trucos de limpieza

Así se limpian las zapatillas en la lavadora para conseguir que queden como nuevas

Si meterlas en la lavadora es una idea nefasta, porque absorben la humedad y se quedan acartonadas, ¿cómo se puede acabar con su suciedad?

Uno de los problemas de meterlas en la lavadora es que, si son de tela, pueden encoger.
Uno de los problemas de meterlas en la lavadora es que, si son de tela, pueden encoger.
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Aunque las zapatillas de Gucci con efecto usado se hayan puesto de moda y todos los 'influencers' sueñen con tener unas (cuestan más de 700 euros), la realidad es que pocas cosas son menos higiénicas que el calzado sucio después de haber recorrido decenas de kilómetros. Sin embargo, y aunque a todos nos gustaría que no fuese así, conseguir que vuelvan a parecer nuevas no está al alcance de cualquiera: intentarlo a mano es una locura y en la lavadora, el olor a húmedo y las suelas acartonadas están asegurados. Entonces, ¿la única solución posible es acercarse al cubo de la basura más próximo y decirles adiós a nuestras zapatillas, aunque sean nuestras favoritas? La respuesta es no. Solo hay que saber cuáles son los trucos que permiten acabar con la mugre del calzado y que consiguen que, tras su lavado, parezca que está recién estrenado.

Cómo 'estrenar' zapatillas sin gastar ni un euro

Lo primero que hay que tener en cuenta antes de meter las zapatillas en la lavadora es su color, ya que, si son blancas, el proceso para acabar con la suciedad (y no morir en el intento) es diferente: esta máquina es su gran enemiga y solo conseguirá que queden amarillas. Por el contrario, si son de algún otro color, este electrodoméstico será nuestro gran aliado, si sabemos cómo usarlo para la ocasión: todo empieza quitándole al calzado los cordones, la plantilla y cualquier elemento extraíble que pueda interferir en la limpieza de la superficie de las zapatillas. Así, lo mejor es rociarlos con una mezcla de agua, bicarbonato y detergente  para ropa y dejarlos secar al sol sobre papel de periódico.

Acabada la limpieza de cordones y plantillas, toca comenzar con la de las zapatillas. Después de pasar un cepillo de cerdas gruesas para quitar restos de tierra o chicles, entre otros, hay que introducirlas (con polvos de talco por dentro y fuera) en una bolsa de tela apta para la lavadora. De este modo, nos aseguramos que se lavan correctamente, pero sin sufrir daños por los giros constantes de este electrodoméstico. Cabe destacar que el programa que seleccionemos debe ser corto, con agua fría y sin centrifugado, y siempre sin jabón ni suavizante.

¿Cómo se secan?

Para secarlas es importante no utilizar la secadora y dejarlas al aire libre, pero lejos del sol o de cualquier fuente de calor, ya que son los auténticos culpables de que las zapatillas absorben olor a humedad. Lo mejor es disponerlas sobre papel de periódico y rellenarlas del mismo, pues, además de ayudar a mantener la forma del calzado, impedirá que esté desprenda ningún aroma desagradable una vez nos pongamos las zapatillas. 

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