Tendencias

Lo último en sofás: motorizados o con asientos con efecto 'nube'

Los sillones se reinventan para adaptarse a los espacios más reducidos y la mayoría de familias optan por hacerse con un sofá grande en forma de L.

Manacor, un modelo de sofá que funciona con módulos.
Manacor, un modelo de sofá que funciona con módulos.
Famaliving Zaragoza

Hace no tanto tiempo que los salones de las casas españolas estaban poblados de sillones 'Chesterfield' con un acabado de cuero que se puede sentir en los dedos sin siquiera tocarlos. Ahora, se venden por unos cuantos miles de euros en webs de segunda mano. Por la nostalgia, quizá, porque en la práctica los sofás de hoy en día no tienen nada que envidiarles. Los hay motorizados, separados por módulos que pueden redistribuirse o con asientos efecto 'nube'.

El mundo del sofá no ha parado de evolucionar y también se ha visto obligados a adaptarse a los espacios cada vez más reducidos en el hogar. Así, lejos quedan ya combinaciones típicas de antaño, como colocar dos sofás pequeños juntos y algún sillón. Los asientos más grandes han conquistado el salón, especialmente los que tienen forma de L, y el 'Chaise Longue' (un sofá que tiene un extremo extensible) parece desinflarse para dar paso a otros tipos de diván.

Así lo constata Javier, de la tienda Famaliving, con sede en toda España y también en Zaragoza. "Cada día se pone menos el 'Chaise Longue' y se colocan más los sistemas motorizados y piezas (sillas o butacas) giratorias. Además, estamos trabajando mucho con la ecología, con reaprovechar las piezas que puedan ser residuos para hacer nuevos sofás", indica. En este sentido, estos muebles se fabrican con la intención de, a media vida, hacerles un 'restyling' para que se mantengan como si estuvieran nuevos.

Chaise longue con pufs
Chaise longue con pufs

Esta compañía tiene en su haber una línea de productos en su catálogo que implementa lo último de lo último en sofás. 'Relax' aglutina numerosos muebles que, como su propio nombre indica, buscan ser lo más cómodos posibles gracias a los sistemas motorizados y sus acabados. La parte baja del sofá, la de las piernas, se puede levantar para que los asientos se estiren. Además, generalmente, este tipo de muebles tienen una altura de patas idóneas para facilitarle las labores de limpieza a la 'roomba'. Por ejemplo, el modelo Axel costaría desde 2.175 euros con una longitud de 180 centímetros.

Un sofá en L de Famaliving.
Un sofá en L de Famaliving.
Famaliving | Pelusa Studio

El efecto 'nube' es algo que también gusta mucho a los clientes, según añaden desde Famaliving. Se trata de un sistema patentado por esta compañía que, como se puede intuir, proporciona una sentada "mucho más cómoda" que una tradicional. "Permite multiplicar la vida del asiento en condiciones de uso perfectas, facilitando intercambiar todos los elementos constructivos que pueden ir envejeciendo con el tiempo de una forma fácil y sencilla", añaden. 

Como complemento al sofá, la zona considerada como comedor también ha cambiado. "Ya no existe esa mesa que se utilizaba solo tres días al año. Ahora colocamos una extensible y con sillas plegables para que el resto de días sea una zona de estar", comenta Javier, de Famaliving.

Un modelo de sofá con formas curvas.
Un modelo de sofá con formas curvas.
Famaliving

Los sofás son hechos a medida, para que encajen perfectamente en el espacio que se colocan y con pelajes "de calidad" para que duren el máximo posible sin tener que cambiar la funda cada dos por tres. "También sacamos muchas telas estampadas. El terciopelo empezó a llevarse ya hace un par de años y aún sigue. Las telas con efecto de lana han pegado fuerte", asevera.

Una cocina abierta con una isla que la separa del salón.
Un sofá de dos plazas en un salón integrado en la cocina.
Prear Arquitectos

Para Oihana Ventosa, arquitecta del despacho zaragozano Prear, asegura que la tendencia son "sofás más pequeños". "Se quita el sistema 'Chaise Longue', porque ocupa bastante y no da amplitud a los salones. Por lo tanto, se opta por un conjunto de mezclas entre el sofá sofisticado sin orejeras, con colores muy neutros, blancos y grises, y se mezclan también con butacas", añade. También es común poner dos sofás y variar con las plazas: uno de tres y otro de dos, o ambos con un par de asientos y en forma de corte. Ventosa cita también los 'butacones' que, al colocarse en la esquina opuesta al sofá, siguen una moda más bien clásica.

"Ahora suelen ser más redondos, sin reposabrazos y con una altura más cómoda para la posición de la cabeza", dice la arquitecta. Así, mandan las formas curvas y no tan rectangulares como antaño, una tendencia que se suma también a las butacas que a veces acompañan a esta pieza. "En cuanto a los colores de los cojines, se llevan con los tonos grises, verdosos, azules, turquesas y un poco los rositas", añade Oihana Ventosa. En definitiva, lo que se intenta es que la zona esté más recogida, "y sea más un lugar donde tomar el té más que donde dormir".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión