ARQUITECTURA

Sin pasillos y polivalentes: así serán los hogares de un futuro próximo

La entrada de luminosidad natural y la sostenibilidad son también claves en lo que serán las viviendas de la generación Z.

Esta vivienda se edificó a partir de una obra ya existente y da la sensación de que su fachada se pliega como un papel.
Una vivienda diseñada por Magén Arquitectos con amplios espacios abiertos.
Magén Arquitectos

Ha pasado ya mucho tiempo desde que, en las páginas de este propio periódico, los redactores hablaran del hogar del futuro: naves espaciales dirigidas por robots, construcciones hechas a base de paneles enteros de materiales... Algunos vaticinios no iban tan desencaminados. No obstante, el hogar más próximo no será tan futurista como se pensaba. Los arquitectos opinan que las viviendas cambiarán más bien poco, pero la de los años próximos será una casa sin pasillos (esto ya es una realidad) y con espacios muy polivalentes. 

De ello se desprende el estudio 'La vivienda del futuro de la generación Z en España', una investigación de la plataforma Cosentino Silestone Institute en base a encuestas a jóvenes sobre cómo pensaban que podría ser su hogar. Las conclusiones van bastante en la línea de lo que ya se ve hoy en día. "Preguntados por la visión de su hogar del futuro, los jóvenes apuestan por un modelo de vivienda más tradicional de lo previsto: seis de cada diez optan por una casa o una casa con terreno (la sorprendente primera opción), mientras que apenas un 30% elige el piso", recoge este informe.

Pero la realidad es distinta. Las dificultades económicas para acceder a un hogar no parece que vayan a cambiar a corto plazo, lo que, lógicamente, repercute en las viviendas y su espacio. "Los expertos parecen mostrarse más realistas (...) Por ello, apuntan al 'coliving' y la vivienda social como soluciones de futuro, alternativas que los jóvenes apenas contemplan", comenta el estudio. Aunque la situación va todavía más allá. 

Para la joven arquitecta zaragozana Sofía Galán, fundadora de la sociedad Bunt Studio, piensa que una parte de las viviendas "serán como las ya existentes". "No obstante, vamos evolucionando un poco. Hemos pasado las épocas de las viviendas más condensadas, ya no se hacen calles tan estrechas como las que se ven en los cascos antiguos", comenta. Y se ha mejorado notablemente en temas de iluminación, "además de que la normativa ya lo exige". Considera que las viviendas ya no son tan interiores como antaño.

La mayoría de reformas de hoy en día pasan por intentar eliminar pasillos y unir estancias. El primer habitáculo en sucumbir ha sido el salón, ya que ahora al diseñar viviendas de cero muchas familias tiran el tabique de la cocina para hacerla abierta. "Es posible que los pasillos desaparezcan, pero creo que todavía siguen haciéndose casas así. Pero nunca destinamos una habitación solo al comedor", asegura Galán.

Una cocina abierta en una vivienda de Zaragoza.
Una cocina abierta en una vivienda de Zaragoza.
Begoña Simón

También parece que se cumple la tendencia sociodemográfica actual en la que las familias se reducen y, por tanto, lo hace el hogar, seguramente marcado por las dificultades económicas de acceder a uno y después mantener a los hijos. "Antes lo normal eran viviendas de tres habitaciones. Si al final solo se tenía un hijo, se le daban otros usos a esos dormitorios, como cuarto de invitados o lo que fuera. Ahora es más normal de dos habitaciones. En obra nueva, es mucho más fácil que caiga una venta en esta tipología. He notado bajada de demanda en las de tres dormitorios", añade Galán.

En esta línea trabajan ya algunos despachos de arquitectos a nivel nacional. Ejemplo de ello es Hanghar, que diseña viviendas que se distancian de las distribuciones convencionales "a través de la vinculación de una serie de habitaciones de proporciones rectangulares que están conectadas entre sí a través de una serie de amplias aperturas centrales". Así, nacen espacios más bien parecidos a palacios barrocos.

El estudio de la vivienda de la generación Z revela también que los espacios minimalistas serán los predominantes en un futuro cercano, mientras que los jóvenes dan muchísimo más valor a la luminosidad, lo mismo que sucede con las aperturas al exterior, pues ocho de cada diez encuestados querrían tener un pequeño espacio para una terracita o un balcón en sus casas.

Un aspecto importante que también resalta Galán tiene que ver con el teletrabajo. La pandemia puso de relieve la importancia de tener un espacio propio en el hogar para trabajar y dejar que la cocina sea el sitio para cocinar y el dormitorio un lugar para descansar. "Hay más teletrabajo que nunca y seguirá creciendo básicamente porque los empresarios también lo necesitan", destaca, por lo que quizá si uno de esos dos dormitorios queda libre se convierta en un despacho.

Recreación de un proyecto de DANA donde la piscina se coloca tras un salón con grandes ventanales.
Recreación de un proyecto de DANA donde la piscina se coloca tras un salón con grandes ventanales.
DANA Arquitectos

Del mismo modo, la arquitecta zaragozana y el estudio de la Generación Z coinciden en que habrá espacios "polivalentes". "Imagínate una galería abierta o cerrada. Es una zona intermedia en la que puedes hacer deporte, por ejemplo, con una bicicleta estática, y donde también puedes salir a desayunar o incluso trabajar un rato", asegura Sofía Galán. Es una cuestión de espacios que sirvan para varias cosas sin necesidad de mover los muebles. A su vez, estos van a ser mucho más descargados que los de antaño. "Veo desapareciendo a las típicas librerías de casa de tus abuelos", añade. Lo mismo con el mobiliario hecho de madera oscura.

Sostenibilidad, factor importante

La tendencia en los últimos años hacia un hogar sostenible y más amable con el medio ambiente será uno de los factores más importantes para la vivienda del futuro próximo, y es algo que ya se aprecia en las construcciones más nuevas. No obstante, este hecho estará marcado por la situación económica, ya que una vivienda con materiales más sostenibles y criterios energéticos buenos requiere un mayor desembolso que una tradicional, al menos por ahora.

"A mí me gusta pensar que tanto los muebles que se utilicen como todos los materiales que entren en la obra, ya sea a nivel de suelos, tabiquerías, de pinturas, sean sostenibles", opina la arquitecta. Además, cree que se valorará todavía más la cercanía a la hora de comprarlos. "Una lámpara traída de Japón o un trozo del suelo puede quedarte muy bonito, pero no hace falta que todo el suelo sea así. tiene que ver con el mantenimiento que van a necesitar, pues los muebles, el hecho de que podamos, yo que sé, comprarlos cerca, montarlos fácil, que también implique que se desmonten fácil para poder reciclarlos, o el hecho de que sean de un material o estén hechos de algo que lo vayamos a poder reciclar. Lo mismo con los envoltorios que llevan: "Hay muchos plásticos que están en textiles o en pinturas que emiten unos componentes que emiten al aire y los respiramos", dice.

En definitiva, será una arquitectura "que ponga el foco en las personas", manifiesta Galán, pues cree que son "los grandes olvidados" y, al final, las casas que se diseñan son para vivir en ellas. "A mí lo que me gustaría es que estén centradas en la salud, más de lo que se ha estado hasta ahora", concluye. Las acompañarán, además, la digitalización, muy presente en la generación Z. Gran parte de los encuestados del estudio coinciden en que no podrán vivir sin una 'Roomba' que limpie el suelo, por ejemplo.

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