aragón es extraordinario

Orihuela del Tremedal y sus ríos de piedra

Las rocas fracturadas por el agua helada que se colaba entre ellas y su proceso milenario de contracción y dilatación proporcionan un espectáculo único.

Foto de Orihuela del Tremedal
Uno de los ríos de piedra de Orihuela del Tremedal
Laura Uranga

Por mucho que te lo cuenten, y aunque las fotos en Instagram de ese amigo o familiar que ha ido recientemente puedan darte una idea de lo que hay, la sorpresa no se borra de la cara en la primera visita física a los ríos de piedra de Orihuela del Tremedal. De hecho, debería ser la primera foto del viaje. En primer lugar, son más grandes de lo que cabe imaginar, además de eso, se prestan a todo tipo de elucubraciones sobre el cómo y el porqué. La ciencia ayuda en eso: son acumulaciones de bloques de cuarcitas que se generaron por la acción del agua filtrada en los procesos de hielo y deshielo, que dada la contracción y dilatación propias de los cambios de temperatura acabaron fracturando estas rocas.

Poniendo su nombre a las cosas, el asunto es que las formas periglaciares cuaternarias en laderas de bloques (los llamados canchales) y los lóbulos de gelifluxión en vertientes hacían que las piedras, al fracturarse, se deslizaran por el hielo para crear ese efecto-río.

El fenómeno de Orihuela, empero, es único en la zona y hay muy pocos lugares en España (y en el mundo) donde pueda admirarse. Si no hay prisa, ver los cinco que tiene Orihuela es un excelente plan. Si es preciso elegir, vale la pena salirse un poco del pueblo para ir a Vizalapeña, el más grande e impresionante.

Tras las piedras, el agua

La Sierra de Albarracín y el agua tienen una relación estrecha en forma de surgimientos (los populares ojos: en el Cabriel afloran los más conocidos de la zona) y por el nacimiento en las inmediaciones de Orihuela de ríos como el Tajo (en Frías, con monumento incluido), el Gallo, el Guadalaviar que pasa a ser el Blanco y al unirse con el Alfambra forma el Turia, el Júcar... los ríos locales reparten sus caminos entre el Atlántico y el Mediterráneo, y en el camino les queda tiempo para admirar a su paso la increíble variedad de flora local; destacan el quercus, el pino albar y también el silvestre, roble… los Montes Universales tienen una gran variedad. No puede olvidarse la micología, con las colmenillas como variedad estelar en la primavera y el boletus edulis como principal objetivo de los buscadores en otoño.

Vídeo de los ríos de piedra de Orihuela del Tremedal
Laura Uranga

Los senderos

La zona es todo un paraíso para los andariegos. El GR 10 tiene una ruta excelente entre Bronchales y Orihuela, pero quizá es el tramo del GR 10.1 desde Griegos el más apreciado por los senderistas que tienen en Orihuela una de sus referencias. Este camino sale de la mentada Griegos en dirección a las dolinas de Villar del Cobo, y llega a un valle de fondo plano. Luego se sube entre sabinas (otra variedad omnipresente en la comarca, especialmente en la zona de Monterde) hasta un pequeño pinar y luego a una pista forestal que alcanza la carretera.

La ruta sigue hasta lo alto del mirador de La Portera, desde donde se baja al área recreativa de La Majada de Las Vacas, zona que cuenta con ríos de piedra, y luego se toma el llamado Camino de los Griegos hasta el santuario de la Virgen del Tremedal. Desde ahí se desciende hasta el pueblo, pasando por la ermita de Santa Bárbara, y concluyendo en el Centro de Interpretación de la Reserva de Caza.

El Santuario de la Virgen es vigía del territorio y fanal del oriolano

El Santuario de la Virgen de Tremedal es de importancia capital para todos los oriolanos, y su majestuosidad (emplazamiento increíble aparte, con unas vistas tan espectaculares que invitan a no cerrar los ojos en mucho rato) merece una visita concienzuda. Es accesible, además. El alcalde de Orihuela, Rafael Samper, da un repaso somero a la historia del lugar. “En la batalla de Malatarde, acaecida el 25 octubre de 1809, este templo se saqueó y quemó, algo que también ocurriría con el pueblo. El Santuario se rehízo y se reinauguró en 1884, gracias al trabajo del arquitecto Fernando Yarza y a la mediación del Arzobispado de Zaragoza. Tiene obras de Peris Carbonell en su interior, y una leyenda. Se dice que la Virgen del Tremedal se le apareció a un pastorcillo y le pidió un poco de la torta que llevaba en su zurrón; el pastor era manco de la mano derecha y se apresuró a meter la izquierda, pero la Virgen le dijo que metiera la mano derecha, y cuando éste obedeció, vio que ya tenía mano”.

La talla románica de la Virgen se restauró tras varias vicisitudes. En la guerra civil, el párroco la mandó al obispo Polanco en Teruel, que la escondió en los bajos del Seminario. La Virgen tiene una manzana en la mano, y representa a la nueva Eva.

En el camino hacia el Santuario destaca la zona de tremedales, el paraje que da nombre al pueblo. Se trata de terrenos pantanosos, en los que la vegetación se descompone y forma las turberas, con acumulación de musgos. Al visitarlos hay que pisar con tino y no avanzar en exceso. En ese hábitat vive la drosera rotundifolia, una pequeñísima planta carnívora rojiza que come insectos. A los tremedales se acercan especies mucho más grandes, como la garza real, que también para en la zona para reposar de sus largos viajes.

Un espacio museístico para conocer a fondo la fauna, flora y geología

Situado a apenas 100 metros del Ayuntamiento, el Centro de Interpretación de la Reserva de Caza de los Montes Universales es una excelente manera de conocer en detalle la zona y, en general, elementos presentes en toda la comarca. El guía Javier Cavero lo enseña este verano. “Se divide en varias áreas y va abordando las especies presentes en la zona, empezando por aves como el águila real, búho real, buitre, cárabo, picapinos… hay una gran variedad. Luego se analiza en profundidad al rey de la Reserva, el ciervo, con detalle en todo tipo de particularidades; aquí viene mucha gente a finales de septiembre a apreciar el fenómeno de la berrea. También recordamos otros animales peculiares de esta zona, como la mariposa isabelina, una de las más bellas del mundo. También se repasa la vegetación y geología de la zona, con especial atención a los tremedales y los ríos de piedra.

ORIHUELA DEL TREMEDAL

Comarca. Sierra de Albarracín.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 61 kilómetros por la Autovía Mudéjar hasta la salida de Cella, luego A-2313 y TE-V-9021 para coger la A-1511 hasta destino.

Comer y dormir. Se cuenta con el Hostal San Millán, el bar y restaurante El Santuario (en la plaza, junto al Ayuntamiento) y el Camping Caimodorro, bautizado por el pico cercano del mismo nombre. En cuanto a viviendas de turismo rural están Los Canchales, los Tremedales y Casa Juan. La Residencia de Tiempo Libre, de la DGA. es otra opción.

Gastronomía contundente. En la zona son comunes (herencia pastoril y de los serradores de pinos) platos como las gachas, las migas de pastor, las sopas de ajo, calderetas de carne y potajes.

Iglesia de San Millán. Monumental y barroca, fue declarada Conjunto Histórico-Artístico junto con el sector urbano en que se halla enclavada en 1972. Data de finales del siglo XVII.

Reportaje de la serie ‘Aragón es extraordinario’.

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