heraldo escolar
Cocinar con tus hijos (II), también en Navidad
Cocinar con los niños es fuente de desarrollo, aprendizaje y transmisión de valores, como trabajo en equipo, unión, colaboración, perseverancia y esfuerzo, tan necesarios en el día a día y ahora más que nunca, también, esta Navidad. ¿Y tus tardes en familia, a qué saben?
Hace un par de semanas ya avanzábamos en esta sección cómo algunas sencillas actividades cotidianas como cocinar estimulan y desarrollan diferentes aspectos evolutivos y aprendizajes de nuestros hijos, aspectos y beneficios que hoy completamos:
• Vínculo familiar: al cocinar en familia se crean lazos que fomentan el sentido de pertenencia, tan importante en el desarrollo personal y emocional de los más pequeños. Además, al dotar a cada uno de su papel y rol en una acción conjunta, en la que se ponen en juego valores como la colaboración y el trabajo en equipo, ese vínculo afectivo se hace más fuerte.
• Relaciones personales: al realizar una actividad conjunta se favorecen las relaciones personales y la interacción entre los miembros que comparten la actividad. En los más pequeños es esencial favorecer estas interacciones de forma natural en actividades del día a día y de una manera cercana en las que se respetan sus ritmos y características personales.
• Desarrolla la autoestima y el empoderamiento personal: al terminar la receta, todos los miembros de la familia saborean el éxito de ese trabajo en red, que deja un sabor de boca muy agradable a logro, a empoderamiento, a superación de obstáculos… ¿Quién no se pone contento cuando ve disfrutar a los comensales con su plato? Ese gusto a satisfacción personal no se va en todo el día.
• Lenguaje y comunicación: al tiempo que los niños cocinan se les abre un mundo nuevo de palabras y frases que les ayudarán a ampliar su lenguaje. Al cocinar en familia se establecen diálogos e intercambios comunicativos que estimulan la comprensión y la expresión. Puede ser un punto de inflexión a la hora de establecer vínculos y códigos comunicativos en el contexto familiar. Además, según la edad de los niños, se estimula tanto el lenguaje oral como la expresión (peticiones) y el lenguaje escrito (lectura y comprensión de recetas).
• Transmisión de costumbres: las recetas de las abuelas pasan de generación en generación de una manera bonita y llena de momentos únicos cuando cocinamos en familia... Los recuerdos cobran vida a través de los sabores de nuestra infancia, reproduciéndolos con nuestros hijos en la actualidad.
• Se desarrollan aspectos relacionados con la salud y la nutrición: es muy importante transmitirles la importancia de una vida saludable empezando por una dieta equilibrada y basada en nuestras costumbres mediterráneas de gran poder nutricional en nuestros hogares.
Por: Ana Rojo de la Vega / Ester Motos Guerra Maestras y psicopedagogas de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía.