Interiorismo

Adiós a la mampara de ducha: alternativas que están de moda

Los muros de separación o los paneles acristalados han sustituido este elemento con el paso del tiempo.

Una bañera grande y una ducha de obra, en el mismo baño.
Una ducha de obra con un panel de cristal.
Prear Arquitectos

La zona de la ducha ha cobrado cada vez más importancia en el baño y en el hogar con el paso de los años. Quizá ya no relevancia, sino que arquitectos e interioristas han sabido darle el espacio que merecía. Antes, se diseñaba con el menor espacio posible para que no incordiase al resto de la habitación. Ahora, ha ganado en estética, en comodidad y accesibilidad. Pero los elementos de su alrededor, como la mampara, también han cambiado.

Precisamente, la mampara es una de esas cosas que, con el paso del tiempo, ha recibido el rechazo de las familias. Tanto es así que, a la hora de reformar el baño, mucha gente pide quitarla. Algunos, directamente, ni lo sustituyen, aunque esto no es lo habitual. El principal inconveniente es lo poco higiénicas que son: se acumula la cal fácilmente, favorecen la aparición de humedades en las paredes de alrededor, y no son fáciles de limpiar. Aunque en los últimos años han evolucionado y se pueden encontrar de muchos tipos y estampados, lo cierto es que ya no están en tendencia.

Las empresas de reformas e interioristas han recurrido a grandes clásicos que parece que vuelven a estar en auge, especialmente en las casas de gente de clase media-alta, según explica Joaquín Arpa, de la empresa zaragozana Reformas SyR Arpa. "Desde hace unos años, en las viviendas de lujo se ha transformado el plato de ducha, haciéndose más grande y convirtiendo las duchas en rectángulos. Una alternativa a la mampara, entonces, son muros hechos de pavés, es decir, la unión de pequeños cristales", añade.

Un panel de cristal en una ducha de obra de Reformas SyR Arpa.
Un panel de cristal en una ducha de obra de Reformas SyR Arpa.
Reformas SyR Arpa

Antaño, este tipo de construcción se usaba mucho en suelos o paredes divisorias, ya que dejaban pasar la luz aportando siempre privacidad. "Eso crea una estética. Las mamparas ya se asocian con una clase más baja. Además, ya no se ponen con puertas. Si eso, un muro de pavés o uno transparente", comenta Arpa. Muchos optan por que este muro sea, directamente, acristalado, dejando pasar toda la luz para que de una sensación de amplitud. "Llevan tratamientos anti gotera y humedades. Eso sí, antes costaban 80 o 90 euros, y ahora 200", expresa.

Hay quien, si la superficie del baño lo permite, opta por colocar directamente un medio muro que separa la ducha del resto de la habitación. No obstante, hay que tener cuidado con el diseño, para que el agua no salpique demasiado al resto de la habitación y se quede solo en el plato de ducha, que también tiende a dejarse raso e "integrarse con el suelo". "Antes la ducha ocupaba una parte minúscula del baño y ahora ocupa la parte principal del baño. Se le ha dado más importancia", sentencia Joaquín Arpa.

Enrique de la Rosa, arquitecto del estudio zaragozano Prear, explica que "en casi todas las obras" colocan paneles fijos de vidrio, sin puerta, de 90 o 100 centímetros. "Funciona perfectamente para evitar salpicaduras y es mucho más cómodo para entrar y salir, además de la mejora estética, que también es importante", continúa De la Rosa. En su caso, no suelen colocar medios muros, "pero es cierto que la mampara se está evitando todo lo posible".

Una ducha separada por un medio muro y un panel de cristal.
Una ducha separada por un medio muro y un panel de cristal.
Pinterest
Un murete que hace de separador entre la ducha y el resto del baño.
Un murete que hace de separador entre la ducha y el resto del baño.
Pinterest

Del mismo modo, los paneles de cristal son "más económicos". "Mientras una mampara cuesta 500 euros, los fijos de vidrio unos 400. Luego, si optas por un muro en el que integrar este cristal, ya se dispara el precio a unos 1.000 euros, aunque depende también del tipo de baldosa", asevera Enrique de la Rosa. Al ser un elemento que se utiliza todos los días, se intenta que las duchas ahora sean "amplias, más cómodas y con mayor utilidad", de ahí este cambio. "Intentamos que sean de 140 centímetros de largo y 70 de ancho para que no te de la sensación de que estás entre cuatro paredes, atrapado", manifiesta.

Otras de las reformas típicas pasan por, como ya se ha citado anteriormente, aprovechar la división de un murete que no cierre por completo el área de la ducha para que permita la entrada de la luz y que mantenga la privacidad. Además, requiere de una obra menor que otras, y sería realizable por menos de 200 euros.

Las cortinas de toda la vida son una buena opción para deshacerse de la mampara sin muchas complicaciones. Las hay con estampados (más o menos bonitos), de algodón y lino, y su mantenimiento y limpieza es más sencillo. Se pueden adaptar a los espacios y, asimismo, aportan un toque decorativo. Y si eres atrevido y tienes un baño lo suficientemente grande, puedes dejar la ducha al descubierto, integrar el plato en el suelo, y tendrás un diseño lo más minimalista posible. Eso sí, cuidado con inundarlo todo.

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