LIBROS. OCIO Y CULTURA

La librería París celebra seis década de amor a los libros en la biblioteca María Moliner

José Muñío creó el local en 1963 y no tardó en integrar  a sus hijos César, Pablo y Esther. La muestra es un repaso por el sector del libro en Aragón

La doble vitrina de los premios y los escaparates; arriba una amplia selección de carteles del día y la feria del libro de Zaragoza.
La doble vitrina de los premios y los escaparates; arriba una amplia selección de carteles del día y la feria del libro de Zaragoza.
A. C./Heraldo.

La librería París, de Zaragoza, acaba de cumplir 60 años y, en colaboración con la Universidad de Zaragoza, organiza una exposición donde recorre esas seis décadas y rinde homenaje a la pasión por los libros y su vínculo, entrañable, con la ciudad. Se exhibe en la Biblioteca María Moliner hasta el 31 de mayo. La fundó en Fernando el Católico 14 el librero José Muñío, que se había curtido durante dos décadas en Librería General, y no tardaría en contar con la presencia de sus tres hijos: Pablo, César (en pantalones cortos y llevados de su fervor por la literatura infantil y juvenil al principio) y Esther. Luego el local pasó a Fernando el Católico 24 y dio un importante estirón para convertirse en “espacio para estar, para compartir, para llevarte aquellos libros que no esperabas, un lugar de encuentro de autores, lectores y consejos”, como dicen los Muñío en un cartel de la pared. El escritor y pedagogo Víctor Juan, asiduo cliente del local, confesó desde HERALDO: “En la París se puede entrar para charlar, sin más, con los libreros porque allí los libros son muy importantes, pero las personas todavía importan más”.

La muestra consta de algunas piezas, más o menos escultóricas y evocadoras, como una Torre Eiffel a la entrada, y una máquina de escribir con ecos de arena. Tiene varias vitrinas o urnas, de fotos, leyendas, carteles y, por supuesto, de varias máquinas. París recuerda que fue pionera en la venta por internet, y a la vez exhibe máquinas registradoras, de cálculo, de escribir, junto a distintos volúmenes.

En dos urnas contiguas, se han dispuesto dos aspectos: los diversos galardones que ha recibido París y su inclinación a los escaparates, una apuesta constante de la que se sienten orgullosos los Muñío. Se lee: “Los escaparates han sido una forma de expresión para la librería París”. En dos vitrinas se ofrece una apuesta por una extensa nómina de autores aragoneses que han colaborado en diversos momentos con la editorial o que forman parte del incuestionable esplendor del sector en los últimos tiempos: Sergio del Molino, Martínez de Pisón, José Giménez Corbatón, Félix Teira, Patricia Esteban Erlés, Lorenzo Mediano, Ramón Acín, Rosendo Tello, Ángel Guinda, Ánchel Conte, Ismael Grasa, etc. La lista es muy extensa. Fernando Lalana ha sido un clásico para ellos y seleccionan, entre otros títulos, su exitoso ‘Te quiero Valero’, ilustrado por Isidro Ferrer. En este frontal pueden verse carteles del Día del Libro y de la Feria de Zaragoza; en ambas citas se ha volcado la librería París.

Una feliz convivencia de dos éxitos: 'Patria' de Fernando Aramburu y 'El infinito en un junco' de Irene Vallejo.
Una feliz convivencia de dos éxitos: 'Patria' de Fernando Aramburu y 'El infinito en un junco' de Irene Vallejo.
A. C./Heraldo.

Entre los autores nacionales a los que se recuerda con libros, con fotos y con firmas, están Carlos Ruiz Zafón y ‘La sombra del viento’; ‘Patria’ de Fernando Aramburu, y sus primeras pruebas compaginadas (un tesoro para los libreros), o el primer manuscrito de ‘El infinito en un junco’ de Irene Vallejo. Las fotos familiares campan por aquí y por allá: se recuerda el viaje de José Muñío y su esposa a la editorial Aguilar; se cuenta la venta de enciclopedias y de libros escolares, y se dice, que además de la familia Muñío, integran la librería París los siguientes nombres: Rubén Escusol, Javier Lahoz, Concepción Mocé, María Pilar Oche, Juan Carlos Sanz y Diego Tello. Los detalles y los matices inesperados se enseñorean a su antojo.

Uno de los detalles más divertidos es el mural de anécdotas y encargos: un día entró un señor a pedir un encargo, un diccionario de sueco; se llamaba Gil Gil y Gil. En julio de 2015, los libreros han anotado que “una pareja de jóvenes, él con acento ‘British’, se pasean por la librería, me animo a ayudarles y ella me comenta que su amigo está de visita en Zaragoza y ella le lleva de visita temática a los ‘lugares emblemáticos’. ¡Oh, h, h, h!”. Justificada exclamación. Hay muchas cosas pro aquí y por allá: recuerdos, instantes, firmas, fotos, y de un modo especial y en diversos formatos alusiones a la torre Eiffel y a París.

Aspecto general de la muestra.
Aspecto general de la muestra.
A. C./Heraldo.
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