El inglés Terry y la danesa Dorte, los Still, conocieron el Ragtime de la mano de Iris Lázaro y Eduardo Laborda. Eso fue mucho antes de que ‘National Geographic’, en un recorrido por los locales más recomendables de Zaragoza, definiera así el establecimiento que regenta Jesús Laboreo: "Es un pub tan dedicado al jazz que casi puedes ver las notas azules flotando por la puerta".

Al cruzar esa puerta, los Still no daban crédito a que pudieran escuchar música en vivo sin pagar entrada. Y ser testigos de cómo un pianista de la enorme talla musical de Domingo Belled interpretaba canciones acompañado de la cálida voz de otro gran músico aragonés, Jesús Jerez. Mayor aún fue la sorpresa de Dorte cuando entabló conversación con el maestro al piano y supo que había ofrecido conciertos en la mejor sala de fiestas de su Dinamarca natal.

El pasado viernes se presentó ‘Vivir girando’, el documental dirigido por Fernando Vera, con Isabel Soria al frente de la producción, que empieza a hacer justicia al mito viviente que es Domingo Belled. A sus 90 años, los diálogos con el conductor del furgón que trasladó su piano desde los Países Bajos (Luis Rabanaque) y los testimonios de otros músicos como el del también aragonés Vicente Ariño, director de la fundación Orquesta Ciudad Alcalá, dan medida de su talento, virtuosidad y generosidad. Por algo este zaragozano de Pina de Ebro que dio sus primeros pasos en la música como Infantico del Pilar, acompañó al piano al mismísimo Aznavour y dirigió orquestas de 500 miembros, fue distinguido por la Corona holandesa con la medalla de la Orden de Orange-Nassau. Y en su tierra, ni se le conoce ni reconoce. ¿A qué esperamos?