El Museo Pablo Serrano de Zaragoza rinde homenaje al arquitecto José Manuel Pérez Latorre

Inaugura una exposición con maquetas y dibujos del propio centro, de su ampliación, y del pabellón de Aragón en la Exposición de Sevilla de 1992

Maqueta de Pablo Serrano. A la derecha, Rosa Borraz conversa con Pablo Pérez Palacio. OLIVER DUCH
Maqueta de Pablo Serrano. A la derecha, Rosa Borraz conversa con Pablo Pérez Palacio. OLIVER DUCH
Oliver Duch

A José Manuel Pérez Latorre (1947-2023) se le conoce fundamentalmente como arquitecto. Pero hubo un tiempo, en su juventud, en que se debatió entre la arquitectura y el arte. Y, aunque se decantó por la primera, a lo largo de toda su vida ya arrastró un interés, una vocación, un afán por lo pictórico. Con el correr de los años se le encargó el proyecto del Museo Pablo Serrano, primero ‘colonizando’ los antiguos talleres del Hogar Pignatelli, más tarde ampliándolos. Y, para darle al conjunto una estética contemporánea acorde con su contenido, realizó un buen número de pinturas y bocetos preparatorios. Muchos de ellos quedan recogidos ahora en la exposición ‘José Manuel Pérez Latorre, la arquitectura como unidad de contrapuestos’, inaugurada este viernes en el espacio que ocupaba la tienda del museo.

Es una muestra pequeña, centrada en la propia historia del edificio, pero también en el pabellón de Aragón en la Expo de Sevilla, los dos encargos que recibió el arquitecto por parte de la DGA. La exposición, que puede visitarse hasta el 26 de mayo, ofrece por tanto una visión parcial del arquitecto (quedan fuera proyectos emblemáticos como la plaza de la Seo y su prisma o el aplaudido Auditorio de la capital aragonesa, por citar algunos). Pero ha logrado apresar la esencia de lo que fue José Manuel Pérez Latorre.

Del pabellón de Aragón se presenta una de las maquetas del edificio (los artefactos con los que acompañaba sus diseños eran de una calidad extraordinaria) junto a fotografías, bocetos y distintas publicaciones. Y el grueso de la exposición se lo lleva el propio Pablo Serrano, más en la segunda fase, la de la ampliación, que en la primera. Con la ampliación Pérez Latorre quebró el paisaje urbano de una zona muy significativa de la ciudad al tiempo que se manifestó como arquitecto. Quizá fue esta ampliación uno de los proyectos en los que pudo expresarse mejor y con más libertad. Comparar esos dibujos pictóricos con la realidad es un ejercicio que da muchas claves sobre su figura. 

La muestra supone el primer homenaje cultural al arquitecto, y por eso a su inauguración han acudido compañeros de profesión como Luis Franco y Mariano Pemán; artistas, como Jorge Gay; representantes del mundo de la cultura, como los historiadores Miguel Beltrán y Esteban Sarasa; y políticos, como la ex concejal Rosa Borraz o el ex alcalde Juan Alberto Belloch. A la inauguración asistió también la viuda de Pérez Latorre, Ana Palacio, y uno de sus hijos, Pablo Pérez Palacio. "Era un hombre que en su profesión vivía un desafío constante, que se atrevía, que nunca olvidaba la función que se le pedía cumplir a sus edificios –lo evocaba su hijo–. Le gustaba decir que una vez que se entrega un edificio, este deja de pertenecer al arquitecto".

Y aseguraba también que su padre "poseía una idea muy clara de cómo debían ser los procesos arquitectónicos. Pero no tenía ideas fijas, estudiaba cada proyecto en profundidad para adecuarlo a lo que se precisaba. Tenía una forma de trabajar muy integral". Pablo Pérez Palacio destacaba también que la obra de la que estaba más satisfecho su padre, como arquitecto, era el Museo del Foro y la intervención en la plaza de la Seo.

El director general de Cultura, Pedro Olloqui, subrayó que, con esta muestra, el museo "ha querido rendir un pequeño homenaje a Pérez Latorre, un arquitecto que cambió los principales paisajes urbanos de nuestra ciudad. Era un arquitecto valiente, que jugaba con volúmenes inverosímiles, a veces dramáticos, siempre apasionados. Fue un arquitecto apasionado del color, cuyos edificios constituyen un legado que disfrutaremos nosotros y las generaciones futuras".

El Museo Pablo Serrano se inauguró en 1994 y, tras una primera etapa, estrenó su ampliación en 2011. Hoy lo dirige Julio Ramón, que ha sido el comisario de la exposición: "La arquitectura era para él una forma de expresarse –aseguraba–. Hemos querido titular la exposición con una de sus frases, la de que la arquitectura es una unidad de contrapuestos. Él decía que una catedral es una suma de arquitecturas que pueden parecer contrapuestas pero que en realidad constituyen una unidad".

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