salud
Ya no se necesitan más excusas: la ciencia asegura que dormir la siesta alarga la vida
Entre los muchos beneficios de esta costumbre está el de reducir el riesgo cardiovascular.
Aunque hay quienes aseguran que es mejor dar un paseo, no hay nada que apetezca más después de comer que echarse una siesta. De hecho, dos de cada tres españoles, dedicarían entre 20 y 60 minutos a diario a ello, si pudieran. Y es que, ¿quién puede resistirse a dejarse llevar por Morfeo después de haber comido? Pocos podrán oponerse (y mucho menos si optas por ver Napflix, el Netflix español perfecto para echar una 'cabezadita'). No hacía falta que nadie nos diera la razón, pero numerosos estudios científicos confirman que echarse una pequeña cabezada es más bueno de lo que pensamos para la salud. De hecho, este hábito tan asociado a los españoles, alarga la vida, debido a que reduce el riesgo cardiovascular.
El pasado año se presentó una investigación en el Colegio Americano de Cardiología que demostraba cómo aquellas personas que dormían la siesta de forma habitual al mediodía disminuían su presión arterial, al mismo nivel que lo hace el reducir el consumo de sal o alcohol. Otros estudios internacionales han confirmado que la siesta también contribuye a reducir el estrés, una de las posibles causas de las arritmias. Por todo ello, ya no hay que poner excusas para echarse la siesta, ya que se ha confirmado que es casi una necesidad fisiológica.
Otros beneficios de echar una cabezada son que estimula la creatividad y que mejora los reflejos, entre otros. Eso sí, la duración de la siesta también influye. Los expertos han confirmado que una siesta ideal no puede alargarse más de 26 minutos, ya que esto hará que el cuerpo, al llegar la noche, no esté preparado para dormir.
También para los más pequeños
No solo los más mayores deben beneficiarse de esta práctica. La siesta durante el horario escolar en niños de entre tres y cinco años beneficia su memoria emocional y mejora su capacidad de retener conocimientos y aprender.
