Teatro

Ana Rut Serrano: "Aquí en el teatro todo el mundo está pluriempleado"

Nacida en Zaragoza en 1990, es directora de escena y también profesora de interpretación en la Escuela del Teatro de la Estación, desde donde reivindica el valor de las artes escénicas.

Ana Ruth Serrano, en el Teatro de la Estación de Zaragoza.
Ana Rut Serrano, en el Teatro de la Estación de Zaragoza.
Francisco Jiménez

¿De dónde viene su pasión por las artes escénicas?
Me nace desde pequeña. Con 2 y 3 años me sentaba en la mesa de la cocina a contarle historias a mi familia, y no vengo de artistas, pero en mí estaba esa necesidad de contar historias, de expresarme y sacar lo que llevo dentro.

Tras formarse fuera, regresó a su ciudad en plena pandemia.
Estudié en Zaragoza, en la escuela municipal. Me fui a Valladolid a hacer dirección de escena y dramaturgia y, tras la carrera, me quedé un año más haciendo un máster de investigación teatral. Al volver, era como empezar de cero. Fue raro y difícil a la vez. No podías salir y estaba todo parado.

¿Es un privilegio vivir del teatro?
Es muy complicado. Yo, por ejemplo, tengo más de un trabajo. Cada vez se van abriendo más espacios de compañías emergentes, pero en Zaragoza cuesta.

¿Qué debe cambiar?
Hay que abrir espacio a nuevas propuestas. A gente de tu propia ciudad que tiene valor. Aquí hay calidad, pero se mezclan dos cosas: el teatro no es solo entretenimiento, es diversión, es cultura, y hay veces que no puedes acceder por cuestiones económicas. En un pueblo, por ejemplo, te contratan a alguien 'amateur' porque te va a cobrar más barato. No hay una cultura teatral de dar valor al arte escénico en Zaragoza. Se valora más gastarte diez euros en ir al cine que en ir a ver una obra de teatro, salvo que sea un musical o un espectáculo tipo 'Circo del Sol'.

"El teatro es algo tan efímero, pero tan real que no te puede dejar igual que como has entrado. Te conecta con tu humanidad. Tiene algo muy hermoso"

E insiste en la magia de este último...El teatro tiene algo especial: es algo de aquí y de ahora. Una película en tu casa la puedes parar. En el teatro solo está ese momento y es algo tan efímero, pero tan real que no te puede dejar igual que como has entrado. Te guste o no, siempre hay algo que te pasa, y ahí está la magia. Te conecta mucho con tu persona, con tu humanidad. Tiene algo muy hermoso.

"Hay una especie de mantra, incluso entre los propios actores, de que el director si es hombre te va a guiar mejor. Sin embargo, trabajar con mujeres directoras te da una amplitud de miras muy diferente"

¿Cuesta más llegar a donde está siendo mujer?En dirección, sí. Éramos muy pocas las que estábamos. Y hay una especie de mantra, incluso entre los propios actores, de que el director si es hombre te va a guiar mejor. Sin embargo, trabajar con mujeres directoras te da una amplitud de miras muy diferente. En mi caso, salvo cuatro directores que han marcado mi vida para bien, la mujer tiene otra sensibilidad… Hay un respeto diferente, que luego también depende de la persona. Pero sí, acceder, siempre cuesta más.

¿Y qué me dice de la conciliación?Aquí todo el mundo está pluriempleado, salvo que te hayan llamado para una compañía de renombre que te está pagando un sueldo fijo todos los meses, actores o directores cobran por bolo, y no es lo mismo que saber cada mes lo que vas a cobrar. Y hablo sobre todo de compañías pequeñas, que tienes al año un espectáculo y el resto estás en gira, pero te cogen en diferentes sitios. En mi caso, la compañía que yo estoy formando (Grupo ALTAR) es emergente, y mi objetivo ahora mismo es poder dar visibilidad a mi trabajo y que la gente lo vea.

¿Qué es lo más enriquecedor de dar clases de interpretación?Veo muchísima pasión. Salgo de clase con ganas de hacer cosas. Ves gente que viene de mundos muy diferentes: abogados, profesores, restauradores… que se dejan la piel en las clases. Muchos lo tienen como un ‘hobby’ que les desestresa, y otros por el interés de aprender y tener un mayor conocimiento de lo que están viendo, y eso es super enriquecedor. Luego hay gente más joven que quiere dedicarse a ello. Tuve una chica el año pasado a la que ayudé a prepararse las pruebas. Y la cogieron en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (Resad). Al final, el golpe de realidad es: trabájate una estabilidad económica y después te dedicas a lo que quieres, salvo que a nivel familiar te puedan cubrir los gastos.

¿Le gustaría vivir solo de esto?
Ese es mi anhelo. Al principio dije: "yo me dedico a esto y ya está", y luego la realidad te golpea. Todos buscamos un trabajo que, vocacional o no, te dé de comer. En mi caso, estar pluriempleada me ha ayudado a ser más humilde con la profesión y a valorar mucho más esos trabajos que no todo el mundo quiere, pero a los que a veces hay que acceder. Hay un prejuicio a desempeñar ciertas profesiones cuando ya tienes una edad o una formación fuerte en otra área, y eso para mí ha sido una cura de humildad.

Su secreto para no tirar la toalla.
Estar cualificados y ser apasionados. Estamos acompañando a personas en un viaje personal, pero también artístico. Mi objetivo es contar historias, llegar a la gente y que salga transformada de esos espectáculos. Aportar algo a la cultura y al sitio donde esté. Creo que hay que bajar a tierra y ver que sí se puede, pero hay que perseguirlo. No te va a llover del cielo.

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