Qué comer cuando se tiene cáncer: estos son los alimentos que ayudan

Los oncólogos insisten en que la incorporación a la dieta de determinados alimentos y su consumo de una manera regular ha demostrado beneficios frente al desarrollo de procesos cancerosos.

Cartel del Día Mundial contra el cáncer
Cartel del Día Mundial contra el cáncer
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Una correcta alimentación durante el tratamiento de un cáncer permite "mantener una situación nutricional adecuada" y que la "toxicidad derivada de la quimioterapia y radioterapia" sea menor, con alimentos recomendados que van desde el agua y las bebidas isotónicas, a frutas y verduras frescas, los de proteínas de alto valor biológico y los integrales con fibras.

Las recomendaciones, en este Día Mundial contra el Cáncer, las plantea el presidente de la sociedad castellanoleonesa de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, el doctor Daniel de Luis, que es catedrático de Endocrinología y Nutrición de la Universidad de Valladolid y el jefe de servicio de esa especialidad en el hospital Clínico vallisoletano.

El doctor sostiene que no hay alimentos prohibidos de forma absoluta y si tuviera que decidir solo cinco alimentos para personas con un tratamiento de cáncer, apunta los siguientes: agua o bebidas isotónicas para mantener un adecuado estado de hidratación; frutas y verduras frescas para aportar de manera adecuada vitaminas y antioxidantes para la agresión que van a tener las mucosas y tejidos de los pacientes con quimioterapia y radioterapia; alimentos con proteínas de alto valor biológico (pescado magros, carnes magras, huevos y lácteos desnatados) y también alimentos integrales con fibras para favorecer un correcto tránsito intestinal.

Y a todo ello suma el condimentar los alimentos sin usar muchas grasas ni picantes, ni con elementos que produzcan fuertes olores.

Evitar las grasas para una mejor digestión

El catedrático también explica que tras los tratamientos contra el cáncer, las primeras horas suelen ser problemáticas por las náuseas y se "deben utilizar alimentos poco condimentados, con pocas grasas y que no generan olores fuertes", aconseja, y remite al libro de divulgación 'Dietas y alimentos para mi salud', publicado recientemente por la Universidad de Valladolid, del que es autor y que incluye recomendaciones especificas para determinados problemas tras esos tratamientos.

En cuanto a si hay alimentos que ayuden a no desarrollar un cáncer, el catedrático incide en que la prevención es muy importante; "por ello, mantener un peso adecuado y evitar tóxicos como el alcohol y el tabaco son recomendaciones que se deben emitir a la población general como una opción para disminuir el riego de cáncer".

Y reflexiona sobre que "la incorporación a la dieta de determinados alimentos y su consumo de una manera regular ha demostrado beneficios frente al desarrollo de procesos oncológicos".

"Por ejemplo, las verduras de la familia de las crucíferas (brócoli, coliflor, col, coles de Bruselas, col china y col verde), el incremento de la ingesta de un carotenoide denominado licopeno y que se encuentra en el tomate , así como alimentos rojos o muy anaranjados, pimiento, sandía y el albaricoque. También es importante la soja por su contenido en fitoestrógenos, proteínas y fibra.

De Luis advierte de que en España "los índices de obesidad están subiendo de manera alarmante en relación con una dieta poco saludable y al sedentarismo" y ahora en "nuestra dieta aparecen alimentos con una alta densidad energética, como son las bebidas azucaradas, lo lácteos enteros o las carnes procesadas con un alto contenido en grasas como pollos fritos, salchichas, entre otros".

Y en ese sentido, alerta de que la "obesidad esta relacionada no solo con una mayor mortalidad cardiovascular, sino que también aumenta el riesgo de padecer cáncer. El consumo de carnes procesadas se ha relacionado con el cáncer, sobre todo colorrectal".

Respecto a la dieta, el endocrinólogo incide en que "la dieta de los españoles se ha occidentalizado en estas últimas décadas abandonando los hábitos alimentarios de una dieta típica mediterránea, disminuyendo el consumo de legumbres, verduras y fruta fresca, aumentando el consumo de productos ricos en proteínas, grasas y sal".

Y "además, debido a la inflación del año pasado los productos frescos, como las frutas y las verduras, las carnes y los pescados, son donde más se ha repercutido la inflación, disminuyendo su consumo".

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