Clamor y pareados en la plaza San Felipe: “La cultura no se vende, la cultura se defiende”
Bloque Cultural, colectivo que amalgama a 300 personas relacionadas con el sector cultural en Zaragoza, ha protestado este lunes contra los recortes municipales en el sector
La plaza de San Felipe ha sido escenario este lunes 1 de abril de una cacerolada matutina; estaba encaminada a una toma de conciencia general sobre los recortes a la cultura, con la actual política del Ayuntamiento de Zaragoza en el sector como sujeto y objeto de la protesta. Unas 150 personas se han concentrado a las 11.00 y durante media hora han dado curso a sus protestas; al ruido de cacerolas, tapas de olla y platillos metálicos se ha unido una serie de reivindicaciones por parte de dos portavoces del Bloque Cultural, convocante del acto y que engloba a unas 300 personas relacionadas directa o indirectamente con el sector cultural zaragozano.
Frases como “El tejido cultural vitamina la ciudad”; “La cultura no se vende, la cultura se defiende”; “Dignidad laboral para el sector cultural” o “derecho cultural no interesa al capital” se intercalaban con el ruido de cacerolas, al que ha colaborado con entusiasmo desde el público Fernando Rivarés, exconcejal del Ayuntamiento de Zaragoza. El número de personas presentes ha ido subiendo conforme avanzaban los minutos, hasta superar con creces las 200.
Voces contra los recortes
En el grupo congregado se integraban músicos, cineastas, artistas plásticos, comunidades vecinales y curiosos. Una de sus portavoces aclaraba que “aquí estamos gente del Consejo de la Cultura, de diversas entidades relacionadas con la actividad de Harinera, docentes en Etopia con fecha de salida ya marcada… queremos dar voz a esta reivindicación común, inclusiva, que repetiremos este miércoles a las 19.00 en la Plaza de España”.
En el manifiesto leído durante el acto se solicitaba del Ayuntamiento un apoyo real a la cultura de cercanía, amén de la reversión del modelo “basado en macroeventos, que no deja poso en el ecosistema cultural de la ciudad, pese a los números grandilocuentes. Asimismo, apostamos por una política cultural basada en la participación activa de la ciudadanía, presidida por la inclusión, la diversidad y la multiplicidad de miradas. Asimismo, pedimos el refuerzo de los derechos laborales en el sector cultural, y situar la cultura en el centro de la vida municipal”.
