Hace ya tiempo que la sostenibilidad se convirtió en un pilar muy importante en la construcción de viviendas. Florecieron términos como Passivhaus, entre otros, y la premisa estaba clara: bajar las emisiones de CO2 al máximo y minimizar el impacto medioambiental. Todas las promociones de obra nueva recogen este requisito. Ha llegado tan lejos que, incluso, ya se plantean barrios descarbonizados en algunos puntos de Aragón, como en Tierz, donde una promotora pretende crear un distrito de 400 viviendas autosuficientes.

De hecho, hasta las rehabilitaciones o las reformas de viviendas pasan por ahí. Según datos de la promotora, Doble eMMe, las necesidades energéticas de cada vivienda de su proyecto en la localidad oscense de Tierz podrían satisfacerse por un coste anual de 536 euros al año. De hecho, la producción total de energía estimada para la primera manzana es de 347.185 kw anuales, lo que significa dejar de emitir a la atmósfera 108 toneladas de CO2, equivalente a la plantación de 6.596 árboles.

Pero, ¿en qué consiste la descarbonización? Como su propio nombre indica, son aquellos que no tienen carbono, el principal gas responsable de las emisiones contaminantes a la atmósfera que provocan el aumento de la temperatura en el planeta. Por lo tanto, las viviendas descarbonizadas son aquellas cuyas emisiones se han reducido a 0 o como mínimo lo más cercano a esta cifra.

Así es Almma de Tierz, una promoción de unifamiliares en el municipio oscense

Para lograrlo se realiza mediante la combinación de diferentes técnicas de energía sostenible, materiales de construcción, un diseño inteligente y materiales que contaminan poco. En el caso de la promoción que comenzará a construirse en Tierz el próximo año, ya que contienen placas solares en el tejado, sistemas de aerotermia para evitar el consumo de energía fósil (malo para el planeta) y dejar de lado sistemas basados en gas para calentar o enfriar la casa, como la típica caldera.

Esto entra dentro de las leyes sancionadas por la Unión Europea, un ejemplo de ello es la normativa llamada Directiva (UE) 2018/844 de eficiencia energética de edificios que modifica la anterior ley o Directiva 2010/31/UE relativa a la eficiencia energética de las viviendas. Tiene impacto directo en el medio ambiente, y también en el bolsillo de las familias.