De la salmonelosis a la gastroenteritis: consejos para evitar intoxicaciones en verano
Las infecciones pueden aumentar con el calor y cambio de hábitos de preparación de los platos. La OCU recomienda no romper la cadena de frío de los alimentos y mantener limpios los utensilios y las superficies de la cocina.
El calor y el verano son sinónimos de vacaciones, descanso y desconexión. También de darse esos caprichos gastronómicos que quizá durante el resto del año no se disfrutan de la misma manera. Pero hay que tener cuidado con cómo pueden afectar las altas temperaturas a determinados alimentos que más allá de hacernos pasar un buen rato degustándolos nos pueden jugar una mala pasada si no se encuentran en buen estado. Precisamente para evitar intoxicaciones alimentarias, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado una serie de consejos con el fin de minimizar la presencia de bacterias, toxinas y virus en algunos alimentos. Son los siguientes:
- Cuidar la higiene personal, lavarse las manos especialmente en el momento de manipular los alimentos.
- También se deben mantener limpios los utensilios y las superficies que entren en contacto con ellos, cuchillos, encimeras, etc.
- Proteger los alimentos de animales o insectos, que pueden ser portadores de microorganismos patógenos.
- No manipular alimentos y extremar la higiene en caso de padecer una enfermedad gastrointestinal.
- Almacenar inmediatamente los alimentos que requieran refrigeración o congelación y no romper la cadena de frío.
- Las comidas preparadas y las sobras deben guardarse rápidamente en la nevera y consumirse cuanto antes.
- Ojo con la contaminación cruzada: mantener separados alimentos crudos y cocinados, proteger los alimentos durante su almacenamiento (tapados, en táper).
- Lavar las frutas y verduras si se van a consumir crudas.
- En caso de duda, desechar el alimento antes que arriesgarse.
Qué hacer ante cualquier síntoma gastrointestinal
Ante síntomas gastrointestinales, como diarrea o vómitos, independientemente del origen, "es fundamental rehidratarse", aseguran desde la OCU. Los trastornos con síntomas gastrointestinales pueden llevar a una pérdida excesiva de agua y sales minerales, por lo que es prioritario mantenerse bien hidratado. Respecto a la comida, es aconsejable elegir opciones ligeras y en poca cantidad. En caso de diarrea se recomienda tomar féculas y cereales cocidos con sal, como patatas, pasta, arroz, trigo y avena. También plátanos, sopas y verduras hervidas.
Si los síntomas son persistentes o si se manifiestan en bebés es "conveniente acudir lo antes posible a un centro médico", concluyen las mismas fuentes.
