La fiebre de los calendarios de adviento: de Lego, tornillos, cremas o cerveza
Esta moda navideña suma cada año nuevos adeptos que pasan todo el mes de diciembre descubriendo una sorpresa diaria.
Desde la calle cada vez se asoman más siluetas de los abetos por las ventanas, en supermercados los polvorones y los turrones se han impuesto. Pocos escaparates se resisten a vestirse de Navidad. Quedan 26 días para el inicio de las fiestas y el Adviento comenzó oficialmente el pasado domingo, cuando se encendió la primera vela, es decir, quedan menos de cuatro semanas. El termómetro navideño empieza a ponerse en rojo.
Con el mes de diciembre llega el calendario de adviento y cada año lo hace con propuestas más originales. Cuentan que su origen se remonta a finales del siglo XIX en Alemania, cuando existía la tradición de pintar en la pared y en la puerta rayitas de tiza para que los niños las borrasen cada día una hasta la Navidad.
Hace unos años era algo más de niños. Los más pequeños de la casa abrían la ventanita que tocaba y se cogían su dulce diario, normalmente chocolate. En las tiendas se pueden encontrar calendarios de casi todas las marcas chocolateras. Por ejemplo, solo de Kinder existen tres modelos. Para los más sofisticados también los hay de Ferrero Rocher –a lo Isabel Preysler-. Milka, las tres propuestas de Lindt o de KitKat. A estos de marcas se suman los de dibujos animados, como Pepa Pig, Disney o Patrulla Canina, entre otros muchos. En estos casos el precio no suele superar los 5 euros.
Sin embargo, con el tiempo esta costumbre se ha extendido, tanto en población como en edad -no hace falta ser niño para tener un calendario de adviento- y en tipo de sorpresas que se esconden. Otro ejemplo es el calendario de adviento de birras, como el de Cervezas Ambar. O de condimentos, el de Just Spices es una muestra.
Más allá de la alimentación, también hay calendarios de adviento de productos para el cuidado del cuerpo. Kielh’s, L'Occitane en Provence, Sephora, L'Oreal París, Yves Rocher o Rituals forman parte del amplio abanico. Cremas, maquillaje y tratamientos son los principales productos que se ofrecen. El precio de estos calendarios es superior a otros, dependiendo de la firma. Más de 400 euros es el precio del de Dior. También para los bolsillos con menos problemas está el de Tiffany, para conseguirlo es necesario concertar una cita privada con un asesor de clientes de la compañía. El precio lo sitúan por encima de 100.000 euros.
Lidl también ha lazando este año un calendario de adviento, se trata de un set de herramientas, de la marca Parkside, en el que durante 24 días se descubre el ‘pack’ completo de puntas. Tampoco falta el de KWB.
En el mundo juguetero también hay calendarios de adviento. Solo de Lego hay varios, como de Harry Potter, Star Wars y Los Vengadores, que se valoran en unos 30 euros. Playmobil ofrece varias propuestas, por menos de 20 euros.
Al margen de todo lo comercial está la opción de hacer uno mismo el calendario de adviento con regalos personalizados. Existen pequeños muebles de cajitas numeradas o tiras con bolsas de fieltro que pueden ser una opción que se encuentra a un precio de 10 a 20 euros, no obstante, también los hay más caros si se quieren más grandes o con una terminación más fina. Otra opción es hacerlos de manualidades, como de patchwork.
Si se prefiere hacer un calendario de adviento 'low cost' se puede elaborar con un carrete de hilo, unos sobres y pinzas. Simplemente hay que colocar los hilos tensados y en ellos poner los sobres numerados sujetos con pinzas de tender. Así que si se quiere hacer un calendario de adviento, que el coste no sea la excusa.
HERALDO este año también se suma a esta cuenta atrás de la Navidad y este miércoles inicia un calendario de adviento interactivo. En lugar de una chocolatina, la recompensa es un momento de entretenimiento, que unos días será más dulce, otros más graciosos y también los habrá nostálgicos, que recuerden a las fiestas de hace décadas.
