el patrimonio aragonés emigrado

Los capiteles viajeros del antiguo claustro de la catedral de Jaca

La tecnología ayuda a los historiadores del arte. El análisis de activación neutrónica a dos capiteles románicos ha servido para comprobar que su lugar de procedencia no era «desconocido» sino aragonés

Capitel románico del antiguo claustro de la catedral de Jaca, hoy en Chicago.
Capitel románico del antiguo claustro de la catedral de Jaca, hoy en Chicago.
Juan Antonio Olañeta

El claustro románico de la catedral de Jaca se reformó en el siglo XVII, sustituyéndose por el actual, barroco, y sus 60 capiteles se dispersaron o perdieron y están en manos privadas, en el Ayuntamiento y Museo Diocesano de la localidad, e incluso algunos han llegado a aparecer en la propia catedral, en el transcurso de obras en los años 70 del siglo XX. Es un conjunto de gran importancia histórica y artística, pero muy difícil de rastrear.

A ello se ha dedicado en los últimos años el historiador del arte Juan Antonio Olañeta (Zaragoza, 1965), profesor de las universidades de Barcelona y Lérida, que, ayudado de las más novedosas tecnologías, ha conseguido identificar en Estados Unidos dos capiteles del claustro original.

Uno de ellos se expone desde el año 2017 (durante décadas estuvo guardado en almacenes) en las salas de escultura medieval del Art Institute de Chicago. Representa la Adoración de los Reyes Magos, y hasta que Olañeta fijó su procedencia, en Chicago lo definían simplemente como procedente «del sur de Francia o norte de España, preferiblemente, Aragón».

El camino que siguió el capitel desde Jaca a Chicago, como suele suceder en estos casos, está sembrado de puntos oscuros. Pero Olañeta logró aclarar uno de ellos. Dos de los comerciantes de arte más importantes del siglo XX a nivel internacional, Joseph Brummer y Gabriel Dereppe (este último responsable del famoso expolio de las pinturas de San Baudelio de Berlanga, en Soria), fueron quienes se lo vendieron al Art Institute de Chicago por 4.000 dólares, en 1944. De las manos por las que pasó desde el siglo XVII a 1944 poco se sabe.

La pieza está esculpida en tres caras. En la escena central, la Virgen está sentada en un trono con el Niño en sus rodillas. Ante él se arrodilla un Rey Mago que le ofrece un objeto esférico y a cuya espalda pueden verse restos de la estrella. Los otros dos Magos permanecen de pie detrás del primero, uno de ellos ocupando un lateral. El otro lateral, el izquierdo, presenta a San José con un bastón en la mano.

Olañeta supo que el capitel procedía de la seo jaquesa, como sospechaba por su estilo, después de que fuera sometido a un análisis de activación neutrónica. La piedra del capitel de Chicago es idéntica a la de los capiteles que se conservan en Aragón. Poco tiempo después, y por el mismo procedimiento, el historiador identificó otro capitel del claustro de la catedral de Jaca en los fondos del Glencairn Museum de Pensilvania. En él están representados ocho leones en posición invertida. No es descartable que en el futuro ‘aparezcan’ más capiteles del antiguo claustro.

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