Cómo gestionaremos los envases cuando la nueva ley de residuos entre en vigor

El Congreso de los Diputados ha respaldado este jueves la nueva norma que incorpora al marco legislativo español lo recogido en las directivas europeas.

Separar la basura en diferentes contenedores ayudará a la sostenibilidad del planeta.
Separar la basura en diferentes contenedores ayudará a la sostenibilidad del planeta.
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Un impuesto a los envases de plástico no reutilizables, un sistema de depósito, devolución y retorno, que podrá imponerse a nivel nacional, y objetivos actualizados de reducción y reciclaje son algunos de los cambios a la gestión de envases que implica la ley de residuos que el Congreso ha respaldado hoy.

La norma, que reemplazará la vigente ley de residuos de 2011, incorpora al marco legislativo español lo recogido en las directivas europeas de residuos y de plásticos de un solo uso, como los nuevos objetivos -más ambiciosos- de recogida de envases desechados: por ejemplo, en 2027 se deberá recoger de manera separada el 85 % (en peso) de los productos de plástico introducidos en el mercado.

Bajo la premisa de “quien contamina, paga”, la nueva ley aumenta la responsabilidad de los productores mediante, por ejemplo, un nuevo tributo para los fabricantes de envases no reutilizables que gravará con 0,45 euros cada kilogramo de plástico.

Además, los productores de envases se verán obligados a asumir todos los costes de los residuos de los productos que ponen en el mercado, aunque entre estos no se incluyen las monodosis o las cápsulas de café, entre otros, algo que ha criticado la ong ambientalista Amigos de la Tierra, que considera que la ley debería asegurar la correcta implantación de las “demandas históricas” del movimiento ecologista, con “medidas que realmente responsabilicen a los productores”.

Posible alternativa al contenedor amarillo

La ley plantea imponer a nivel estatal la aplicación de un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) de envases, por el cual los consumidores dejan en el establecimiento unos céntimos en concepto de "fianza" por cada producto envasado que compran y, cuando traen el envase vacío al comercio, se les devuelve esa misma cantidad.

La norma sólo propone el SDDR en caso de que no se logren las metas de reducción europeas en 2023 ni en 2027 (que ahora también contempla la ley española) y además sólo afectaría a determinados envases: se excluyen, por ejemplo, las latas o los productos de vidrio, que se podrían reutilizar pasando por un proceso previo de lavado.

Desde Amigos de la Tierra han celebrado la inclusión de este sistema en la norma, sobre todo después de que los grupos ecologistas lleven años reclamándolo, pero advierten que es “una victoria a medias”, pues la ley no establece “ni porcentajes de reutilización, ni materiales como el vidrio” en el apartado dedicado al SDDR.

Otra medida para reducir el uso de envases desechables, bajo la premisa “el mejor residuo es el que no se genera”, es la que obligará a que los establecimientos minoristas de alimentación de más de 400 metros cuadrados tengan que destinar al menos un 20 % de su superficie a la venta de productos a granel. 

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