Descubierto en el Museo de Maricel de Sitges un capitel románico de Santa Cruz de la Serós

En tres de sus lados tiene esculpidos episodios de la infancia de Cristo. Lo hizo el mismo taller que el claustro románico de la catedral de Jaca

El capitel descubierto en Sitges presenta pérdidas pero se ha podido identificar con el taller que esculpió los capiteles románicos del claustro de la catedral de Jaca.
El capitel descubierto en Sitges presenta pérdidas pero se ha podido identificar con el taller que esculpió los capiteles románicos del claustro de la catedral de Jaca.
Juan Antonio Olañeta

El historiador del arte Juan Antonio Olañeta ha descubierto entre los fondos del Museo de Maricel de Sitges un capitel románico que podría  proceder del antiguo monasterio de Santa Cruz de la Serós. El hallazgo lo ha presentado hace unos días en el VIII Congreso Bienal sobre Románico de la British Archaeological Association, celebrado en Valladolid. Olañeta (Zaragoza, 1965) es profesor de las universidades de Barcelona y Lérida, está especializado en arte románico y ya anteriormente ha identificado piezas de procedencia aragonesa en museos y colecciones internacionales. Ha dado a conocer, por ejemplo, el hallazgo de una ménsula de la iglesia de Santa María de Uncastillo y de un capitel de la catedral de Jaca en el Art Institute de Chicago. 

"El museo de Sitges elige cada mes una pieza y organiza una conferencia en torno a ella, con el título de la Pieza del Mes -relata el historiador-. Me solicitaron participar en la iniciativa con el presunto capitel de Uncastillo, que lo conservan en almacenes, y pedí permiso para fotografiarlo para la conferencia. Cuando fui a los almacenes descubrí justo al lado otro capitel y, en cuanto lo vi, no lo dudé, "era prácticamente idéntico a otro en la colección G. Lacasa en Jaca".

El claustro románico de la catedral de Jaca se reformó en el siglo XVII, sustituyéndose por el actual, barroco, y sus 60 capiteles se dispersaron o perdieron. Algunos se han ido localizando con el paso del tiempo en manos privadas (como en las colecciones de algunas ramas de la familia Lacasa de Jaca) pero también en el Ayuntamiento y Museo Diocesano de la localidad, e incluso han llegado a aparecer en la propia catedral. 

El capitel del Museo de Maricel tiene algunas pérdidas notables. ¿Cómo ha logrado Juan Antonio Olañeta establecer que proviene del claustro del antiguo monasterio de Santa María de Santa Cruz de la Serós, emblemático del reino de Aragón? 

A la izquierda, escena de la Natividad en el capitel de Santa Cruz de la Serós; a la derecha, el de la catedral de Jaca.
A la izquierda, escena de la Natividad en el capitel de Santa Cruz de la Serós; a la derecha, el de la catedral de Jaca.
Juan Antonio Olañeta

"Si el capitel estuviera mejor conservado hubiera sido mucho más fácil establecer su procedencia -señala-. En el museo no se tiene información sobre el origen de la pieza, más allá de que formaba parte de la colección del doctor Jesús Pérez-Rosales, con la que se creó el propio centro. El capitel presenta tres escenas esculpidas: la Natividad, el anuncio a los pastores y la Anunciación a María. La coincidencia iconográfica con el capitel de la colección Lacasa, que procede del claustro de la catedral de Jaca, es prácticamente total. La composición de las escenas y los estilemas no ofrecen dudas. La escena de la Natividad, por ejemplo, presenta a la Virgen tumbada, el Niño, el buey y la burra y a una comadrona, Salomé, que viene citada en los Evangelios Apócrifos. Son obra del mismo taller".

No es raro que en los capiteles románicos, que tenían una intención evangelizadora, aparezcan episodios o personajes propios de los Apócrifos. De hecho, es en ellos donde se dice que los Reyes Magos eran tres, y en ninguno de los cuatro evangelistas se lee que se llamaran Melchor, Gaspar y Baltasar. Sus nombres aparecen en los Apócrifos.

Del taller de los capiteles solo se conocen hasta ahora tres trabajos: en la catedral de Jaca, en Santa Cruz de la Serós (un capitel en el Art Institute de Chicago y otro en una colección participar) y en el panteón de nobles de San Juan de la Peña. "Es muy difícil que provengan de este último lugar porque, atribuibles al taller del claustro de Jaca, allí solo se conocen unas pequeñas cariátides en los nichos. Y tampoco tiene sentido que provenga de Jaca, porque allí ya había uno idéntico -añade Olañeta-. La hipótesis más probable es que pertenezca a Santa Cruz de la Serós y que en sus capiteles se reprodujeran episodios de la infancia de Cristo. Que se encargara una especie de 'copia reducida' del hilo narrativo de Jaca".

En Santa Cruz de la Serós hay varios capiteles más descontextualizados y sobre los que habría que hacer un estudio detallado. La iglesia es lo único que queda de un cenobio benedictino que fue 'monasterio familiar' de la Casa Real de Aragón. La abadía se abandonó en 1555 y el claustro acabó derruido. "Los tres capiteles que conocemos ahora provienen seguramente de ese claustro, pero sería necesario hacer más estudios. Sobre todo una excavación arqueológica que permitiera al menos delimitarlo. No se ha excavado aún la zona sur de la iglesia". 

Sobre cómo llegó el capitel a la colección Pérez-Rosales solo hay hipótesis. El claustro se perdió y quizá buena parte de sus capiteles también, aunque poco a poco van aflorando. Pérez-Rosales acumuló a lo largo de su vida una gran colección artística. "Se sabe que compraba piezas sobre todo a dos anticuarios, Josep Bardolet y Baldomero Falgueras -concluye Juan Antonio Olañeta-. Puede que la comprara a Bardolet, del que se sabe que recorría el Pirineo en busca de piezas para comprar". 

La historiadora Meritxell Cano Ció definía a Bardolet en uno de sus estudios como uno de los personajes que "más controversia y diversidad de opiniones genera dentro del tema de la comercialización del arte medieval a lo largo del siglo XX". El nombre de este anticuario de Vic instalado en Barcelona aparece vinculado a algunas compras sonadas y en ciertas operaciones polémicas. Así, por ejemplo, fue a Bardolet a quien el Museo del Prado compró en 1965 las partes laterales del retablo del altar mayor de la iglesia de Tobed, obra de Jaime Serra. La parte central, en cambio, la comercializó por otra vía y apareció hace unos años entre los fondos que la familia Várez Fisa donó a ese mismo museo. 

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