¿Cómo podríamos definir a J4F?

J4F es un grupo que aspira a hacer honor a su nombre: disfrutar y hacer disfrutar con su música a todo el que esté dispuesto a escuchar sus trabajos o a escucharlos en directo. La fusión del jazz con otros estilos ha sido nuestro objetivo desde el comienzo del grupo y se ha convertido en nuestra máxima aspiración.

¿Cuál sería su vínculo con Sabiñánigo?

Sabiñánigo fue el punto de encuentro de los cuatro músicos que formamos el grupo allá por 2012. Los cuatro estábamos residiendo allí y en la actualidad tres de los cuatro componentes seguimos residiendo, lo que nos permite disponer de un espacio de ensayo dónde desarrollar nuestra música.

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¿Por qué se titula ‘Diez de diez’ y cuál sería la idea unitaria que anima este proyecto?

Finalmente han sido diez temas aunque la idea original eran ocho o nueve; además coincide que hace diez años publicamos nuestro primer disco 42° N. Parece que queda todo redondo pero realmente son una cadena de coincidencias y casualidades. La idea es seguir con la esencia del grupo en la que tocamos varios estilos de fusión con el jazz, abrirnos a algún “palo” como es la bulería o el hiphop y hacer un repaso con algunas personas que fueron el origen de este proyecto. Es el caso de Martín Domínguez que con su violín formó parte grupo unos cuantos años y que grabó 42° N.

¿Qué tuvo de particular esta grabación, autoproducida por el grupo, qué ambiente se vivió, qué destacaríais?

La calma y la tranquilidad con la que nos la hemos tomado; año y medio aproximadamente. Grabando cuando cada músico estaba preparado y tenía cada tema listo y muy trabajado. Sin prisas y disfrutando de cada sesión de grabación; hemos tenido momentos con “duende” y mucho aprendizaje entre nosotros mismos. Disponer de los medios técnicos para poder hacerlo es una suerte y nos permite trabajar de un modo que de otra manera sería imposible.

¿Cuál es la importancia de la improvisación? ¿Se nota en los temas fijados en el álbum?

La improvisación en el jazz lo es “todo”, es la excusa que nos montamos para crear composiciones y fusionar todo tipo de estilos en los que dar rienda suelta a nuestra imaginación. Es el eje y la premisa fundamental. Cada composición tiene el espacio necesario para que cada instrumentista haga su aportación de la manera que él considere, con total libertad.

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Si miramos hacia los dos anteriores, ¿qué novedades estéticas aporta este? ¿Una búsqueda de nuevos públicos?

La evolución musical es algo que buscamos continuamente. La necesidad de experimentar y aprender está en el ADN del grupo y como tal nos conduce por caminos por los que no habíamos transitado. Perseguimos la emoción y entendemos el jazz como un vehículo para alcanzar nuestros sueños musicales y trasladarlos al que esté dispuesto a escucharnos. En ‘Diez de diez’ hemos fusionado jazz con flamenco, música africana, música latina, rock y hasta rap y creemos que pueden aportar bonitas experiencias al que lo escuche.

¿Quién compone, cómo trabajan los cuatro, cómo se gestan los temas? ¿Cómo explicarían esa musicalidad tan elegante?

La composición es una forma de expresión y el que compone necesita expresarse, este es mi caso y el de Nicolás. El trabajo compositivo puede ser individual pero la forma final que adquiere la composición se consigue en el local de ensayo y no precisamente en un plazo corto de tiempo. Cualquier composición del grupo necesita de su tiempo para tener una forma definitiva y aquí la democracia musical funciona perfectamente y es fundamental. Cuando una composición está definida completamente, en lo que a estructura se refiere, entra en escena la interpretación personal de cada músico y es la que dará la forma definitiva a la composición, sin olvidarnos que la parte dedicada a la improvisación está sometida a constante cambio y evolución.

¿Que aporta la voz poética de Tico Castellanos, es algo más que un cómplice, un rapsoda y un compañero de viaje?

Tico es un maravilloso artista y amigo y hemos colaborado en proyectos suyos como el último trabajo de Versonoros, ‘Soledad pública’. Queríamos que formara parte en el disco a través de su habilidad y sensibilidad con las palabras. Por otro lado, hace tiempo que llevábamos la idea de fusionar el rap con el jazz y fue a través de David Pereira con el que hemos podido materializar esta fusión. Su facilidad con la rima y el ‘groove’ que tiene ha sido un engranaje perfecto y del que estamos muy satisfechos y contentos. Y  con Martín Domínguez, buen amigo y compañero del grupo en sus primeros años, con su virtuosismo y sensibilidad con el violín, creamos un tema para que encajara con la sonoridad de J4F y creemos que lo hemos conseguido.

¿Tenéis modelos, referencias específicas: a veces parece que hay algún encuentro sobre todo con Pat Metheny?

Cuando te has criado musicalmente entre discos y cedés de los grandes maestros del jazz es posible que estés influenciado, y más de lo que te crees, por su música. Podríamos citar a Miles Davis, Weather Report, Chick Corea, Pat Metheny, Michel Camilo, Tribal Tech, Herbie Hancock, Chano Domínguez, etc., como verdaderos referentes del grupo y como modelos de fusión del jazz con otras músicas, aunque cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Una pregunta quizá demasiado elemental. ¿Por qué el jazz? ¿Qué tiene de especial, cómo comunica con el público, qué buscan en esa relación?

El jazz para nosotros es libertad, es poner con sonidos lo que llevamos aprendiendo desde hace muchos años en conservatorios y escuelas de música con nuestros instrumentos. Es una forma de expresión e interacción especial que se sale de convencionalismos y con lo que nos sentimos felices y disfrutamos en cada ensayo y en cada actuación. Creemos que transmite lo que sentimos en cada uno de los temas, es pura emoción a través del sonido.

Se dice que el cedé o el álbum está en desuso, que no interesa. ¿Por qué seguís apostando por él?

En 2015 y en una entrevista que le hacían a Chick Corea, afirmaba que los músicos eran unos “Guerreros Románticos”, pues será eso, que somos unos románticos. Igual que un libro se puede acariciar y oler, un cd y un disco también. Será que tenemos ya una cierta edad y valoramos mucho todas estas cosas.

¿Cómo se ve la música desde Sabiñánigo?

Sabiñánigo es una pequeña ciudad con una actividad cultural intensa y variada; una agenda repleta de opciones de todas las disciplinas culturales y en las que desde el Ayuntamiento y salas de conciertos están expectantes y receptivos a lo que va surgiendo en el ámbito musical. Estamos felices de llevar el nombre de esta ciudad por donde vamos, porque creemos que desde sitios más pequeños se pueden hacer cosas magníficas.

Un tema palpitante. ¿Qué piensan: se merece Aragón, o Zaragoza en su defecto con sus 700.000 habitantes como tienen otras ciudades, una Orquesta Sinfónica?

Pensamos que cualquier iniciativa que signifique dar importancia a la cultura debe ser apoyada y respaldada desde todos los ámbitos. La cultura es riqueza que otorga identidad y cohesión social.