegrinas empleadas por Bigas Luna para su película más célebre, rodada en 1991; treinta años contemplan aquella filmación iniciática para sus tres personajes principales, todos ellos con carrera en Hollywood. Jordi Mollá, reconvertido en malo de película en su actual madurez dentro del ‘establishment’ de la meca del cine, y la oscarizada pareja que forman Penélope Cruz y Javier Bardem. El toro de Osborne en la cercana Peñalba y varios puntos de Monegrillo –sobre todo, el campo de fútbol viejo– son algunos de los escenarios más recordados del filme. Bigas estaba enamorado del pueblo; adoraba un viejo corral donde quiso recoger los toros de Osborne cuando los iban a quitar, y venía mucho a comer borraja y ternasco al bar Las Vegas.

Bigas Luna, por cierto, fue pitoniso a la hora de vaticinar el futuro esplendoroso de sus jóvenes estrellas, que en la película estuvieron secundadas por las fantásticas actrices transalpinas Stefania Sandrelli y Anna Galiena. “Sabía que la perla de Monegrillo iba a triunfar”, dijo en 2009, cuando Penélope Cruz ganó su Óscar por ‘Vicky, Cristina, Barcelona’.

Todo comenzó con aquella recordada película, pero lo cierto es que desde la aparición de la Monegros Film Commission se han disparado los rodajes en la zona, sobre todo en Castejón de Monegros y su privilegiado entorno de Jubierre, Farlete, La Almolda, Bujaraloz, Peñalba, Alcubierre y, por supuesto, Monegrillo. El paso de producciones audiovisuales de todo tipo ha sido constante en el pueblo, desde anuncios a cortos, videoclips, series y películas. Se recuerdan muchos momentos curiosos, como un comercial de cerveza protagonizado por el futbolista Samuel Eto’o que dejó como recuerdo matrículas de coche con su apellido entre los vecinos, o el comercial de Audi para el Festival de Cine de San Sebastián, u otro de factura belga para la Yamaha Teneré.

Hay más, no caben todos. En la c carretera entre Farlete y Monegrillo se rodaron tomas del documental ‘The Rise of The Synths’, de Iván Castell, y entre La Almolda y Monegrillo se grabó un capítulo de la serie ‘Hanna’ de Amazon en 2019. El año pasado estuvo a punto de cristalizar una filmación de la serie ‘Glow And Darkness’ de Dreamlight International Productions sobre la vida de San Francisco de Asís; en el pueblo recuerdan que incluso alquilaron el pabellón para almacén y varias casas, pero la pandemia cambió los planes. Se hacen habitualmente cortos de escuelas fílmica catalanas y aragonesas, y hace una década se grabó una miniserie ‘Volveremos’ sobre la historia de ‘la Nueve’, la compañía de la División Leclerc que liberó París en la II Guerra Mundial; ahí Monegrillo se convirtió en Argelia por unos días.

Alejandro Laguna, el alcalde local, dice con orgullo que ‘Monegrillo es un lugar por descubrir, y su principal valor es el cautivador paisaje, típicamente monegrino, además de la hospitalidad de sus gentes”. Como epílogo de una buena película no suena nada mal...

José Luis Borau, el artesano que brindó ‘Furtivos’ al cine español

En Aragón, el nombre propio Borau alude a un precioso pueblo de la Jacetania y al que sin duda está entre los directores de cine más sobresalientes de la historia de España; el Salón Cultural local llevan su nombre. En su pueblo, los coetáneos le llaman José Luis; Mercedes Laguna Borau, por ejemplo, que es familia. Fue la última en llevar Borau Ultramarinos (tienda abierta en 1897 y cerrada en 1997) junto a su hermano Joaquín, negocio situado junto al actual estanco del pueblo. “Andrés Borau Cepero fue el fundador de la tienda –comenta– y su hermano era Pascual, padre de José Luis. Luego la llevaron mi madre y mi tía, y finalmente Joaquín y yo. Cuando José Luis era pequeño pasaba los veranos aquí; luego, las obligaciones limitaban más sus visitas, pero venía a visitarnos desde Zaragoza, luego desde Madrid. Me encantan sus películas: mi favorita es ‘Furtivos’, y ‘Tata mía’ es otra muy buena”.

MONEGRILLO

Comarca. Los Monegros.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay 48 kilómetros por la A-2, la A-126 y la A-1104.

Dónde comer. En la trasera del Ayuntamiento está el bar Idedeo, y en la calle Mayor, el Gastrobar 4 Esquinas.

La historia del Bar Las Vegas. Con Jorge Peralta al timón, este bar personificó la ligazón de Bigas Lunas con el pueblo durante y después de ‘Jamón, jamón’. Lola, la tía de Jorge, se encargó de dar de comer a los involucrados en el filme durante la grabación.

Los observatorios. El Grupo de Estudios Astronómicos (GEA) gestiona uno de los tres observatorios de la cúpula celeste que existen en Monegrillo. Es un trío de edificaciones con cúpula en el remate, visibles todas ellas desde el campo de fútbol viejo.

La iglesia de la Asunción. Templo de estilo barroco, datado en el XVII. Se levantó sobre una edificación anterior, construido en el siglo XIII. Su interior tiene gran valor ornamental, aunque la torre y los objetos de más valor artístico se perdieron en 1936.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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