Moda para el hombre en 2024: ¿adiós al chándal?

El traje vuelve al armario masculino con fuerza inusitada, pero sin renunciar a la comodidad.

Carrusel de trajes en un desfile de Prada en Milán la semana pasada.
Carrusel de trajes en un desfile de Prada en Milán la semana pasada.
MATTEO CORNER/EFE

Las propuestas de moda para el hombre son las encargadas de dar el pistoletazo de salida al carrusel de tendencias que muestran las pasarelas internacionales. París y, sobre todo Milán, capital oficiosa de la elegancia masculina (y del riesgo en el vestir) han mostrado sus cartas. Y entre ellas destaca un as: el traje.

Si bien no ha dejado de estar presente sobre todo en ciertos ámbitos profesionales, la combinación de pantalón y ‘blazer’ retrocedió muchos enteros en un mundo empeñado en apostar por lo informal y copado, sobre todo en el caso de las nuevas generaciones por la ropa deportiva que, incluso, ha llegado a asaltar los templos de la costura y los diseños de las marcas de lujo.

Pero parece que el chandalismo es una fiebre que empieza a remitir. Si bien seguirá en las calles de manera evidente, lo cierto es que, por lo menos las pasarelas, en su condición de faro de futuribles, ya han empezado a firmar su pase a un segundo plano.

No hay firma de moda, ya sea veterana que recién llegada, que no haya incluido un traje en sus colecciones para el próximo invierno. Eso sí, en sus más variadas versiones sin, por ello, renunciar a su esquema básico: chaqueta y pantalón a juego.

Se acabó eso de combinar diferentes colores y, menos aún, llevar ‘blazer’ con vaqueros. El dos piezas es el rey. E, incluso, se aboga por camisas del mismo color del traje, dando un aspecto de ‘total look’.

En cuanto a los patrones, hay de todo. La chaqueta cruzada gana por goleada y, con ella, la versión más ‘gentleman’ del traje.

Casi en el otro extremo, un detalle de estilismo que ha aparecido repetidamente es el combinar la chaqueta de traje con un jersey de capucha, una de las más claras tendencias para la próximo temporada y que permite apostar por el traje sin renunciar a la comodidad.

La corbata también hace un tímido ‘come back’, si bien también es sustituida por camisas cerradas hasta arriba (de cuello en pico o mao), jerseys de cuello vuelto o lazadas para los más arriesgados”.

Otras tendencias

Quizá sea la incorporación del bolso a la moda masculina la más clara escenificación de la fluidez en el mundo de la moda. Al contrario de otros intentos de llevar prendas tradicionalmente femeninas al mundo masculino, como la falda, la del bolso se ha asentado.

El lazo: el toque romántico para los más atrevidos

Modelo de Loewe.
Modelo de Loewe.
YOAN VALAT/EFE

Con el regreso del traje, la idea de elegancia se impone en las pasarelas. Con ella, cierto refinamiento que tiene, por ejemplo, en el lazo al cuello uno de sus epítomes. Más o menos grandes o más cercanos al foulard que a la gran lazada, las propuestas son variadas.

Su majestad, la gabardina

El invierno de 2024 es, en lo que a las pasarelas se refiere, mucho menos caótica en cuanto a tendencias. A menos y más claras. Entre ellas, por ejmplo, el denim, los abrigos sastre y, sobre todo, la gabardina, una socorrida y favorecedora solución para el entretiempo.

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