¿Por qué San Antón se celebra con hogueras?

Esta tradición de origen pagano se llevaba a cabo como medio de purificación y renovación y para rendir homenaje a los animales, que servían de alimento, transporte y forma de trabajo.

Hoguera de San Antón.
Hoguera de San Antón
José Miguel Marco

Ya sea para celebrar con la familia, los amigos o en compañía de todos los vecinos, en multitud de localidades aragonesas se ultiman todos los detalles para las hogueras en honor de San Antón o San Sebastián (destacando entre la amplia variedad de opciones los Sanantones y la Encamisada de Estercuel y la Hoguera de San Sebastián en Castelserás, ambas declaradas Fiesta de Interés Turístico Regional por el Gobierno de Aragón). Una festividad en la que las brasas y los asados se convierten en los protagonistas y que, pese a que se le atribuye un componente religioso, tiene un origen pagano. En la antigüedad esta celebración se realizaba para conmemorar el solsticio de invierno y honrar al sol. Con el fuego de las hogueras se simbolizaba a la vida, la purificación y la renovación, además se rendía homenaje a los animales que eran fundamentales en la vida diaria, ya que servían de alimento, de forma de transporte y trabajo en las tareas del campo.

Con el establecimiento de la cultura y religión cristiana, esta cita, cuya celebración litúrgica es el 17 de enero, se vinculó con San Antonio Abad, patrón de los animales. Para rendir admiración a este apóstol, durante la festividad todos los animales tenían un día de descanso, incluso los que se utilizaban para el trabajo, y acudían a la entrada de las capillas e iglesias donde eran bendecidos. Una tradición que se sigue haciendo en la actualidad, pero en la que el ganado ha dado paso a las mascotas de las viviendas, por lo que los perros, gatos, canarios e, incluso, algunos ejemplares más exóticos como los reptiles, se han convertido en los protagonistas de las instantáneas de la jornada. Esta costumbre se ha adaptado a los cambios de la sociedad, perdurando con el paso del tiempo, al igual que las hogueras con las que se clausuraba la celebración y eran otra ofrenda al santo y a los propios animales, en el caso de las de San Antón, y una petición de purificación frente a la enfermedad y los malos espíritus, en el de las de San Sebastián.

En la actualidad, las connotaciones religiosas y supersticiosas se han perdido y  esta festividad se ha convertido en un acto social que tiene lugar en espacios públicos, generalmente en las plazas mayores de algunos pueblos y en barrios de Aragón en el que grupos de todas las edades encienden sus hogueras, preparan sus asados, comen, beben y charlan en torno al fuego, disfrutando de este rito que se ha convertido en una auténtica fiesta que anima la larga y fría noche de invierno.

San Antón en Zaragoza

Cinco barrios pidieron autorizaciones para encender el tradicional fuego, que necesitan el visto bueno de Bomberos. El día 17 se cumple también con la bendición de animales en la Iglesia de San Pablo. 

Los requisitos para encender las hogueras en San Antón

La hoguera se debe situar como mínimo a 15 metros de cualquier edificio, vehículo, vegetación alta, tendido eléctrico, mobiliario urbano y, en general, de cualquier infraestructura que pueda verse afectada.

Se deberá prever un acceso mínimo de 5 metros de ancho para los vehículos de emergencia.

Se prohíbe utilizar explosivos o líquidos inflamables y materiales que puedan producir grandes cantidades de humo (neumáticos, aceites, textiles,…) o que puedan desprender gases especialmente tóxicos o corrosivos (plásticos, PVC, aparatos eléctricos...).

Las hogueras no se deben ubicar directamente sobre cualquier tipo de pavimento urbano. Se necesita una base de arena o tierra. Y los organizadores deben contar con extintores portátiles.

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