Tercer Milenio

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Así podría el cambio climático aumentar los casos de asma

El aumento de la tasa de precipitaciones podría influir sobre la composición de la microbiota aérea de los hogares, muy relacionada con padecer asma.

La incidencia de asma podría aumentar debido al cambio climático
La incidencia de asma podría aumentar debido al cambio climático
Jarle Sten Olsen

En una 'noche toledana' no se puede pegar ojo. Hay muchas razones por las que esto puede suceder. Tu recién nacido lo está pasando fatal por unos cólicos, un problema laboral te tiene alterado o el colchón es de lo más incómodo. No obstante, en estos meses de verano prácticamente solo ha habido un motivo por el que muchas personas han encadenado noche toledana tras noche toledana: el calor sofocante.

Las altas temperaturas que hemos sufrido durante varias noches han convertido dormir en todo un desafío. Con el dormitorio transformado en una sauna, muchos han pasado noche tras noche dando vueltas en la cama, sudando a mares y confiando en que la madrugada trajese consigo algo de fresco. Al día siguiente, gafas de sol para esconder las ojeras, litros de café para combatir el cansancio y confiar en que el próximo anochecer sería más benévolo.

Lamentablemente, todo parece indicar que estas noches toledanas por culpa del calor cada vez serán más habituales, consecuencia del cambio climático. Y no es la única. Este verano también nos hemos enfrentado a fuertes lluvias torrenciales, con truenos, rayos y granizo incluidos. Estas fuertes precipitaciones, que provocan graves desperfectos en los cultivos y el caos en las ciudades, se deben al aumento de la humedad atmosférica. Al subir la temperatura global, el agua de la tierra se evapora a más velocidad. La primera consecuencia de esto es un mayor riesgo de sequías. Por otro lado, cuanta más agua se acumula en la atmósfera, más posibilidades de lluvias torrenciales.

Por si las altas temperaturas nocturnas, las sequías y las fuertes tormentas no fuesen suficientes problemas, el cambio climático puede amenazar a nuestra salud de otras muchas formas. Una de ellas implica a las bacterias que conviven con nosotros en nuestras casas.

La microbiota doméstica

Se ha hablado muchas veces acerca de lo importante que es para nuestro bienestar la comunidad de bacterias, hongos, virus y otros seres microscópicos que habitan en nuestro cuerpo. A esta comunidad la llamamos microbiota. Lo que quizá es menos conocido es el papel de la microbiota que habita en el aire de nuestras casas.

Desde hace un tiempo, la comunidad científica cree que las distintas bacterias que flotan en el interior de nuestros hogares podrían influir sobre enfermedades respiratorias como el asma. Estas sospechas nacen de estudios en los que se compara la microbiota de las vías respiratorias de personas asmáticas y personas sanas, observándose diferencias entre ambos. Parece que las personas con asma presentan mayores cantidades de bacterias de la familia de las proteobacterias, así como una microbiota en general menos diversa que la de las personas sanas.

Quedaban algunas dudas respecto a qué influye sobre la composición de la microbiota hogareña, pero un nuevo estudio de investigación ha arrojado algo de luz sobre este misterio. Para ello, se ha analizado la microbiota del aire de 1.038 hogares de cinco ciudades del norte de Europa: Aarhus, en Dinamarca; Bergen, en Noruega; Reikiavik, en Islandia; Tartu, en Estonia; y Uppsala en Suecia. Se tomaron partículas de polvo de los dormitorios y se analizó el ADN bacteriano que contenían, para así hacerse una idea de los tipos de bacterias que habitaban en cada lugar.

El clima influye sobre la microbiota doméstica

En primer lugar, se pudo concluir que la microbiota aérea de una casa dependía de varios factores, entre ellos la edad y el número de ocupantes de la casa, la presencia o no de perros, la frecuencia con la que se limpiaba y la edad de la propia casa. Estos resultados no eran nuevos, pero servían para corroborar los hallazgos previos de otros investigadores.

Por otro lado, los investigadores también observaron que las muestras de Aarhus y Tartu tenían una mayor diversidad y carga bacteriana en comparación con las muestras de Bergen y Reikiavik. Atribuyeron estas diferencias a que el clima de estas regiones es muy distinto. Bergen y Reikiavik tienen tasas de precipitaciones más altas, así como vientos más veloces. Esto podría influir negativamente sobre la diversidad de las bacterias que flotan al aire libre. Al haber menos bacterias en el exterior, la composición de la comunidad bacteriana del interior de los hogares sería más pobre.

Este último hallazgo preocupó al equipo de investigación. Cuanto menos diversa es la composición de la microbiota hogareña, mayores posibilidades de desarrollar asma u otras patologías respiratorias. Por tanto, un aumento de la tasa de precipitaciones consecuencia del cambio climático, podría hacer que la microbiota del aire de muchas casas cambiase para peor y, con ello, la salud de sus habitantes.

El cambio climático no solo tiene consecuencias a gran escala, sino que también nos pueden alcanzar en la seguridad de nuestros hogares. El asma podría convertirse en el inesperado compañero de las noches sofocantes, las sequías y las lluvias torrenciales, una peligrosa pandilla a la que sería mejor evitar. Trabajemos, pues, para que no se conviertan en la triste realidad de nuestro día a día en un futuro demasiado cercano.

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