Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Los mitos de un órgano blandito

En torno al cerebro se amontonan las leyendas urbanas. ¿Tenemos un hemisferio creativo y otro analítico? ¿Cuántas neuronas mueren si bebemos alcohol en exceso? ¿Utilizamos solo una parte del potencial de nuestro cerebro?

Cerebro de origami plegado colectivamente con el Grupo Zaragozano de Papiroflexia durante las jornadas 'Comunicar la neurociencia'
Cerebro de origami plegado colectivamente con el Grupo Zaragozano de Papiroflexia durante las jornadas 'Comunicar la neurociencia'
Aecc

Los mitos

¿Cómo? ¿Los mitos, en plural? Pues sí, queridos fans del Desmitificador. Esta vez, en lugar de desmontar una leyenda urbana vamos a cargarnos tres de un plumazo. ¿Por qué? Porque no puede ser que, en la tierra de Santiago Ramón y Cajal, nos traguemos tantos bulos sobre el cerebro. Que tenemos 86.000 millones de neuronas para usarlas, leche, no para creernos todo lo que nos cuentan. Y es que no, no tenemos un hemisferio creativo y otro analítico, salir de fiesta no mata neuronas (solo las atonta) y usamos mucho más del 10% de nuestro cerebro. Bueno, algunos. Que a veces veo al pelozanahoria este de los estados juntitos y…. ¡Empezamos, que me voy por las ramas!

Verdadero o falso

Uno de los mitos sobre el cerebro más extendido dice que solo utilizamos un 10% de nuestra materia gris. Si desarrolláramos a tope nuestras capacidades, podríamos adivinar el resultado de la quiniela, mover objetos con la mente o incluso acordarnos por fin de qué íbamos a buscar en la nevera en vez de quedarnos mirando el cajón de los embutidos con cara de idiotas. ¿Molaría, eh? Poder entrenar a nuestro cerebro como si fuera un Pokemon o tener una droga chachi para, como a Scarlett Johansson en ‘Lucy’ (2014), activar todo nuestro potencial cerebral.

Lástima que, como os he dicho, sea un mito. Un mito iniciado a finales del siglo XIX por el neurólogo Brown-Séquard, quien afirmó que "muy pocas personas desarrollan mucho [el cerebro] y quizá nadie lo hace completamente". Y el rumor se extendió más rápido que la canción del donut de Lapili y Jirafa Rey. A principios del siglo XX ya lo mencionaban varios artículos del prestigioso ‘New York Times’, el almanaque mundial (el más vendido del mundo) y varios best-sellers de autoayuda. Se dice que incluso Albert Einstein llegó a bromear con el temita cuando alguien le preguntaba por el origen de su ‘inteligencia sobrehumana’.

¿Cómo sabemos que es mentira? Mayormente, porque si el 90% del cerebro no sirve para nada, ¿para qué lo tenemos? Si fuera un órgano inútil, la selección natural habría preferido reducir su tamaño y ahorrarse toda la energía que gasta. Y no ha sido así. Al contrario, el cerebro del género ‘Homo no ha parado de crecer hasta casi triplicar el tamaño que tenía hace 2 millones de años. Además, tenemos técnicas de imagen muy avanzadas (como la resonancia magnética) que jamás han conseguido detectar una sola neurona que permanezca inactiva durante un largo periodo de tiempo. Además, tal y como explica el neurobiólogo José Ramón Alonso, catedrático de la Universidad de Salamanca, en su blog: "Las neuronas inactivas tienden a degenerar. Si el mito del 10% fuera cierto, la autopsia de un cerebro adulto mostraría una extensa neurodegeneración, algo que nunca se observa".

Las técnicas de imagen también desmontan el mito de los dos hemisferios diferenciados. No tenemos un cerebro artista y otro matemático. Al contrario, los dos lados del cerebro trabajan siempre en equipo. La información y los estímulos fluyen de un hemisferio a otro gracias al cuerpo calloso, un manojo de neuronas que conecta los dos lados del cerebro para que actúen conjuntamente. En 2013, científicos de la Universidad de Utah analizaron el cerebro de más de 1.000 jóvenes usando resonancia magnética. La conclusión fue clara: no encontraron ninguna prueba de que uno de los hemisferios dominara sobre el otro.

¿Y qué pasa con las neuronas que se mueren cuando nos vamos de party loca? Pues que no se mueren. Eso sí, el alcohol sí hace bastante pupa a las neuronas: estropea la dendrita, la parte de las neuronas que se encarga de recibir los estímulos, y esto hace que se comuniquen mucho peor. Además, el alcohol hackea el cerebro. Y lo hace de muchas formas, aunque quizás la peor sea que hace que cuanto más bebes, más quieres. Así que ojito con el alcohol, que a pesar de todo es una droga muy peligrosa. Mata seis veces más que la cocaína e, incluso en pequeñas cantidades, aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer. Así que cuidadín con las fiestas.

Para saber más
Nadie mejor para hablar de neurociencia que José Ramón Alonso. Su enorme pasión por la divulgación científica solo es superada por su devoción por Ramón y Cajal, tal y como puede comprobarse en su fantástico blog ‘Neurociencia’. Si el cerebro os apasiona, no podéis perderos los libros de los doctores Oliver Sacks y Suzanne O’Sullivan. Y si preferís los vídeos de Youtube, echad un vistazo al canal de Dani Gómez y a la serie de vídeos #Neurocosas, del bioquímico maño Pablo Barrecheguren.
De propina
¿Sabíais que Santiago Ramón y Cajal, además de ser el padre de la neurociencia moderna, fue uno de los pioneros de la fotografía en nuestro país? Cuando moceaba, Cajal descubrió lo que eran los daguerrotipos mientras unos aficionados retrataban las bóvedas de la iglesia de Santa Teresa en Huesca. Tan solo ocho años más tarde, él mismo desarrolló unas placas fotográficas mejoradas que solo necesitaban tres segundos de exposición en vez de varios minutos. Llegó incluso a ser nombrado presidente de honor de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid y publicó un libro sobre los principios científicos de la fotografía a color. Científico y artista, Cajal es una prueba más de que las teorías sobre los dos hemisferios diferenciados no son más que pamplinas.

Fernando Gomollón-Bel Químico y divulgador científico @gomobel

Comentarios
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