Tercer Milenio

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Por qué las mujeres tienen más riesgo de adicción a la cocaína

¿Qué aumenta en las mujeres la sensación de recompensa que produce la cocaína en el cerebro, incluso con menores cantidades? 

La cocaína es una sustancia estimulante que puede causar adicción.
La cocaína es una sustancia estimulante que puede causar adicción.

A finales de 2022, la población mundial alcanzó la nada desdeñable cifra de 8.000 millones de habitantes. Se estima que en torno a la mitad son mujeres. Es decir, en el planeta habitan 4.000 millones de mujeres. Cuesta imaginar un número tan enorme, aunque, la verdad sea dicha, me haría muy feliz verlo en mi cuenta corriente. Sin embargo, por gigantesca que nos pueda parecer esta cifra, no es suficiente. Al menos en lo que a salud se refiere.

Siguen existiendo muchos interrogantes en lo que respecta a la salud de la mujer. Hasta hace muy poco, ni siquiera se entendían las causas por las que muchas mujeres experimentan malestar, náuseas y vómitos durante el primer trimestre de embarazo. Y es que, al igual que los dolores que muchas mujeres padecen durante la menstruación, se consideraba algo normal, esperable. Así que no se estudiaba. Luego resulta que en cuanto se indaga un poco se encuentran diferencias a nivel molecular que explican por qué unas mujeres se encuentran mal y otras no. ¡Vaya sorpresa!

Dejando el cinismo a un lado, estas recientes investigaciones centradas en la salud de la mujer son necesarias para que ese 50% de la población mundial deje de sufrir malestares casi incapacitantes en distintas etapas de su vida. Pero no debemos limitarnos al día a día: también es necesario estudiar cómo responde el cuerpo de la mujer, con sus fluctuaciones hormonales a lo largo del mes, a otras situaciones. Por ejemplo, se está estudiando la relación entre migraña y menstruación, ya que parece que las hormonas sexuales podrían ser responsables de que muchas más mujeres que hombres padezcan este trastorno. Entenderlo bien podría ser de ayuda para desarrollar nuevos abordajes basados en la medicina personalizada para ayudar a estas mujeres a sobrellevar los desagradables síntomas de la migraña.

Por suerte, cada vez hay más investigaciones que se centran en la salud femenina. Una de las más recientes estudia el efecto de la cocaína en la mujer, ya que se ha visto que existe un mayor riesgo de adicción que en los hombres, así como una mayor tendencia a consumir cantidades más altas de droga y a padecer una sobredosis. Todo apunta a que las fluctuaciones hormonales a lo largo del ciclo menstrual pueden estar detrás de estas diferencias. La principal responsable podría ser la hormona sexual llamada estradiol.

Estradiol en la salud

El estradiol es una hormona que se produce a partir de la testosterona. Está presente tanto en hombres como en mujeres, aunque sus niveles basales son más altos en mujeres que en hombres. Entre las funciones de las que se ocupa destacan la formación de un único ovocito maduro en cada menstruación, preparar al útero para acoger a un posible embrión o intervenir en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. Esto en el caso de la mujer, claro, ya que en hombres interviene en la producción de espermatozoides, la libido o la función eréctil.

Durante el ciclo menstrual, los niveles de estradiol van en aumento durante la fase folicular y alcanzan el máximo durante la ovulación, para después descender al nivel basal hasta el inicio de una nueva fase folicular. Al llegar a la menopausia, este nivel basal va bajando poco a poco hasta desaparecer, motivo por el cual puede aumentar el riesgo de osteoporosis y fractura ósea, ya que el estradiol está implicado en la formación de hueso.

Estradiol en la adicción

Parece que el estradiol no solo juega un papel clave en el día a día, también puede intervenir en situaciones mucho menos frecuentes. En concreto, distintos estudios apuntan a que podría influir sobre la acción de la cocaína en el cerebro, haciendo más sensibles a las mujeres a su efecto ‘recompensante’.

Al igual que ocurre con otras sustancias adictivas como la nicotina, la cocaína es de origen natural. Proviene de las hojas de coca, un arbusto oriundo de Perú y Bolivia cuyas hojas se masticaban por su efecto estimulante. Tras años de investigación, se identificó a un alcaloide como el responsable de esta acción. A finales del siglo XIX se comenzó a purificar y a concentrar este alcaloide y a ser utilizado primero con fines médicos; después, volviendo de una forma enrevesada a sus raíces, acabó en bebidas destinadas a la población general (sí, incluida esa tan famosa en la que estás pensando) por su efecto estimulante y vigorizante. No obstante, a principios del siglo XX se apartó del día a día porque sus efectos adictivos eran más que evidentes. Entonces, la cocaína pasó a las sombras y a ser consumida únicamente con fines recreativos, con las graves consecuencias que ello conlleva.

En cuanto a su mecanismo de acción, este alcaloide actúa a nivel cerebral, específicamente sobre los llamados circuitos de recompensa del cerebro. Inicialmente, la cocaína produce una sensación muy placentera, llevando a quien la consume a sentirse eufórico y con mucha energía. Por supuesto, estas sensaciones agradables van acompañadas por otras menos atractivas, como son el aumento de la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y la presión arterial, entre otras, que pueden provocar espasmos musculares, irritabilidad, ansiedad e incluso comportamientos violentos. A largo plazo, además, la salud cardiovascular puede verse comprometida, aumentándose el riesgo de padecer un infarto u otros trastornos.

Este riesgo aumenta por el efecto adictivo de la droga, que hace que el consumidor necesite volver a tomarla una y otra vez. No solo eso, sino que la cantidad necesaria para conseguir ese efecto eufórico deberá ser cada vez mayor. Para las mujeres, el riesgo de adicción es mayor, puesto que son más sensibles a dosis bajas de cocaína, lo que hace más fácil desarrollar dependencia. Algunos estudios ya apuntaban a que las fluctuaciones de estradiol a lo largo del ciclo menstrual podrían estar detrás de esta diferencia con respecto a los hombres, y una nueva investigación aporta más evidencias al caracterizar las rutas moleculares implicadas en esta relación. Lo que parece ocurrir, de acuerdo con experimentos en ratas, es que el estradiol potencia este efecto recompensante que produce la cocaína en el cerebro. Como la sensación gratificante es más alta, el impulso de volver a consumir la sustancia es mayor, de ahí el mayor riesgo de adicción.

Aunque nos pueda parecer extraño, este y otros estudios que investigan el efecto diferencial de las drogas debido al ciclo menstrual también forman parte de la salud de la mujer. Comprender estas diferencias podría ser de gran ayuda para la recuperación de las mujeres que sufren adicción a esta sustancia, así como para redactar guías informativas que expliquen a potenciales consumidoras los peligros a los que se enfrentan.

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