Orihuela del Tremedal: ríos de piedra, historia de madera y futuro verde

Orihuela del Tremedal quiere intensificar el cuidado de su fantástico entorno y dar un nuevo impulso a la actividad turística, con el apoyo en un legado histórico más que considerable.

Agustín Montón, en uno de los ríos de piedra más espectaculares de Orihuela del Tremedal. l
Agustín Montón, en uno de los ríos de piedra más espectaculares de Orihuela del Tremedal. l
Laura Uranga

José Hidalgo vino a la sierra de Albarracín por devoción, y se quedó por encantamiento. De los buenos, ojo. "En Valencia, donde crecí, me había dedicado a la hostelería. Primero vine a Frías y luego a Orihuela. Mi mujer es enfermera: la mandaron a Orihuela por seis meses –ríe– y se nos fue un poco la mano: llevamos 37 años. Desde hace 23, José lleva el campin de Caimodorro en Orihuela, nombrado en honor al pico más alto de lo Montes Universales, perteneciente a este término municipal. A veces me bromean clientes diciendo que tengo que cambiar el contestador, que parece que digo ‘qué hay, modorro’, pero la verdad es que el nombre viene de la lengua aragonesa, ‘cai’ de cabezo y ‘modorro’ de dormido".

Cuando llegó José, las instalaciones estaban obsoletas y descuidadas. "Hicimos una oferta al ayuntamiento: la concesión a cambio de encargarnos de recuperar el lugar y poner una piscina nueva. Aquí estamos desde entonces, aguantando el temporal. Las peculiaridades del entorno son impresionantes: hace medio siglo que la universidad de Amsterdam viene aquí a hacer exploraciones geológicas. No tienes más que ver los ríos de piedra, fenómeno glacial del agua helada bajo la piedra que acabó cuarteándola;_los de aquí son los más grandes del mundo".

José recuerda que el casco urbano del pueblo también tiene detalles magníficos, como el enrejado de los Franco Pérez de Liria o el edificio del ayuntamiento. El santuario de la Virgen del Tremedal es otro símbolo local, como la feria ganadera con do siglos de historia que ha recobrado su pujanza después de largos años en el ostracismo. El sector de la madera, por otra parte, fue fundamental aquí. "En su día hubo un montón de fábricas y carpinterías, pero han cerrado muchas en los últimos años y sobreviven un puñado, sobre todo las familiares, con unas veinte personas involucradas en total; por suerte, mucha gente que se quedó en el paro pudo recolocarse en las aguas de Bronchales. En cuanto al ganado, apenas no hay local, aunque sí vienen de Guadalaviar por los pastos".

El monte y el turismo

La gran riqueza arborística del municipio enfrenta un problema serio por ese bajón del sector ganadero. Hace falta gente para trabajar en el cuidado del monte, que antes contaba con la acción natural de los animales. Aunque hay cuadrillas en la faena, el ‘tajo’ es excesivo. "El tema forestal es clave, y guarda una relación directa con el turismo –apunta José– porque dependemos del buen estado de nuestro entorno natural. Funcionan el hostal San Millán, de 12 habitaciones, y la Residencia de Tiempo Libre, abierta desde 1953 y conocida en toda España;_durante el franquismo estaba asignada a trabajadores del régimen general, se reservaba por quincenas, pero luego se liberalizó y trabaja como un hotel. Se han cerrado unos cuantos alojamientos, eso sí, y quedan un par de bares. Quedan un par de bares. El problema mayor es el relevo en los negocios y las explotaciones: hay menos chicos, como en todos los pueblos. A ver qué pasa en quince años". En cuanto a la actividad asociativa, Orihuela va bien surtido: hay asociación de mujeres, de bombos y tambores, una laudística, otra de cazadores...

Agustín Montón es otro personaje clave en el pueblo. Dirige la Residencia de Tiempo Libre desde hace diez años, fue concejal durante cuatro años y viene de Teruel. "Cuando llegué aquí el pueblo tenía más vida, el colegio andaba en los 80 alumnos y ahora hay poco más de 30. El metro cúbico de madera llegó a 70 euros y cayó un 60%, la crisis de la construcción dio de lleno en el sector: había más gente en madera que en turismo y ahora es al revés".

Agustín ve claramente que el futuro del pueblo está en el turismo, y coincide con José en que hay que mimar los bosques. "Entre el bajón del ganado y que las suertes de la madera, ahora en desuso por el uso de gasóleo, completaban esa tarea, el problema es serio. Las lluvias y nieves tiraron 15.000 pinos en la zona las lluvias y nevadas grandes este año, y hay cuadrillas, pero no son suficientes. No es que no haya apoyos, los hay, pero hace falta un poco más. Nos jugamos mucho, y esto es demasiado bonito para no intentarlo todo".

Las turberas de acidez extrema y sus pequeñas plantas carnívoras de color rojo

A principios de este año, en la última edición de Fitur en Madrid y con la alcaldesa Rosa Sánchez al frente de la comitiva , Orihuela del Tremedal mostró  la diversidad de su patrimonio natural. Además de los ríos de piedra, lo que más llamó la atención fueron los tremedales, uno de los cuatro humedales aragoneses protegidos internacionalmente por el convenio Ramsar. Es un conjunto de más de mil pequeñas turberas diseminadas por cinc hectáreas del municipio, con la friolera de 141 especies de musgos y algunas plantas carnívoras, especialmente la drosera rotundifolia, una pequeñísima planta rojiza. El agua de estos tremedales es muy ácida, hasta el punto de que la materia no se descompone y las plantas no pueden prosperar de manera normal; al no tener nutrientes en descomposición, la drosera se alimenta atrapando insectos. Estos humedales se encuentra cerca del nacimiento del río Gallo, afluente del Tajo. Tienen su origen bajo condiciones climáticas periglaciares, que fueron las dominantes en el pasado próximo de la sierra de Albarracín. Este tipo de comunidades vegetales son habituales en el norte de Europa, pero en España solamente se encuentran a cierta altura, en entorno montañoso;  los tremedales de Orihuela constituyen una de las localizaciones más meridionales de este fenómeno. José Hidalgo es muy expresivo a la hora de describirlas. "Si están secas esas turberas, tiemblan cuando las pisas, pero si están blandas, se puede hundir un caballo hasta la mitad". Agustín Montón ha fotografiado en serie las droseras, para analizar su alimentación.

Los imprescindibles

San Millán de la Cogolla

El nombre de esta iglesia tiene un origen demográfico, la intensa repoblación de la zona con navarros y, sobre todo, riojanos; de estos últimos viene la devoción por San Millán._El arquitecto fue Martín de Aldehuela, de Manzanera.

Encarna Jiménez Losantos

Historiadora, autora y docente, ocupó la jefatura del gabinete de prensa de Ministerio de Cultura y fue jefa de comunicación del Museo Reina Sofía de Madrid. Su hermano Federico es un famoso locutor de radio.

Francisco Fernández

Doctor en medicina por la universidad de Valencia, donde acabó siendo catedrático. El Rey Felipe II le nombro primer médico de cámara y protomédico del Reino de Aragón. Escribió diferentes obras de medicina y astronomía.

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