Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desmitificador

Sudokus y palomitas: ¿escudo y amenaza para nuestros recuerdos?

Esta mañana estaba perdiendo el tiempo en Twitter y me he topado con dos mitos relacionados con el deterioro cognitivo. Es decir, los fallos de nuestro disco duro. Hace mucho que no hablamos de la materia gris, así que… toca desmitificar unas cuantas leyendas que pululan por internet. Vamos a ello.

Comer palomitas de vez en cuando es perfectamente seguro.
Comer palomitas de vez en cuando es perfectamente seguro.
Alessandro Augusto Lucia

Como siempre, los mitos son un pozo sin fondo. Una vez comienzas a buscar, terminas encontrando cientos de hilos, cada cual más ridículo que el anterior. Esta vez me topé en una prestigiosa revista de divulgación con uno bastante preocupante. Decía, nada más y nada menos, que las palomitas de microondas pueden acelerar la aparición de alzhéimer. Como fan incondicional de este sencillo tentempié, me apresuré a buscar soluciones. Y todas apuntaban en la misma dirección: para conservar la memoria en buen estado, lo mejor es mantener el cerebro activo con pasatiempos como crucigramas y sudokus. Pero, ¿qué tienen de cierto estas dos afirmaciones?

Verdadero o falso

Empecemos con las palomitas. Sorprendentemente, la revista publicaba unos titulares bastante exagerados. Menos sorprendentemente, quizás, era imposible encontrar un enlace al estudio original, algo que complicaba considerablemente mi tarea desmitificadora. Las alegaciones, no obstante, estaban claras: las palomitas para microondas utilizan un aditivo, el diacetilo, responsable del característico aroma a mantequilla. Aquí empecé a sospechar. Los autores utilizaban un nombre incorrecto para este compuesto químico, así que probablemente la información no estaba demasiado contrastada. Al seguir tirando del hilo, descubrí la nota de prensa original, publicada por la Universidad de Sao Paulo, en Brasil. Resulta que se trata de un estudio con apenas doce ratones, expuestos directamente al diacetilo (a los pobres ni siquiera les daban a probar palomitas). En algunos animales, los investigadores observaron un aumento en la aparición de proteínas amiloides, relacionadas con la enfermedad de alzhéimer. Pero vamos, de estos resultados a crucificar las palomitas de bolsa… ¡menudo salto sin red!

Como es habitual, además, las autoridades sanitarias ya estaban al tanto de los supuestos problemas del diacetilo. En 2013, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) había evaluado otros resultados muy similares y sus conclusiones eran claras: "Los resultados de la exposición directa (…) no son extrapolables a la seguridad de este producto como aditivo alimentario". Vamos, que inyectarse diacetilo es una idea terrible, pero comer palomitas de vez en cuando es perfectamente seguro. Otra cosa es, ojo, inhalar este compuesto. El diacetilo también se utilizaba como aroma artificial en algunos cigarrillos electrónicos; ahora está prohibido. Y es que, en realidad, como decía el alquimista Paracelso, a menudo la dosis hace el veneno. El paracetamol es un medicamento milagroso, pero tomarse diez gramos de golpe puede tener consecuencias fatales. Por ello, los científicos seguirán estudiando los posibles efectos adversos de abusar del diacetilo. Si no estás convencido, siempre puedes hacer palomitas a la vieja usanza.

¿Y qué ocurre con los crucigramas? ¿Ayudan a retrasar el deterioro cognitivo? Como ocurría con el diacetilo, hay miles de estudios al respecto. Sin embargo, en este caso las conclusiones no son tan claras, según informan recientemente en ‘Newtral’. La clave no son solo los sudokus, sino mantener el cerebro activo: leer, conversar, viajar… En general, cualquier actividad que nos aleje de las rutinas y el aburrimiento. También puede ser interesante plantearse nuevos retos, tratar de aprender cosas nuevas, según algunos expertos en neuroplasticidad. Y, por último, conviene recordar el famoso refrán romano: ‘Mens sana in corpore sano’, una mente sana en un cuerpo en forma. Aunque parece que los súbditos de César Augusto se tomaban este dicho un poco a guasa, los estudios científicos más recientes lo corroboran. El ejercicio físico ayuda a consolidar el aprendizaje, porque la generación de ciertas hormonas (como adrenalina, dopamina y cortisol) contribuye a la fijación de recuerdos. "El ejercicio físico regular sí que ha demostrado una mejora del rendimiento cognitivo", explica a ‘Newtral’ Guillermo García Ribas, portavoz de la Sociedad Española de Neurología.

De propina

Por desgracia, el mundo está lleno de titulares engañosos y artículos diseñados para confundir. Así que, aun a riesgo de quedarme sin trabajo como desmitificador, he decidido ofreceros unos pocos consejos para que podáis identificar los bulos internáuticos más fácilmente.

Lo primero de todo, os animo a visitar un nuevo recurso del Ministerio de Ciencia e Innovación y la Fundación Española de Ciencia y Tecnología: el Science Media Centre. Esta página web, inaugurada el mes pasado, recopila recursos, contenidos fiables y fuentes expertas sobre temas de actualidad relacionados con la ciencia. Aunque está destinada a periodistas, incluye contenidos que proporcionan información y consejos muy interesantes para evitar equivocaciones. Por ejemplo, han publicado una guía para identificar fuentes fidedignas entre los miles de millones de usuarios de Twitter: es importante distinguir a los ‘influencers’ de los científicos. Además, también explican cómo funcionan los estudios científicos, y cómo distinguir resultados preliminares y ‘preprints’ de meta-análisis y revisiones.

Porque, como en el caso de las palomitas, un modelo en ratones no equivale a un ensayo clínico, las conclusiones pueden ser totalmente diferentes. Normalmente, conviene indagar más allá del tuit, no quedarse en los titulares y leer los artículos, para identificar los puntos clave y poder distinguir las mentiras de la realidad.

Y, si podéis, buscad los estudios originales. Yo todavía no he encontrado el estudio original del diacetilo, solamente la nota de prensa. Y claro, me saltaron todas las alarmas. Por suerte, los desmitificadores siempre estamos ojo avizor.

Fernando Gomollón Bel Químico y divulgador científico

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