Cientos de mascotas (y sus dueños) celebran San Antón

Perros, gatos, conejos y algún que otro hurón participaron en la procesión por las calles de San Pablo antes de recibir la bendición.

Los animales de Zaragoza reciben su bendición por San Antón
Los animales de Zaragoza reciben su bendición por San Antón
Oliver Duch

Una vez que se han prohibido en Zaragoza los circos con animales, quizá lo más parecido sea la celebración de San Antón en el barrio de San Pablo. Un circo no, pero un cuadro sí que es esta tradición, en la que perros, conejos e, incluso, tortugas e iguanas pelean por acercarse a la figura del santo colocada sobre un estrado. Previamente se ha vivido una procesión por las calles del entorno de la iglesia de San Pablo (San Blas y Broqueleros) y el párroco Santiago Fustero ha celebrado una misa en el interior de un templo tomado por los animales. Una vez en la calle, tras pronunciar una palabras sobre la naturaleza y la necesidad de cuidar y tratar bien a las mascotas, Fustero ha cogido el hisopo para rociar de agua bendita decenas de hocicos.

Los perros han vuelto a ganar por goleada en una mañana en la que las campanas de San Pablo rivalizan con los ladridos de los nerviosos canes. También ha habido no pocos gatos y animales indefinidos cubiertos con mantas, tras las que apenas se adivinaban unos ojos o una naricilla. En cajas de cartón aparecían tortugas y reptiles "inofensivos", según sus dueños, a pesar de más de un espectador decía aquello de "largarto, lagarto" y buscaba las distancias. Por descontado también estaba la clásica pareja de caballos de la Policía, que hacía las delicias de los niños que se habían saltado las clases para no perderse el espectáculo. Otros años, cuando la festividad cae en fin de semana, sí se ve una nutrida presencia de chavales, pero hoy escaseaban.

La mañana ha sido propicia, salvo acaso por un poquito de cierzo, para procesar la imagen del santo con acompañamiento musical. Antes de concluir la bendición, se ha recordado a los presentes la historia de San Antón, que curó de la ceguera a unos puercos y se les pidió que devolvieran a sus animales "el afecto y el cariño" que los propios 'bichos' les profesan. También esta mañana, en la parroquia de San Vicente de Paúl, los vecinos de Casablanca han bendecido a sus 'fieras' antes de degustar un vino dulce y unas pastas.

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