Mary, el alma del desaparecido Siberiano, retratada en un documental de Isabel Soria

Es la primera entrega de la serie Arqueologías Emocionales que quiere impulsar la guionista y escritora aragonesa. 

La Mari sujetando el retrato de su marido
Mary, sujetando el retrato de su marido poco antes de echar la persiana del bar El Siberiano, en mayo pasado
HERALDO

Hay lugares y personajes a los que encontramos a diario al otro lado del mostrador de la panadería, o de la barra del bar en el que tomamos el café, que con el tiempo pasan a formar parte de nuestras vidas... hasta que un día cierran y solo perduran en nuestra memoria. Es lo que la realizadora, escritora y guionista zaragozana Isabel Soria denomina "arqueologías emocionales". Y con esta perspectiva ha querido retratar en un documental el alma de El Siberiano, el bar de bocadillos que regentaba Mary García Pardos hasta que, en mayo pasado, cerró sus puertas en el Mercado Azoque, en el centro de Zaragoza. 

Acaba de ver la luz en Youtube el cortometraje, de poco más de 12 minutos de duración, en el que Isabel Soria recoge la esencia de este establecimiento de la calle Azoque, por la que pasaba cada día varias veces, y el secreto de su éxito hasta su desaparición. "Mary es una persona con mucha presencia, con una gran personalidad, no es fácil encontrar hoy en día en los negocios, en los bares, a gente como ella", apunta Soria.

Mary, en un momento de su intervención en el documental sobre el cierre de El Siberiano.
Mary, en un momento de su intervención en el documental sobre el cierre de El Siberiano.
 

Y el lugar en el que se ubicaba, el último reducto del Mercado Azoque, "tiene algo como de madriguera", dice la guionista. La propia dueña reconoce en el documental el escaso atractivo de su bar, "algunos dicen que tiene un aire 'vintage", apunta con sorna. Pero ello no le impedía tener un gran tirón entre todo tipo de público. El secreto era el bautizo de cada uno de los bocadillos teniendo en cuenta los gustos de sus clientes (confiesa a cámara que su preferido era el ‘manolito’, a base de panceta, queso, huevo a la plancha y jamón serrano). Otra clave del éxito: "Los preparaba como una madre", confiesa la dueña del Siberiano.  (Ahora se pueden seguir pidiendo esos bocadillos por el mismo nombre que llevaban en El Siberiano en el restaurante Ambrosio&Justino, en la plaza de El Portillo). 

Isabel Soria pone también el acento en el devenir de otros edificios y establecimientos emblemáticos en la misma manzana que rodea el extinto Mercado Azoque: desde el Teatro Fleta hasta Fauste, cuyo reciente cierre también impactó a la realizadora por el encanto que tenía esta tienda de marroquinería, relojes y artículos de fumador. El cortometraje sobre el cierre del Siberiano lo dedica "a todos los lugares perdidos, que ya solo tienen sitio en nuestra memoria".    

La intención de Isabel Soria es seguir aportando nuevos documentales a la serie que, bajo el título Arqueologías emocionales, prevé incluir otros locales con solera que han bajado la persiana en la época reciente, como el Soconusco o la Ferretera Aragonesa. En definitiva, dejar constancia de las joyas que han formado parte de la esencia de la ciudad, que fueron testigos de otra forma de vida ya en extinción. 

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